Béisbol

Temporada inolvidable

De izq. a der.: Ranger Suárez, Salvador Pérez, Miguel Cabrera, José Altuve y Luis García

03/10/2021

El primer día de la temporada 2021 ha sido hasta ahora uno de los mejores días del beisbol en años. Después de una campaña reducida en 2020 por la pandemia de la COVID-19, iniciar una nueva zafra en abril, con las puertas abiertas a los fanáticos, aun cuando fuese solo un 20 por ciento de la capacidad de los estadios, se sintió como una victoria de todos. Ya en primavera habíamos tenido un adelanto de lo que podía ocurrir. Vimos a los novatos ganarse sus puestos y a los veteranos con ilusiones de novato y grandes sueños.

Los venezolanos, particularmente, tuvimos buenas noticias desde el mediodía de aquella primera jornada; seleccionamos a tres bateadores para destacar sus logros y hazañas, y dos lanzadores que apenas comienzan a dar de qué hablar y escribir.

Miguel Cabrera. Fotografía de Leon Halip / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP

Han transcurrido exactamente seis meses desde que Miguel Cabrera inauguró la temporada con el inolvidable jonrón que se abrió paso entre la nieve para llegar al jardín derecho del helado Comerica Park, ante Shane Bieber. Faltaban 13 jonrones para alcanzar la meta de los 500. Parecían muchos, pero apenas comenzaba la campaña admirable. Miguel Cabrera trabajó muy duro en el “descanso” invernal para poder lidiar con la lesión de su rodilla derecha, por eso se convirtió en uno de los protagonistas de 2021.

En tiempos de Shohei Ohtani, Vladimir Guerrero Jr. Juan Soto, Ronald Acuña, Pete Alonso, Fernando Tatis Jr. o Bryce Harper, el veterano de 19 temporadas hizo saber desde el primer día que estaba listo para ir por los 500 jonrones, 3.000 hits y 1.800 carreras empujadas. De los tres hitos, alcanzó dos, cuadrangulares y empujadas, quedando en la puerta del club de los 3.000, trámite pendiente para formalizar la inscripción en las primeras semanas de 2022.

Lo que le vimos hacer a Miguel Cabrera fue extraordinario. Siempre ha sido extraordinario con un bate en las manos, pero esta temporada, obligados a conocer las leyendas cuyos nombres fue desplazando en las listas de poder, contacto y producción, alcanzó su justa dimensión en la historia. Pertenece a la élite de los mejores desde que el juego se inventó. El 22 de agosto concretó su membresía en el Club de los 500 jonrones, en Toronto, ante Steven Matz. Solo 28 hombres están en ese club. Además fue postulado por los Tigres de Detroit al Premio Roberto Clemente, que reconoce las acciones de los jugadores, más allá del terreno de juego.

Salvador Pérez. Fotografía de Ron Schwane / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP

Salvador Pérez, el cátcher de los Reales de Kansas City, estableció un nuevo récord de cuadrangulares para un receptor en una temporada, dejando atrás a Johnny Beach, quien hizo un esmerado seguimiento de la temporada del venezolano, según pudimos ver en su cuenta de Twitter.  Cuando despachó el cuadrangular número 46, Bench y Pérez tuvieron una cálida y amena conversación, que nos mostró la humildad del inmortal de la Gran Maquinaria Roja de Cincinnati y el tamaño del logro del valenciano. En esta campaña, Salvador fue invitado a su séptimo Juego de las Estrellas y tuvo una destacada actuación en el Derby de jonrones. Aunque no trascendió de la primera ronda, ante el ganador del evento, Pete Alonso, desapareció 28 pelotas en las gradas del Coors Field de Denver. La temporada de Salvador debe hacerlo el ganador indiscutible del Premio Luis Aparicio, que honra al jugador venezolano con la mejor zafra en las Grandes Ligas.

Salvador Pérez terminó la temporada siendo co-líder en HR con 48, líder en impulsadas con 121, .859 OPS .998 %fildeo. Cometió 2 errores y puso out al 44% de los corredores que intentaron robar.

Todos los jugadores llegan cada año con metas personales que se traducen en aportes para todo el equipo. Este 2021, un jugador y su club necesitaban ser mejores que ellos mismos. Debían demostrar a todos que el episodio del robo de señas fue un error, una triquiñuela que no necesitaban para llegar a los playoffs. Además de enfrentar a los jugadores de los equipos contrarios, los Astros tuvieron que ver, y más que ver, escuchar estruendosos abucheos y todo tipo de insultos. No pocos fanáticos estuvieron esperando por ellos para hacerles saber su desprecio por lo sucedido en 2017, aunque se ha aclarado repetidas veces que en 2019 no hay evidencia de que se haya incurrido en esa falta, ya que MLB tenía personal en cada estadio para evitar el uso de tecnología para descifrar señas.

José Altuve. Fotografía de Steph Chambers / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP

Aun cuando se aclaró que José Altuve no usó un dispositivo debajo de su uniforme que le indicaba los pitcheos que vería, y que en la misma investigación que delató la trama se especifica que Altuve prácticamente no usó el mecanismo ese 2017, fue él quien llevó los más sonoros desplantes por parte de la afición. La razón es que Altuve fue el Jugador Más Valioso aquel año y fue el autor del batazo de cuatro esquinas ante Aroldis Chapman, para trascender a la Serie Mundial de 2019.

El infielder venezolano fue blanco de despiadadas pitas desde que salía al círculo de espera. Desconozco si existe un apoyo psicológico para ellos, pero a la vista de todos vimos a un hombre paciente y estoico, resignado a recibir más de lo merecido, decidido a comprobar su calidad como bateador. Los Astros, bajo el mando de Dusty Baker, consiguieron sobreponerse y protagonizaron una temporada consistente. Baker, con toda su experiencia, fue un acierto indiscutible de la gerencia. Fue un padre y hasta un abuelo, un guía, un pastor del juego, amigo, un manager experimentado, humano, que desde sus tiempos de jugador ha destacado por su capacidad de apoyar a quienes han necesitado su mano.

Su amistad con Glenn Burke nos da una idea de quién es Baker, más allá de lo que le hemos visto hacer. Me atrevo a decir que nadie más habría conseguido llevar a los Astros a esa encumbrada meta de ser tan buenos o mejores que ellos mismos. A los primeros que Dusty Baker se los probó, fue a ellos. Llegar a la postemporada como líderes de su división puede dar por cumplido ese objetivo. Aunque el promedio de José Altuve descendió, dio más dobles y jonrones y empujó más carreras. Si bien eso no lo exculpa por lo ocurrido en 2017, despejó dudas sobre su calidad como jugador, si alguien las tenía.

Cuando la temporada estaba llegando a la mitad, Ronald Acuña Jr. sufrió una lesión en la rodilla derecha, rotura del ligamento anterior cruzado, que lo sacó de la temporada Había sido seleccionado como titular del Juego de las Estrellas. Había acumulado 84 hits, 24 de ellos jonrones, con 52 remolcadas y 17 bases robadas. Es fácil imaginar lo que habría podido lograr si no se lastima tratando de alcanzar un batazo.

Luis García. Fotografía de Steph Chambers / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP

Mención especial merecen los jóvenes lanzadores Luis García y Ranger Suárez. Luis García, el lanzador que firmó con los Astros a los 20 de años de edad, salido de la academia de Melvin Mora, se consolidó en la rotación de abridores del manager Dusty Baker, y es seguro que conseguirá votos en la elección del Premio Jackie Robinson al Novato del Año. Ranger Suárez inició en el bullpen el labor de relevo, se ganó la confianza del manager Girardi para ser abridor y su desempeño hizo recordar a leyendas del pasado como Walter Johnson. Con su efectividad de 1.36, la del zurdo fue la más baja para un pitcher con mínimo 10 juegos como abridor e igual número en rol de relevista desde que The Big Train lo hizo con los Senadores de Washington en 1918.  Los dos representan lo que está por venir.

Ranger Suárez. Fotografía de Rich Schultz / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP

Historias que seguirán escribiéndose en 2022…

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Fuentes:

MLB.com

Baseballreference.com


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