#VICTORIA80AÑOSPerspectivas

Homenaje a Victoria de Stefano en Prodavinci

19/06/2020

Victoria de Stefano retratada por Roberto Mata

La narrativa de Victoria de Stefano resulta singular en la literatura venezolana, pues no guarda relación con el grueso de materializaciones que caracterizan la novela del país en los panoramas divulgativos que suelen hacer críticos e historiadores al momento de establecer vínculos sobre la base de similitudes, matices y diferencias en las variadas muestras que conjuntan. Una singularidad que sin duda reconoce el valor estético de cada uno de los nueve títulos que hasta ahora ha publicado, pero que al mismo tiempo la hace proclive a interpretaciones erróneas al catalogarla –muchas veces– como una obra integrada por piezas complejas, densas, en las que el reto al lector alcanza cotas muy altas.

Por fortuna, esos equívocos se diluyen apenas nos rendimos al hechizo de una de las prosas más tersas y mejor trabadas que se haya practicado en Venezuela, y a unos contenidos que trascienden los avatares del mero contexto social. Las novelas de Victoria de Stefano constituyen la manifestación de una poética que cristaliza las necesidades de quien ha hecho del oficio literario el territorio para mostrar la autenticidad de la vida trasegada en escritura, gracias a la profunda compresión de que el arte es quizá el mejor camino para vencer –ampliándolo– las reticencias del espíritu.

Como ocurrió a fines de los años veinte y a principios de los treinta con los libros de José Antonio Ramos Sucre o con Cubagua –la innovadora novela de Enrique Bernardo Núñez de 1931–, trabajos considerados extraños, de raro fulgor, e incomprendidos en virtud de sus articulaciones expresivas y estructurales (pero hoy ejemplos de sabiduría estética y vocación artística), la obra de Victoria de Stefano ha ido ganando el espacio que merece entre nosotros y, más aún, en otras regiones de la lengua.

Este 21 de junio Victoria cumple ochenta años, de los cuales ha invertido más de cincuenta creando los engranajes autónomos de una maquinaria ficcional que reflexiona, en clave narrativa, sobre las potencias de la memoria y el recuerdo, sobre las torvas comparecencias del sujeto ante la siempre caprichosa Historia, sobre la frágil y voluble condición humana.

Prodavinci abre esta serie para festejar esas ocho décadas de vida fructífera y se une a la celebración permanente de su obra.

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Lea los textos de la serie:

  1. Victoria o el esplendor de la madurez creativa; por Ednodio Quintero.
  2. Victoria me acerca a un rostro; por Rodolfo Izaguirre.
  3. Victoria de Stefano: “A veces siento que llegó la noche”; por Hugo Prieto.
  4. Primer capítulo de “Vamos, Venimos”, la más reciente novela de Victoria de Stefano.
  5. Mi novela favorita de Victoria de Stefano; por Oscar Marcano.
  6. Aprender a caminar de nuevo; por Rodrigo Blanco Calderón.
  7. Victoria de Stefano: Claro-que-sí; por Carolina Lozada.
  8. Para Victoria de Stefano; por Krina Ber.
  9. La utopía literaria de Victoria de Stefano; por Luis Moreno Villamediana.
  10. La niña Victoria; por Antonio López Ortega.
  11. Simplemente, Victoria; por Hugo Prieto
  12. Victoria de Stefano: “En una novela tiene que haber verdad y belleza”; por Hugo Prieto


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