Unas palabras de Elisa Lerner para Rita Aloisio

Antonio Costante y Rita Aloisio

Rita Aloisio tuvo una larga trayectoria en el teatro venezolano como vestuarista, actriz y traductora. Participó en producciones de su esposo, el director teatral Antonio Costante.

El último recuerdo que tengo de Rita es haberla visto una tarde noche en el Trasnocho, acompañada dulcemente como siempre de ti. Era la de ustedes la felicidad antigua, maravillosa, de los que todavía asistían  al cine. Yo me sentí muy removida y a la vez protegida por esa visión, porque todas mis felicidades o muchas de ellas desde temprano fueran a la sombra ilusionada de una pantalla de cine.

Ahorita hace poco, casi al unísono, por un e-mail de Mara Zapata y una larga llamada de nuestro buen amigo José Gabriel Núñez, me entero que Rita te ha dejado y que el teatro que nos hizo más afortunados en una época de mayor dicha para el país ha perdido una de sus damas más cultas y perseverantes, a partir de su nativo italiano una fidedigna traductora a través de variadas piezas.

No, solo eso. Rita –lo sabemos todos– fue la más entusiasta compañera para que fueras, como lo has sido, uno de los más exquisitos directores de nuestra escena. Y, como si fuera poco, en momentos de mayor sosiego, fue una anfitriona sin ostentaciones pero estupenda para que los amigos pasásemos ratos que con el tiempo se han hecho inolvidables.  Además, estuvo la bella privacidad de vuestra vida familiar que tan buenos frutos ha dado.

La de Rita fue una vida cumplida, la exacta gema de un artífice. Su luz perdurará en ti y en los tuyos, en los que la conocimos y tanto estimamos. Sé que mi consuelo es muy pequeño frente a la gran pena que te agobia, pero cuando pase algún tiempo, y porque en ti hay la valentía de los hombres muy sensibles y creadores, tomarás conciencia de la suerte que tuviste en tenerla de compañera por largo trecho y te sentirás algo aliviado al advertir que ella también tuvo radiantes días a tu lado.

Abrazo de mucho cariño para tus hijos y para ti,

Elisa Lerner.