Diario literario

Diario literario 2021, mayo (parte I): Van Toorn, M.P. Puig, Vedova, Levceu, Beuys

Immagine del tempo, 1951. Emilio Vedova

15/05/2021

Milán, sábado 8 de mayo de 2021

La primavera ha estado más fría que de costumbre llevando hasta ocho el número de meses con bajas temperaturas. Uno entiende mejor el culto de los habitantes de estas regiones del norte por el verano, la bella staggione, como le dicen; algo que siempre me pareció un sin sentido, cómo puede ser bella una estación donde el calor insoportable sea la norma. Lo de insoportable es una redundancia, todo calor lo es. Nosotros, habitantes de los tristes trópicos conocemos bien sus estragos. Mientras, sigo disfrutando estas semanas de temperaturas menos altas de lo normal, acompañadas en horas de a tarde casi siempre por una luz cada vez más dorada y mediterránea.

Willem Van Toorn

Humedad del aire

Un aire húmedo el de hoy. De pronto
se sienten cerca las vidas lejanas.
Los pájaros y el murmullo del agua
desconocida al lado de tu oreja
como si la casa hubiese zarpado.

¿A dónde llegaremos? Los ríos
bajo las nubes vienen lentos hacia
nosotros. Las voces del que aún no
conocemos se acercan,

una cuerda llega tensa como un suspiro.
El viento infla las velas de las naves invisibles
pero en el jardín no se mueve ni una hoja.

Van Torn nació en Amsterdan en 1935 donde es considerado como uno de los poetas más notables de Holanda. Ampliamente traducido en Italia, dificulto que haya tenido la misma suerte en los países de habla castellana.

Fotografía de El Ucabista

Milán, lunes 10 de mayo de 2021

María Pilar Puig

A la profesora María Pilar Puig de la Universidad Central de Venezuela, la tradición literaria en lengua castellana le debe dos trabajos insoslayables. El primero es su estudio sobre el rol de la mujer en la sociedad del Siglo de Oro español a partir de las descripciones que Rojas dejó en su Celestina. Que no haya sido difundido come merece y traducido a otros idiomas, lo explica la desarticulación de la industria editorial venezolana por parte de la administración revolucionaria. El segundo empeño de la profesora Puig, igualmente víctima del analfabetismo como política de estado, es su edición del Quijote, una de las pocas cuya sensatez y decoro habría alegrado al mismo Don Miguel. Con la activa participación de  los profesores Juan Pablo Gómez y Carla González y, es la responsable de una de las dos o tres ediciones más “legibles”, del gran libro, una de las pocas que habría evitado a Borges el tener que acudir a la traducción al inglés de J.M. Cohen para entender en su integridad lo que acontece con el malogrado héroe.  Desde su “exilio” temporal, así comienzan casi todos los exilios, María Pilar concedió una entrevista a la filosofo venezolana Sandra Caula. Este es apenas un fragmento de la entrevista publicada por Cinco8.com:

Creo que la literatura venezolana no ha lidiado bien con la tragedia, ha escrito dramas, pero, a mi juico constantemente ofrece esperanzas; eso es lo menos trágico que puede existir. ¿Le tememos a la tragedia? No lo sé. Pero hemos vivido diversos momentos, incluso el actual, en medio del dolor. Los autores apostaron una y otra vez por recrear el malandro, por engrandecerlo, es decir, la figura psicopática, solo psicopática, y el pícaro es otra cosa. Ahora vivimos entre la maldad, la censura, la escasez, la muerte. Hay que observar qué se está escribiendo hoy. Por otra parte, tampoco parece que nos llevemos muy bien con la comedia, siempre tan crítica de las maneras sociales y el poder; el humor, el buen humor, el humos serio y la ironía no suelen estar presentes en nuestra literatura.

Milán, miércoles 12 mayo de 2021

Pasan así los días, pasando, y las estaciones y los años. Me asomó a la ventana y veo las calles cubiertas de nieve, voy a por un café y, cuando regreso, la luz ha cambiado la música del aire también y los setos están lleno de magnolias, calas y rosas, ha llegado la primavera. Por experiencia sé que si abandono mi puesto observación, así sea por pocos minuto, las flores se habrán ido, la luz será más intensa, la temperatura más alta, todo para decirme que estamos en el verano. Ayer fue viernes 1º de enero, y hoy es miércoles 12 de mayo. El confinamiento agudiza esta percepción que nos mantiene irremediablemente alucinados.

Emilio Vedova. Fotografía de Rober I | Wikimedia

Emilio Vedova

Durante un tiempo, años setenta y ochenta, considerado como lo que realmente es, uno de los pintores abstractos más inquietantes del XX, como Pollock o Motherwell o Soulages y Matta, fue marginado a una temporada en el purgatorio por la insurgencia  dominio de nuevas tendencias y derivas, Arte Povera, Transvanguardia, Neo-expresionismo y Video Art. Los días en el impreciso nivel purgatorial parecen haberse cumplido. Hace diez años, en el excitante Magazino del Sale, restaurado por Renzo Piano en la Dogana veneciana, se organizó una excitante muestra en la cual sus telas abstractas tardías dialogaban con las “cortinas” saturadas de textura de Anselm Kiefer. La recuperación del arte de Emilio Vedova alcanzó su más notable expresión en la dilatada retrospectiva que el Palazzo Reale de Milán, bajó los cuidados de Germano Celant, le organizara en 2018. Ahora, en estos días, otro grande del arte tudesco (Vedova no hablaba alemán, pero al parecer su pintura sí), Georg Baselitz ha organizado una exposición-homenaje en el mismo Magazino del Sale veneciano, en la cual se muestran doce lienzos de gran formato (detrás de todo artista alemán se esconde un Wagner) pintados, dice Baselitz, a la manera de su gran amigo Vedova. Antes de la apertura del evento, que se programó para el veinte de este mes, Baselitz reconoció que en los espacios del Magazino del Sale (sede de la Fundación Vedova), “volví a ser niño, he elaborado las telas de la manera más simple, ingenua, como en efecto hacen los niños”. La relación entre los dos grandes artistas comenzó en el “lejano” 1968: “En el pasado he rendido homenaje a algunos artistas cuyas obras, por diversas razones, me emocionaban, me impactaban. Vedova fue uno de ellos, el primero y el más importante. Lo sostiene el hecho de que el primer cuando que adquirí en el lejano 1968 fue uno de Emilio, lo compré como un documento, mi primera mirada hacia el Oeste, un cuadro abstracto con sus fundamentos piranesianos, y de una vehemencia fascinante. El diálogo entre Vedova y Baselitz se ha manifestado en otras ocasiones desde la muerte de Vedova. Un formidable abstraccionista y el más estimulante Neo-figurativo. A la pregunta de si había algo que envidiaba en Vedova, el maestro alemán no vaciló: “Claro que sí. Me habría encantado ser italiano”.

Milán, jueves 13 de mayo de 2021

Ljubomir Leucev (1935-2019)

No me cuesta reconocer mi ignorancia de la literatura búlgara, de la cual apenas entiendo que Ljubomir Leucev es considerado como uno de los poetas modernos más influyentes de su país. El realismo de su poesía responde a las exigencias de la estética marxista con cuya ideología se identificó a lo largo de su existencia, no sin críticas y distanciamientos. Un estilo que en una época no muy lejana pudo resultar incómodo a lector occidental, de gusto deformado por los arbitrarios criterios de la modernidad. De los cuales el no menos dislatado era el de mantener que para que la poesía tuviese alguna vigencia tenía que ser oscura. Mientras más hermética (Char, Celan, Bonnefoy) más celebrada. Una falacia que ha comenzado a ser desplazada, lo que nos permite disfrutar una lírica tan clara como la de este vate búlgaro desconocido al menos para mí. La que sigue es una versión al castellano de uno de sus poemas traducidos al italiano por Giuseppe del Agata.

Cuando se acaba el coñac

Ahora retírense,
amables consejeros
preocupados por cómo
me debería comportar…
Quiero ser la tapita de lata
de una botella de limonada.
Quiero que mi hija
al vestirse en la mañana
me esconda en el bolsillito
de su delantal.
Para que lleve escondido
algo de casa al kínder.
Porque no está permitido hacerlo.
¡Algo tan necesario!

Cuando haga falta
puedo divertir a mi hija
haciéndome tan brillante
y plateado como una estrella.

¡Que se vaya al diablo
la prohibición!

Milán, viernes 14 de mayo de 2021

Después de año y medio de penumbras materiales y psíquicas, se siente en la ciudad un renovado estado de ánimo. La primavera, fría, pero multicolor, ha hecho efecto entre los habitantes de la capital lombarda. No menos ha sido la influencia de los procesos de vacunación en el inconsciente colectivo. Que se expresa en el entusiasmo de los habitantes en la calle y en los cafés al aire libre, una actividad que, a diferencia de Roma o París, en Milán no era la más extendida. La saludable costumbre del aperitivo al atardecer se ha extendido, incluso en lugares donde no era regularmente practicado. Vacunadas o no todavía, las personas no quieren mirar atrás, han desmontado los espejitos retrovisores y se asoman, como niños en un paseo en carro, al parabrisas o a las ventanillas, para recibir el aire fresco de las esperanzas renovadas. Las revelaciones de una recuperación económica inesperada colaboran, asimismo en este buen humor que no todos esperábamos. Mientras, los pajaritos, mirlos y otros, insisten en que dejemos la cama para disfrutar los días huidizos de esta primavera, la única del año.

Joseph Beuys. Fotografía de Erich Puls | Flickr

Joseph Beuys

Por el artista venezolano, y querido amigo (mi madre fue su maestra de escuela en Valencia, Venezuela) Javier Téllez, me entero de que se cumplen cien años del nacimiento de Joseph Beuys; con Warhol, el artista más influyente de la segunda mitad del novecientos. Nacido en Dusseldorf, una ciudad predestinada para ser referencia del arte alemán de la segunda post-guerra, fue artista desde joven, y lo más parecido a un shamán en el mundo del arte, después de sus experiencias como piloto de la Lutwafe. En una de esas aventuras andaba cuando su avión, un Messerschmitt, probablemente, fuera derribado en los Urales. Herido de muerte, fue hallado por los habitantes de esos montes infranqueables, protagonistas en el XX de una historia casi pre-histórica, quienes habrían de salvarle la vida, acudiendo a las más primitivas y eficaces, en su caso al menos, técnicas de sanación de la tradición shamánica. Regresado a su Dusseldorf natal, sería profesor en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes donde tendría como alumnos a jóvenes artistas como Richter o Penk. Francesco Clemente cuenta que a los diecinueve, en Capri, le dio la mano a Beuys, “entonces decidí que no quería ser nada. Pero ser nada es dificilísimo y empecé a trabajar en una serie de dibujos que llamé Emblemas”. Javier era muy joven para asistir a los cursos en Dusseldorf o conocer a Joseph en Capri, pero, desde hace mucho, lo considero como uno de sus más inquietantes discípulos. Así que nadie más indicado que este talentoso venezolano para recordarme que no me olvide de celebrar, con cerveza bávara imagino, los cien años del nacimiento del gran Joseph Beuys.


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