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Diego Salazar: “El ecosistema informativo ha volado por los aires”

28/12/2023

Captura de pantalla

El periodista Diego Salazar, editor y colaborador de una diversidad de medios de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, plantea que vivimos “un nuevo momento informativo”, al que todavía los medios de comunicación y los reporteros buscan adaptarse; no solo desde la mirada del ejercicio periodístico, también desde la reconfiguración del modelo de negocio. Sobre este tema habló en la videoconferencia “Boom: el ecosistema informativo ha volado por los aires”, el 7 de diciembre de 2023. El encuentro digital fue parte del Programa de Formación para Periodistas de Academia Prodavinci. 

“Vivimos en un tiempo en el que nos hemos acostumbrado a una velocidad de vértigo a la hora de consumir información. No hay forma de que las audiencias estén dispuestas a no llenar un vacío informativo”, señala Salazar como una advertencia. El consumo desbocado de contenido ha expuesto a los medios de comunicación, al privilegiar la celeridad de publicación sobre la calidad de la información. Así, un accidente con un arma en un restaurante de Lima puede convertirse en una historia con varias versiones en menos de 48 horas. El ejemplo real que ofreció Salazar ocurrió un 31 de octubre, y se catalogó como asesinato y luego como feminicidio, se dijo que la víctima era su esposa, su compañera de trabajo, su expareja, y que incluso habían discutido. En paralelo, un tuitero popular recopiló en un hilo todo lo que se decía sobre el caso, lo que provocó que otros más se sumaran. Decían que existía un interés político detrás y que la prensa le daba un trato hermético a lo sucedido.

“La información que los medios transmitían, prácticamente a minutos de lo que había ocurrido, no había sido verificada. Estaba basada en suposiciones y muchas estaban basadas, a su vez, en suposiciones distribuidas o producidas en redes sociales por usuarios que veían la noticia”, explicó Salazar como punto de partida de la videoconferencia. El periodista y editor peruano no solo identificó la obsesión por la velocidad como el principal dilema del ecosistema informativo actual. También la posibilidad de que los otrora lectores sean hoy los productores de información en diferentes plataformas, la consecuente pérdida del monopolio de los medios y el quiebre de la sustentabilidad para los más tradicionales. 

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Más velocidad, menos calidad

El periodista y editor peruano recordó la etapa en la que el ciclo informativo duraba entre 12 y 24 horas. “Era aproximadamente lo que se tardaba en empaquetar las informaciones relevantes de un día y en hacer el trabajo necesario para verificarlas. Eso ha volado por los aires, como digo en el título de esta conferencia. El ciclo informativo ha estallado. Y ahora esperamos tener información suficiente al minuto”.  

El cambio en el consumo y producción de noticias comienza, para Salazar, hace 17 años, cuando aparece Twitter y cuando Facebook deja de ser una plataforma exclusiva para estudiantes universitarios en Estados Unidos. Desde ese momento hasta hoy, “el ciclo informativo se ha acelerado de una manera vertiginosa”. Esto condujo a los periodistas y a los medios a dos desafíos que no han podido superar. Salazar dijo que:

  1. En el ecosistema informativo actual no tenemos tiempo para verificar la información. “La médula central del trabajo periodístico es que aporte hechos verificados y contexto para entender esos hechos. No hay capacidad humana para hacerlo en tiempo real, pero hemos construido un ecosistema informativo que nos exige eso. En lugar de explicar o narrar los hechos verificados, hemos decidido perseguir la velocidad de las redes sociales con la que es imposible competir”.
  2. En un intento de responder rápidamente a este cambio, los medios y los usuarios producen el mismo contenido para Internet o para las diferentes plataformas de redes, “y uno de los problemas del colapso informativo en el que vivimos es que toda la información vale lo mismo en redes sociales”.
  3. Si bien la prensa ha perdido una buena parte de la confianza de la ciudadanía, “todavía tiene un gran poder. Ese poder es la amplificación de la información”. De modo que, si reproduce rumores e información no verificada “obtienen una suerte de sello o garantía”. 

Adiós al monopolio de la información

Hasta hace poco, los medios de comunicación ostentaban el monopolio de la producción de las noticias e información. Al revisar los hitos de la historia de la humanidad que han representado cambios en el paradigma informativo, como la invención de la imprenta, la radio, la televisión y la masificación de su uso, encontramos que por lo general el ecosistema tarda décadas en acomodarse, explicó Salazar. Pero no ha sido el caso de las redes sociales, “que tienen 17 años entre nosotros, todavía son adolescentes, y nos encontramos con unos tiempos acelerados, principalmente por la cantidad de información que tenemos a nuestra disposición”. 

Salazar enfatizó que, en este sentido, “pasamos de una época en la que existía una suerte de escasez informativa, a un tiempo en el que la cantidad de contenido accesible desde uno de estos [sostiene su celular frente a la cámara] con conexión a Internet es infinito”.

Este cambio en el consumo informativo y en la cantidad de contenidos disponibles, así como en la diversificación de los formatos ‒Salazar dijo, por ejemplo, que Tik Tok suele ser la fuente de información y conocimiento para los jóvenes‒ también ha transformado el modelo de negocio de los medios tradicionales, un modelo que sobrevivió con éxito durante, al menos, 200 años.

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Un sistema quebrado

Hasta principios de este siglo, los medios que no eran públicos se sostenían con el modelo de pago por anuncios, creado en Nueva York y “extremadamente rentable durante 200 años”, explicó Salazar. Los medios ostentaban el monopolio informativo de una localidad y “buscaban obtener la mayor cantidad de ojos posibles para los contenidos que producían y vender esos ojos o alquilarlos a los anunciantes”. Sin embargo, el consumo informativo sufrió un cambio tan drástico que este sistema de negocio perdió resistencia en el tiempo y, advierte el periodista peruano, no hay vuelta atrás. El proceso de transformación del modelo responde a tres coyunturas: 

  1. Cambia el foco de atención de los lectores, usuarios y escuchas. El modelo de negocio tradicional permitió que el acceso a la información, a través de los medios, encontrara una vía para su masificación. La televisión era prácticamente gratuita, con excepción de los servicios por cable, al igual que la radio, “y los diarios siempre han tenido un precio que, en casi todos los países, era equiparable al de una barra de pan. El negocio no era la venta del diario al público, sino que el público accediera a ese paquete informativo, es decir, captar su atención, para a su vez rentarla a los anunciantes. Cuando los anunciantes descubren que hay otras maneras de acceder a la atención de la gente, el negocio de los medios se viene abajo”. 
  2. Internet representó un nuevo espacio infinito para la información. Al inicio su disponibilidad era limitada, pero conforme se expandió su acceso a distintos lugares del mundo se convirtió en un servicio cada vez más barato. Además, dio paso a la aparición de plataformas que transformaron a los consumidores pasivos en productores de información. 
  3. Los consumidores también producen información. El cambio de patrones “no nace exactamente con las redes sociales. Se remonta a principios de los años 90”, explicó Salazar, quien apuntó como momento significativo la aparición de los blogs a finales de los 90 y principios de los años 2000. “Fue toda una revolución porque todos teníamos la posibilidad de contar con una página web donde podíamos volcar la información o el contenido que deseáramos. Eso se eleva a la enésima potencia con la aparición, primero de Facebook, y luego de Twitter”.

Los medios tradicionales ya no pueden responder con un modelo único para ajustarse a estos cambios. La resolución de los diferentes desafíos en la producción y consumo de información dependerá del perfil, los recursos y el número de lectores, usuarios y escuchas que haya cultivado el medio. La transición es un proceso heterogéneo. “Los que tienen suficiente alcance o prestigio y han tomado decisiones correctas han sido capaces de transitar a un modelo de suscripción en donde el grueso de sus ingresos es pagado por los usuarios, a diferencia de lo que ocurría en el modelo anterior”. Sin embargo, esta salida no es viable para la mayoría de medios, por no tener una audiencia lo suficientemente amplia como para sobrevivir del registro pago de un pequeño porcentaje.   

Salazar reiteró que queda mucho por aprender en el reajuste a la realidad que pide más celeridad y que involucra más a los otrora consumidores pasivos. “Vivimos en unos tiempos en los que el ecosistema informativo se ha acelerado de tal manera que incluso los editores del diario más importante del mundo, The New York Times, sienten que tienen que salir con información cuando no han podido verificarla”. Responder a la velocidad del rumor solo ha provocado que los medios pierdan credibilidad ante sus audiencias, como bien lo evaluaba Salazar en el ejemplo sobre el titular errado ofrecido por el diario estadounidense sobre un ataque en Gaza. “Debemos recordar que el trabajo periodístico no es más que verificación y contexto. Esa es la base”. 

Vea la videoconferencia aquí:


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