Fotografía de Roberto Mata
“Estuve 7 años en diálisis y esperé 4 años por un trasplante. La identidad del donante era confidencial, pero supe que fue una joven que murió en un accidente. Le rezo todas las noches y hago una misa en Navidad para ella. Después de la operación, me prescribieron dos tabletas diarias de Myfortic y Prograf, y una de Prednisona. Ahora tomo lo que hay. La situación es crítica desde hace un año.
Un paciente me dijo que compró el Myfortic en 28 millones de bolívares. No puedo pagar eso. Vivo con mi esposo en Anzoátegui y nos mantenemos con la pensión de cada uno. Mi hija mayor a veces nos ayuda y hemos vendido algunas de cosas para subsistir. Mi hija menor se fue a Perú hace un mes. Espero que pueda comprar los inmunosupresores allá, pero son muy costosos. Por ahora, tengo reservas de medicamentos. Mi doctora escribe en el récipe ‘Ciclosporina o Prograf’.
Así puedo retirar la que tenga el Seguro Social en ese momento. También me da récipes para 4 meses de tratamiento. No solicitamos ayuda en las redes porque tuvimos malas experiencias con un anticonvulsivo. Nos ofrecieron el medicamento dos veces pero nunca lo entregaron. ¿Qué voy a hacer cuando se me acaben? No quiero regresar a diálisis. Empezaba en la mañana y no volvía a ser yo misma hasta la noche”.
Yolanda Valdez es ama de casa. Trasplantada de riñón hace 5 años.
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Este testimonio forma parte del especial Se busca inmunosupresor. Haga click en la imagen para ver el especial:
Indira Rojas
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