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Roy Campanella, 100 años de una leyenda inspiradora

28/11/2021

Campanella pasó toda su carrera en las Grandes Ligas con los Dodgers, asumiendo el cargo de receptor regular durante la campaña de 1948. Fotografía de Society for American Baseball Research.

“No voy a renunciar nunca a jugar béisbol. Van a tener que arrancarme el uniforme para sacarme de aquí”. Roy Campanella.

 

Un accidente de tránsito le arrancó el uniforme.

El 28 de enero de 1958, a la 1:30 am, Roy Campanella perdió el control del vehículo que conducía, al deslizarse en una vía cubierta por una capa de hielo en una curva cerca de su casa en Glen Cove, NY. Sufrió daños en la quinta vértebra, y quedó inmovilizado del pecho hacia abajo.

El 19 de noviembre el béisbol celebró su centenario.

Nació el 19 de noviembre de 1921, en Filadelfia, hijo de un matrimonio interracial, poco común en aquel tiempo. Según el artículo biográfico del historiador Rick Swaine para la Sociedad Americana de Investigación del Béisbol:

“Era hijo de madre afroamericana y padre de ascendencia italiana, descendiente de sicilianos. Asistió a Gillespie Junior High y Simon Gratz High School, aunque dejó la escuela secundaria antes de graduarse. Al crecer, el joven de tez clara fue llamado burlonamente ‘mestizo’ por los niños de ambas razas, lo que lo ayudó a convertirse en un buen luchador. De hecho, luchó brevemente como boxeador de los Guantes de Oro. Roy, el bebé de la familia, tenía tres hermanos mayores. Su hermano, Lawrence y sus hermanas, Gladys y Doris, quienes fueron excelentes atletas femeninas.

John Campanella, el padre de Roy, se ganaba la vida vendiendo verduras y pescado en un camión, y también operaba una tienda de comestibles, mientras su esposa, Ida, se ocupaba de la casa. Al crecer en medio de la Depresión, Roy tuvo que trabajar siendo muy joven. Ayudaba a su padre vendiendo periódicos, lustraba zapatos y tenía una ruta para repartir leche”.

Según James A. Riley, en una investigación para la Enciclopedia Biográfica de las Ligas Negras, “cuando era estudiante de secundaria, los Filis de Filadelfia lo invitaron a entrenar en el Shibe Park, pero cuando llegó y descubrieron que era negro, la oferta fue rescindida”.

En aquellos tiempos de segregación, un mestizo corría la misma suerte que los afromaericanos. Estuvo ocho años en las Ligas Negras antes de que los Dodgers de Brooklyn lo firmaran en 1946. A los 15 años, en 1937, Campanella inició su carrera profesional con un equipo semi profesional de primer nivel: los Gigantes de Bacharach.

Cuenta Rick Swaine que Ida Campanella no quería que su hijo menor jugara pelota profesional con hombres adultos, pero cuando prometieron pagarle por un fin de semana más de lo que ganaba con su padre en una semana, concedió el permiso. A pesar de su juventud, Campanella tuvo un desempeño tan impresionante para los Gigantes de Bacharach, que los Élite de Baltimore, de la Liga Nacional Negra, lo contrataron como suplente del veterano receptor y manager Biz Mackey para los fines de semana.

Roy Campanella como catcher de los Baltimore Elite Giants. Fotografía de la Biblioteca del Salón de la Fama del Béisbol Nacional (Estados Unidos).

Después de pasar sus vacaciones de verano con los Élite, abandonó el rigor por los estudios. El sueño de ser arquitecto había cambiado, ahora quería ser profesional a tiempo completo, cosa que hizo al cumplir 16 años. En 1939, con 17, era el catcher titular de los Gigantes y fue clave en las victorias de los playoffs sobre los Newark Eagles y Homestead Grays. Destaca Swaine:

“Pronto estaba desafiando el estatus del legendario Josh Gibson como el mejor receptor del béisbol de la Negro League. Era un adolescente cuando ganó el premio al Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas Este-Oeste de la Liga Negra, en 1941.

Campanella también jugó en Puerto Rico y Cuba durante las temporadas de invierno. En 1940-1941, con Caguas, Puerto Rico, bateó .263 con 8 jonrones en solo 171 turnos al bate, y el invierno siguiente (1941-1942), bateó .275 sin un jonrón pero con un buen poder extra base. En 1942, jugó en los Sultanes de Monterrey, de la Liga Mexicana. ateó .266 en su único invierno en Cuba (1943-1944), volvió a Puerto Rico, donde jugó para Santurce (1944-1945)”.

En octubre de 1945, describe Swaine, la vida de Roy Campanella cambió después de ser visto por el empresario Branca Rickey en unos juegos de exhibición entre estrellas negras contra un equipo de jugadores de las Mayores, que tuvieron como escenario el Ebbets Field y fueron organizados por la empresaria de la Negro League, Effa Manley.

“Fue una serie de exhibición de cinco juegos. Charlie Dressen, manager de los Dodgers en ese momento, se acercó a Campanella para concertar una reunión con el gerente general y copropietario de los Dodgers, Branch Rickey, a finales de ese mes. Campanella pasó cuatro horas escuchando a Rickey, a quien más tarde describió como ‘el hombre más hablador que vi en mi vida’, y declinó cortésmente cuando Rickey le preguntó si estaba interesado en jugar en la organización de Brooklyn. Campanella pensó que lo estaban reclutando para los Brooklyn Brown Dodgers, un nuevo equipo de la Liga Negra que supuestamente estaba comenzando Rickey. Unos días después, sin embargo, se encontró con Jackie Robinson en un hotel de Harlem. Después de que Robinson le explicara confidencialmente que ya había firmado con los Dodgers, Campy se dio cuenta de que Rickey le había estado hablando de una carrera en el béisbol organizado. Temeroso de haber echado a perder su oportunidad en las Grandes Ligas, envió un telegrama a Rickey indicando su interés en jugar para los Dodgers, justo antes de partir en una gira trepidante por Sudamérica”.

Ese viaje que apunta el historiador fue a Venezuela, con las Estrellas Negras. Al año siguiente fue el catcher de los Sabios de Vargas en la primera temporada de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional de Venezuela. Bateó .359 con par de jonrones en aquella temporada inaugural, y regresó en la 47-48 de nuevo con el Vargas, dejó promedio de .336 con cinco cuadrangulares. Ese 1948 fue el año de su debut con los Dodgers de Brooklyn.

American All-Stars de gira en Caracas en 1945. Roy Campanella es el segundo de pie, de izquierda a derecha. Fotografía tomada de blackpast.org.

En su temporada de novato bateó .258 con 9 jonrones en 83 juegos, impresionó, btuvo ocho puntos en la votación de MVP a pesar de jugar solo la mitad de la campaña.

En la semblanza de la página oficial del Salón de la Fama de Cooperstown, se lee:

“En su primera temporada completa con los Dodgers, en 1949, Campanella conectó 22 jonrones y remolcó 82 carreras camino a la primera de las ocho invitaciones consecutivas que recibió para estar en el Juego de Estrellas.

En 1951, Campanella ganó el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional con un promedio de .325 con 33 jonrones y 108 carreras impulsadas. Ganó su segundo MVP en 1953 (…). Ganó un tercer premio MVP en 1955, mientras conducía a los Dodgers a su primer título de Serie Mundial”.

Roy Campanella y su Premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional. Fotografía tomada de roycampanella.com.

Su producción decayó en las campañas de 1956 y 1957, pero estaba emocionado con el cambio de ciudad de los Dodgers. Días antes de acudir a los entrenamientos de primavera, en Florida, ocurrió el accidente que lo dejó en silla de ruedas.

Sus números finales en las Grandes Ligas: .276 de promedio vitalicio, 242 jonrones, 856 carreras impulsadas, en 1.215 juegos. Sus totales de 1953, de 41 jonrones y 142 impulsadas, se mantuvieron como máximos de una temporada para un receptor hasta que Johnny Bench conectó 45 jonrones y remolcó 148 carreras en 1970. Subraya Rick Swaine: “Sin embargo, el gurú de las estadísticas, Bill James, lo calificó como el tercer mejor receptor de todos los tiempos detrás del mejor clasificado, Yogi Berra, y el subcampeón Johnny Bench”.

Roy Campanella después del accidente. Fotografía tomada de roycampanella.com.

Siguió trabajando con los Dodgers a pesar de su condición. Trabajó en relaciones públicas, ayudó en búsqueda de talentos y se desempeñó como instructor y asesor especial en las instalaciones de entrenamiento primaveral de Vero Beach del club. En 1978 se mudó a Los Ángeles y tomó un trabajo como asistente del director de relaciones comunitarias de los Dodgers, Don Newcombe, su ex compañero de equipo y amigo de toda la vida.

Fue elegido para el Salón de la Fama en 1969.

Murió de un infarto en 1993, en Woodland Hills, California, a los 71 años de edad.

En su obituario en Baseball Almanac se recuerda: “Las banderas en el estadio de los Dodgers ondearon a media asta durante el juego entre los Dodgers y los Cachorros, en memoria de su compañero caído. El marcador mostraba lo más destacado de su brillante carrera con una grabación de ‘What A Wonderful World’ de Louis Armstrong”.


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