Diario Literario

Diario literario 2024, abril (parte IV): Cada hombre en su noche, Britten, la cena de Poussin, Martín Espada, doble liberación, Jon Fosse

27/04/2024

Milán, sábado 20 de abril de 2024 

De regreso de la biblioteca en una mañana luminosa. En mi bolso, un libro que me llena de curiosidad. Se trata de Chaque dans sa nuit, de Julien Green, que leí, como Cada hombre en su noche, cuando tenía quince años. Lo recuerdo especialmente, tanto como La peste, que leí ese mismo año, pero por razones diferentes. En un sentido puramente literal, el libro de Camus es perfectamente accesible. La peste llega y hace estragos en una ciudad del Mediterráneo, la reacción de los afectados, el clima de terror, las opiniones del médico, y así. Pero, de la lectura del libro de Green salí confundido. De lo único que estaba seguro era de que no lo había entendido. Desde entonces he querido releerlo. No lo he buscado, sin embargo, ni se me ha cruzado en las librerías de libros nuevos o usados. Ahora, justo en una ciudad italiana, donde no se escucha el francés, salvo el apresurado de los turistas, doy en la Biblioteca de Milán, con la edición francesa del libro, que es la que tengo delante aquí en la mesa, Chaque homme dans sa nuit, Ed. Plon 1972. Lo he abierto con no poca emoción: “Le train avait disparu et la gare était vide. D’un bout a l’autre de la place, Wilfred promena le regard un peu inquiete de ses yeux gris et tout d’abord il ne vit rien” (“El tren había desaparecido y la estación estaba vacía. Wilfred dirigió la mirada un poco inquieta de sus ojos grises de un extremo a otro de la plaza y no vio nada”). Recuerdo los reiterados paseos de este hombre en varias ciudades norteamericanas, y acaso en París, no estoy seguro. No obstante, algo de difícil debe haber en su lectura, porque en esta edición de 1972  (la primera es de 1960), el autor incorporó una nota aclaratoria al comienzo del libro. Mi versión al castellano fue la publicada en Madrid en 1963 por una editorial que he olvidado.  Green era uno de los pocos grandes escritores del siglo XX que escapó a la estúpida censura franquista. No se permitía la publicación de Gide, Joyce o Lawrence por inmorales. Ni por comunistas, lo fueran o no, a Sartre, Camus, De Beauvoir , Pavese o Günther Grass. Ni a Kafka, porque no lo entendían. Aunque no he vuelto a leer otra novela de Green, he admirado sus ensayos (Suite inglesa,  Hermano Francisco), y soy devoto lector, tal vez por colega, de sus diarios. Green tuvo la suerte de vivir en Francia, con Alemania el único país occidental en el cual escribir diarios es una actividad respetable, y los diarios no son considerados un género menor y prescindible. La tradición de diarios literarios en España e Hispanoamérica es la más precaria. ¿Dónde están los diarios de Borges o Vallejo; de Paz y Vargas Llosa; de Machado y Neruda; de Díaz Sánchez o Gallegos? O no los escribieron, o no han sido publicados. Lo primero es lo más factible.

Fotografía de Hans Wild | High Fidelity | Wikimedia

Milán, lunes 22 de abril de 2024 

Britten para niños

En el teatro Ala Scala con Alessandro para un montaje de El pequeño deshollinador ,de Benjamin Britten, la mini ópera que escribió para sensibilizar a los niños hacia el arte del canto lírico. Fue escrita en 1949, durante sus años de militancia con la izquierda inglesa, en compañía de  poetas  como Auden y Spender. En efecto, la historia recuerda las atroces injusticias, la miserable indiferencia y complicidad de las autoridades frente a la explotación infantil. Britten y su guionista acuden al más terrible de los casos. El de los niños de siete a ocho años que, con el consentimiento de sus agobiados padres, eran utilizados para limpiar las chimeneas industriales con diámetro demasiado estrecho para los adultos. El problema es que los chicos eran obligados a introducirse en esos conductos cuando todavía alcanzaban altas temperaturas y regresaban con horribles quemaduras que con harta frecuencia eran mortales. En la historia de Britten, los alumnos acomodados de una escuela privada, protegen al pequeño deshollinador escondiéndolo de sus malvados explotadores y le ofrecen todo tipo de regalos. En una escena conmovedora, el pequeño sueña con deliciosos bocados que, como suele ocurrir con los sueños, siempre están fuera de su alcance. La acción de toda la obra es acompañada con una grata música para orquesta reducida y las luminosas voces de un coro infantil. Al final, el esfuerzo de Britten fue reconocido con una larga ovación del público. En la cercana Piazza Duomo, la primavera envolvía con su luz transparente la imagen de la Madonnina en lo más alto del gótico espectáculo de la arquitectura gótica tardía de la catedral.

«Última cena». 1640. Nicolás Poussin

Milán, martes 23 de abril de 2024. San jorge

La Cena de Poussin

Me entero, por su Boletín informativo, que la National Gallery, de Londres, ha incorporado a su exquisita colección una “Última cena”, de Nicolas Poussin. Una de las siete telas que el maestro francés dedicó a los Sacramentos de la liturgia católica. El visitado museo llega este mayo a sus 200 años, y la adquisición es uno de los actos más importantes de las calendas de la celebración. La pintura proviene de la colección del onceavo duque de Rutland, en la cual otros dos “Sacramentos”, la Eucaristía y el Matrimonio, todavía cuelgan en las paredes del legendario Belvoir Castle (Borges menciona al duque de Rutland, en uno de los cuentos de “El jardín de los senderos que se bifurcan”), la residencia ducal. Una muestra de la importancia de las colecciones privadas en Inglaterra. Recuerdo que en otra de estas colecciones se encuentra una de las dos soberbias versiones de “La muerte de Acteón”, de Tiziano.

La “Ultima cena” de Poussin, terminada en  1630 para el gran coleccionista y estudioso Cassiano del Pozzo, es la más moderna de las pinturas de Poussin, artista cuya modernidad reconoció Picasso primero que nadie. La escena se desarrolla en un espacio metafísico que recuerda al mejor de Dali. Una atmósfera en suspenso, y un tiempo suspendido, cuando Cristo funda la Eucaristía frente a un grupo de “comunes”, convertidos por el genio de Poussin en protagonistas de lo que parece un sueño. Nada aquí es real, ni siquiera la luz, surgiendo, en el silencio más absoluto de la pintura post-renacimental, de un par de fuentes que se degradan desde la cara del  Salvador hasta los confines del espacio. Como con el Partenón, nada aquí ha sido dejado al acaso. Es otro triunfo de la razón absoluta, la que sirve al hombre para acercarse a la verdad, que es la belleza. Poussin, una vez más, se revela como lo que siempre ha sido, un pintor para pintores, de la misma manera que Stendhal es el propio novelista para novelistas. Me entristece pensar en todos los libros que dejé en mi biblioteca sobre Poussin, incuyendo sus cartas o los estudios y la biografía de sir Anthony Blunt, su mejor crítico. O los reveladores ensayos de Louis Marin.

Martín Espada. Fotografía de Slowking4 | Wikimedia

Milán, miércoles 24 de abril de 2024 

Martin Espada

En su estimulante actividad “Poem of the Day”, la Academia de Poetas Norteamericanos, escogió para el hoy, día del mártir capuchino Fidel de Sigmaringa, un hermoso texto del puertorriqueño Martín Espada. Este es mi intento de traducirlo al castellano:

 

BREVE PAUSA

 

En la fotografía el poeta se inclina para besar a su esposa. Viste un traje negro y corbata negra,

como si fuera a una ceremonia, un medallón cuelga alrededor de su cuello. Su pelo es blanco

y  cae sobre su espalda. El cabello de ella es blanco ondulado. Levanta la cabeza para besarlo

a través de sus blancos bigotes.

Se trata de una despedida. Se besan para despedirse. Una vez más, los cargos son por conspiración.

Los agentes nacieron mucho después de que su primera detención lo llevara al Castillo de Ponce.

A ella los agentes la conducen a la prisión para mujeres de Vega Alta.

La evidencia está en su poesía. Mientras el convoy del ejército imperial retumba en la oscuridad,

más allá del pueblo de montaña donde un día serán enterrados uno al lado del otro, el poeta

canta a la amada: Es sólo una pausa/para el amor./Es sólo/ una breve pausa. El poeta la mira dormir: This is a pause/for love. It’s only/ a brief pause.

 

Esta la nota que acompaña el poema escribe Espada:

Juan Antonio Corretjer fue un gran poeta y luchador por la independencia de Puerto Rico. Lo detuvieron en cantidad de ocasiones por sus escritos, discursos y otras actividades en defensa de la causa independentista. Su esposa, Consuelo Lee Tapia, fue también escritora y activista por la independencia. En 1969 los acusaron por conspiración; en 1971 fueron a la cárcel. Finalmente los cargos fueron retirados. Una fotografía capturó el momento en que se daban un beso de despedida antes de ser llevados a sus respectivas prisiones. La fotografía aparece en la portada del poemario de Corretjer, Pausa para el amor o Pause for Love.

Corretjer (1908-1985), publicó en 19… un libro con el título Paso a Venezuela, que desconozco.

Milán, jueves 25 de abril de 2024 

Doble liberación

Hoy se conmemora en Italia el Día de la Liberación. Es una fecha aproximada que recuerda el ingreso a Roma de las Fuerzas de Liberación Nacional, integrada por combatientes de todas las tendencias, en su gran mayoría gente de izquierda, casi toda afiliada al Partido Comunista de Italia. En un momento muchos italianos y extranjeros creyeron en la posibilidad de que los comunistas tomaran el poder. Lo tenían todo, las armas y la gente. Para entonces, la injerencia de los Estados Unidos no era tan conspicua como lo sería después. No parecía faltarles nada para ocupar el vacío dejado por la caída de Mussolini y la huida del rey. Lo tenían todo, o casi todo. Sólo les faltaba lo que parecía obvio, es decir, el respaldo de Moscú. Respaldo que nunca llegó, sin embargo. Para Stalin, y tenía razón el gran sátrapa, lo primordial era la consolidación de la revolución en una Rusia agobiada por el épico esfuerzo bélico, que terminó en la victoria sobre el ejército alemán, intacto e invicto después de la involuntaria colaboración de los franceses. La Wehrmacht que invadió Rusia en 1941 no era la que se enfrentó a los aliados en 1944. Por otra parte, y de nuevo tenía razón el líder soviético, la URSS estaba menos interesada en una lejana y arruinada empobrecida que en sus cercanos y potencialmente ricos vecinos (Yugoeslavia, Polonia, Checoeslovaquia y, sobre todo, Alemania). Hoy, Italia debería estar celebrando dos acontecimientos, la erradicación del fascismo, y la eliminación de una no menos temible amenaza comunista sobre este bello país. Sin proponérselo, en 1945, los italianos mataron dos codornices con un solo disparo.

Jon Fosse. Fotografía de Tom A. Kolstad | Wikimedia

Jon Fosse

En una entrevista con el escritor italiano Paolo Giordano para La lettura, Jon Fosse, quien estará de visita en esta ciudad a comienzos del próximo mes, hizo unas declaraciones dignas de un Premio Nobel de Literatura. A la pregunta de que si no le parecía parcial que lo consideraran como un escritor religioso:

FOSSE: Trato de escribir de la manera más bella que me sea posible y del modo más auténtico, y para hacerlo no puedo negar que esa dimensión de la vida existe. Para mí escribir de manera auténtica no tiene nada que ver con un realismo tradicional o con escribir auto-ficción, se trata en realidad de otro nivel. Cuando escribí Septología pensaba que sería una novela extremista, sobre este extraño viudo solitario, un pintor que sólo tiene dos amigos y que es católico, pensaba que el libro terminaría siendo repudiado, que no le gustaría a nadie, me había preparado, y en vez de eso fue publicado en muchos países, primero en Noruega, después en Alemania e Inglaterra y en los Estados Unidos. Debe ser algo del espíritu de la época. Durante tanto tiempo negamos todo lo que tenía que ver con Dios, que llegamos al punto en el cual tanta negación nos hace sentir la necesidad de regresar; la gente muere, todos moriremos, y Marx y la revolución no ayudan mucho en este sentido. Pero hay algo que quiero agregar, creo que cada ser humano posee una unidad, que cada ser humano en particular lleva dentro una parte de Dios, eso que los cuáqueros llaman la “luz interior”. Cada ser humano es absolutamente único y absolutamente universal… esta es la combinación que produce la gran literatura.


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