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¿Qué dijeron los especialistas en el foro Prodavinci sobre la salud mental en pandemia?

22/07/2020

Ángel Alayón, director de Prodavinci y moderador del foro; la psicóloga Yorelis Acosta y los psiquiatras Freddy Javier Guevara y Wadalberto Rodríguez. Captura de pantalla.

Han transcurrido 131 días desde que se reportaron los dos primeros casos confirmados de covid-19 en Venezuela. Al martes 21 de julio de 2020, el país acumula 12.774 contagios y 120 fallecidos. En este escenario de pandemia, hay quienes no pueden conciliar el sueño durante la noche y abandonan las rutinas que solían cumplir durante el día. Los padres se preguntan cómo ayudar a sus hijos agobiados por el encierro. Otros, no saben cómo lidiar con las tensiones en casa, sobre todo cuando hay familiares que no siguen las medidas de prevención contra el nuevo coronavirus.

La psicóloga Yorelis Acosta y los psiquiatras Javier Guevara y Wadalberto Rodríguez participaron el martes 21 de julio en el seminario web de Prodavinci “Salud mental y emocional en tiempos de pandemia”, en el que conversaron sobre las inquietudes que han surgido ante la nueva normalidad y la mejor manera de manejarlas, para cuidar nuestro bienestar y el de las personas con las que convivimos.

Identificar las emociones negativas

Temor ante un enfermedad nueva, tristeza por no saber qué va a pasar en los próximos meses, desesperanza ante los cambios en el hogar. La psicóloga Yorelis Acosta explicó que son reacciones comunes desde los inicios de la pandemia. Ella, que ha estudiado las emociones en momentos de crisis desde hace cinco años, usa el modelo cromático de Robert Plutchik para comprenderlas mejor. El modelo, representado en una flor de varios colores, sirve de guía para identificar la intensidad con la que sentimos las 8 emociones primarias.

“Toda la población va a sufrir alteraciones, angustia, desórdenes del sueño, agotamiento e irritabilidad. Es una respuesta normal ante una situación anormal, pero no todas las personas van a tener la misma sintomatología ni la misma intensidad”, dijo Acosta.

Cuando la covid-19 fue declarada pandemia en marzo de 2020, se pensó que el grupo más vulnerable serían los adultos mayores. Después de cinco meses en cuarentena nacional, se comprobó que los niños y adolescentes “también están presentando trastornos de comportamiento o dificultades para el manejo de las emociones adecuadamente”.

Durante las primeras semanas de la pandemia, Acosta registró en sus estudios conductas irracionales, miedo y pánico. “Fueron los días que vimos a la gente correr a las farmacias y a los supermercados”, recordó. En ese momento, nadie esperaba que la cuarentena y otras medidas de prevención fueran aplicadas por un largo periodo. De modo que, tras dos semanas de cuarentena y distanciamiento social, Acosta notó cambios en las personas. “Hay comportamientos de hastío, cansancio, angustia y aburrimiento. La gente ya comienza a sentirse desesperada en sus casas”.

Acosta afirmó que “los hogares hoy día son unas ollas de presión”. La tensión crece por la convivencia prolongada y por la necesidad de cumplir roles simultáneos (teletrabajo, atender tareas domésticas, ayudar al niño o niña con sus deberes). “Estamos lidiando con nuestro propio cambio emocional, más los que están a nuestro alrededor”, dijo la psicóloga. Esto hace que los problemas intrafamiliares o las diferencias de pareja que ya existían sean cada vez más visibles.

La pandemia también desnudó a la ciencia. Hasta entonces, la imagen del conocimiento científico era la de una construcción indestructible. “Que un elemento tan pequeño, tan minúsculo, pudiera ser un reto para la humanidad había creado la sensación de vulnerabilidad”, dijo el psiquiatra Javier Guevara.

Ante una enfermedad novel, la ciencia se esfuerza por comprender su dinámica de transmisión y sus efectos en el organismo adulto y en los niños. Mientras la covid-19 se expande, la medicina también trabaja para desarrollar el mejor tratamiento y una vacuna.

El psiquiatra Wadalberto Rodríguez citó un estudio publicado en una revista de psicoinmunología, cuyos resultados revelaron que después de la pandemia se habían intensificado los síntomas de pacientes que ya tenían cuadros de depresión, irritabilidad e insomnio. Un 30% de estos pacientes sufrieron un cuadro de trastorno de estrés postraumático después de que la covid-19 se extendió por todo el mundo, “y es bien interesante porque el estrés postraumático está definido como una enfermedad que solamente aparece después de eventos extraordinariamente catastróficos en la vida del sujeto”. Sin embargo, lo que más preocupó a Rodríguez es que el estudio observó que algunos pacientes sanos desarrollaron enfermedades mentales después de la pandemia.

Los especialistas coinciden en que la salud mental del venezolano está afectada por la crisis social y económica desde 2015. La pandemia profundizó las perturbaciones preexistentes del bienestar emocional.

Acosta identificó “emociones que se han enquistado en los venezolanos, como confusión, dolor intenso, ansiedad generalizada e incluso culpa al sentirnos bien por prosperar en medio de la crisis”.  Estas emociones afectan la “percepción de la realidad, futuro, adversidad y de los recursos que tenemos para hacerle frente a los momentos difíciles”. Las personas tienen una “visión de túnel” cuando se les invita a imaginar el futuro, y se sienten más vulnerables. Los especialistas también advirtieron que cifras no oficiales revelan un aumento del número de suicidios en los últimos años. Rodríguez dijo que en 2012 se reportaron 788 casos, “pero para el semestre de enero-junio de 2018 hubo sólo en Caracas 786, casi el mismo número para todo el país hace 6 años”.

Para Acosta, el quiebre de la cotidianidad como consecuencia de la pandemia no solo deja en evidencia “las heridas sociales” en Venezuela. También, la necesidad de sanarlas de cara al futuro, aunque todavía sea incierto. “Esta ruptura de las certezas y de la forma de vivir nos está invitando a imaginarnos una nueva manera de relacionarnos en la educación, en lo laboral y en lo social. Esos nuevos esquemas hay que imaginarlos y construirlos”.

Activar la creatividad en cuarentena

Una vez que fue superada la peste negra llegó el Renacimiento. Guevara dió esta referencia para explicar cómo “el aislamiento en la vida social y en la vida psíquica de las personas puede favorecer el nacimiento de nuevas formas de ver la existencia”. El psiquiatra reconoció que la supervivencia resta energía a los venezolanos, “pero que le roben un poquito de ese energía a la supervivencia y se la den a la creatividad es fundamental para poder sobrevivir en circunstancias como estas”.

La pandemia eliminó de forma repentina la compensación que recibimos del mundo exterior. Por eso, “te obliga a mirarte dentro”, dijo Guevara. Esto implica que desde familias enteras hasta personas que viven solas deben “relacionarse con su mundo, con las ideas, con sus pensamientos, con sus emociones, y deben tratar de lidiar con ellas y con sus propias preocupaciones y dificultades”.

Para manejar la ansiedad, se recomienda hacer ejercicios dentro de la casa o meditar “para asimilar las emociones y vivirlas de manera diferente”. Sin embargo, para Guevara “una de las cosas más importantes que ha aparecido en estos momentos en la vida psíquica de los seres humanos es el empleo de la creatividad”. Hay personas que han comenzado a escribir diarios, otras decidieron pintar, y otros sembrar.

Cualquier actividad que estreche los vínculos con nosotros mismos es bienvenida. Esto significa “aprender a contemplarse y a aceptarse con nuestras complicaciones”. Guevara explicó que “es allí donde aparecen todas las desesperaciones, todas las confusiones y las dificultades de las relaciones interpersonales”.

Mantener las rutinas, mantener el control

“La vida está dentro de uno, no fuera de uno. Sin embargo, como nos enseñaron a vivir de esa manera, nos puede llevar un tiempo más o menos largo aprender a manejarse en esas instancias. No todo el mundo es tan creativo como para ponerse a pintar o a escribir, o en todo caso, no nos enseñaron a manejar la creatividad”, agregó Rodríguez.

El psiquiatra planteó buscar “una especie de solución intermedia entre lo que debemos aprender y lo que somos en este momento”. Propuso mantener una vida similar a la que se tenía antes de la covid-19, dentro de las limitaciones que impone la cuarentena, el distanciamiento social, y otras medidas de prevención. Para lograrlo, hay que seguir las rutinas. “Estoy convencido de que al mantener una rutina podemos tener una cierta sensación de control”.

Recomendó vestirse todos los días tal como lo haría para salir de casa, aunque el país esté en cuarentena y usted no planee hacer mercado o ir al trabajo. Usar todo el tiempo la ropa para dormir implica arrastrar el día anterior al presente. “Estás convirtiendo todos los días en un mismo chicle que se estira, y eso no funciona”. Rodríguez también recomienda hacer alguna actividad física, porque el cuerpo está acostumbrado a estar en movimiento. “No tiene que ser exigente”, dijo el psiquiatra.

Hay que mantener los ritmos biológicos del organismo, “y el fundamental de todos ellos es el sueño, porque hay una producción hormonal mientras dormimos que no se da durante las horas del día en las que recibimos luz solar”. La alteración del ciclo puede conducir a “problemas de orden emocional, como depresiones; o estados de ansiedad”.

Cumplir la higiene del sueño para combatir el insomnio  

Rodríguez explicó que el sueño es una función biológica, y como tal tiene pautas de higiene para procurar el descanso de la mente y el cuerpo. Durante el foro, dio 8 recomendaciones para combatir el insomnio:

  1. Acostarse y levantarse todos los días a la misma hora. 
  2. No dormir durante el día. Si necesita descansar en el día, la siesta no puede durar más de 20 minutos. 
  3. Evitar el ejercicio intenso cuatro horas antes de ir a la cama. “La gente piensa que al hacer bastante ejercicio estará muy cansada y dormirá mejor. Eventualmente, la persona se va a quedar dormida, pero el cuerpo no descansa apropiadamente porque la excitación fisiológica que produce el ejercicio no permite que el sueño llegué a la etapa profunda”, dijo Rodríguez.
  4. Evitar las comidas abundantes en la noche. Tampoco es recomendable acostarse sin cenar porque el hambre puede perturbar el sueño.  
  5. Tener una especie de ritual: apagar las luces, disminuir la cantidad de ruido dentro de la casa, hacer una actividad tranquila. “Es muy importante no pasar directamente de la computadora a la cama, porque la reverberación de circuitos en el cerebro queda grabada sobre los ojos por causa de la estimulación lumínica de la pantalla”.
  6. Pararse si se despierta en la noche y pasan más de 15 minutos sin conciliar el sueño. “Si se queda en la cama, se va a desesperar y estará más ansioso. Lo mejor es salir de la cama y hacer alguna actividad tranquila, oír música suave, sentarse en un sillón y leer un rato, jugar un poco de Solitario”. 
  7. No recurrir al alcohol para dormir. “Es diferente estar sedado a estar dormido, porque el cuerpo no descansa. El alcohol solo lleva a la sedación”. 
  8. Evitar fumar durante las horas cercanas al sueño. “Fumar da la sensación de que estás controlando la ansiedad, pero la  nicotina es un estimulante y su efecto se mantiene aproximadamente 8 horas después de la última vez que fumaste”.

No perder la cabeza con los que están en negación

“¿Cómo lidiar con el estrés que me producen mi familia y amigos que no creen que exista la covid-19?”, preguntó una espectadora. Acosta dijo que lo mejor es insistir en las medidas de protección y ser un modelo a seguir en el hogar. Aunque el nuevo coronavirus parece lejano, la actitud frente a la enfermedad cambia cuando se sabe que alguien cercano ha sido infectado. De la incredulidad, se pasa al miedo. “La única manera de que se miedo disminuya es cumpliendo la norma de higiene y protección”.

Guevara explicó que cuando el ser humano ve algo que puede ser peligroso para su vida psíquica, tiende a negarlo. Es un mecanismo de defensa. “Por eso, muchas veces hemos visto la negación de la enfermedad como hecho real y conciso. Sólo cuando las personas notan que existen otros a su alrededor que enferman, y que la situación se les va complicando, comienzan a hacer una aproximación a esa enfermedad”. Algunos dirán que el nuevo coronavirus es parte de una conspiración mundial o de un complot creado en laboratorios, “esas son cosas que están siempre en el imaginario colectivo y que nos facilitan nuestras negaciones con respecto a las enfermedades que nos aquejan”.

Cinco tips para recordar todos los días

  1. Escoger tres cosas que te den calma y aplicarlas cada día. “Mantener la calma es el gran reto para los venezolanos, y se logra con un entrenamiento”, dijo Yorelis Acosta. “Eso hace que el miedo y la rabia no se apodere de usted ni anule la capacidad de decidir y construir soluciones”.
  2. Abrir un espacio a las preocupaciones, sin dejar que convivan con usted las 24 horas del día. Aprovechar un momento para sentarse y escribir qué es lo que le inquieta, de modo que pueda concentrarse en su trabajo el resto del día y no tenga problemas para dormir. 
  3. Mantener un ritmo de actividades para los niños y niñas en casa, que les permita tener esparcimiento, educación y tranquilidad, así como interacción familiar con quienes convive. Javier Guevara propuso hacer actividades manuales y lecturas. 
  4. Evitar las tareas simultáneas. Establecer horarios para trabajar, atender tareas domésticas, y apoyar a los hijos o a otros miembros de la familia.
  5. Buscar ayuda profesional si considera que no puede manejar la situación solo. “Esto no implica que esté loco, implica que necesita apoyo y que necesita ser escuchado para compartir las dificultades. Cuando otra persona da una perspectiva diferente de la vida, te da la sensación de que formas parte de una sociedad”, dijo Guevara.

En el canal YouTube de Prodavinci puede ver completo este seminario web:


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