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La ciudad fronteriza de Venezuela que más espera la ayuda humanitaria

22/02/2019

Melissa Ramírez (centro) posa para una foto con niños que se benefician del comedor Nueva Venezuela. El comedor recibe insumos de Alimenta tu Solidaridad una fundación con presencia en toda Venezuela. Ramírez es la representante de la fundación en San Cristóbal. Fotografía de Univision Noticias

SAN CRISTÓBAL, Venezuela.- El comedor comunitario “Mi Nueva Venezuela” es uno de los lugares donde se podría distribuir la ayuda humanitaria que el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ha prometido transportar a todos los puntos del país.

Acá almuerzan todos los días 25 niños en riesgo de desnutrición, cuyas familias no tienen como comprar suficientes alimentos, pues sus ingresos han sido pulverizados por la hiperinflación que azota al país.

Myriam Rodríguez, una vecina del barrio Las Margaritas, cocina todos los días los almuerzos. Los insumos le llegan a través de Alimenta La Solidaridad, una fundación que recibe donaciones de empresas locales y que también tiene vínculos con líderes de la oposición.

Rodríguez cree que si entra ayuda al país, pudiera alimentar a más niños en su comedor. “Hay muchos padres que quieren ingresar a sus hijos”, asegura. “Pero no me alcanza para más.”

La Asamblea Nacional, liderada por el juramentado presidente interino Juan Guaidó, ha prometido que este sábado ingresarán a Venezuela varias toneladas de comida y medicinas para aliviar el sufrimiento de miles de venezolanos azotados por la hiperinflación y la escasez de productos básicos.

El presidente Nicolás Maduro, no reconocido por un número creciente de países que consideran que llegó al poder tras unas elecciones amañadas y por tanto ilegítimas, se ha opuesto a la entrada de estos insumos, que fueron donados a la oposición por varios países encabezados por Estados Unidos, pues considera que la entrada de ayuda estadounidense es una afrenta a su mandato y parte de un plan para sacarlo del poder.

Aún está por verse si los insumos, almacenados en un galpón en la ciudad colombiana de Cúcuta, entran a Venezuela el sábado por vía terrestre acompañados por miles de ciudadanos, como han dado a entender los miembros de la Asamblea Nacional encabezados por Guaidó. Eso también depende de militares venezolanos ubicados en la frontera.

Pero en San Cristóbal, una ciudad de 600,000 personas que esta ubicada a solo 40 millas de la frontera, ya hay varios grupos organizándose para recibir la ayuda. Y otros que exigen que entre lo más pronto posible.

A una media hora del comedor “Mi Nueva Venezuela” se encuentra el Centro de Diálisis Los Andes, una clínica para pacientes renales que pertenece a un operador privado, pero es financiada por el estado venezolano.

Unos 70 pacientes dependen de esta clínica para hacerse sus sesiones semanales de diálisis sin las cuales no podrían sobrevivir.

Pero cada día el acceso a este tratamiento se torna más difícil. Las sesiones de diálisis son interrumpidas por cortes de luz, y si estos duran mucho tiempo, los pacientes quedan expuestos a toxinas en su sangre que pueden ser letales.

Tres de las 15 máquinas de la clínica no funcionan por falta de repuestos y hasta hace poco algunas carecían de filtros especiales, que solo se obtuvieron gracias a una donación del Club de Rotarios.

También faltan insumos básicos que los pacientes deben traer a las sesiones por su propia cuenta. Elcida Sánchez, una paciente de 65 años, dice que le ha tocado traer mangueras, suero y adhesivos para sostener agujas a sus últimas sesiones de diálisis. Para obtenerlos tuvo que recurrir a donaciones de familiares y amigos, pues su pensión, que ahora equivale a 6 dólares al mes, no alcanza para mucho.

Sánchez ya tiene dificultades para llegar a la clínica pues vive a tres horas de la ciudad. Su esposo la lleva en moto, pero este medio de transportes se ha visto afectado por la escasez de gasolina, que ahora es rampante en esta región.

“¿Porqué Maduro no deja pasar la ayuda que tienen en Colombia?” dice Sánchez exasperada, mientras está conectada a una máquina de diálisis por dos mangueras. “Necesitamos medicamentos y necesitamos la comida, porque si no nos morimos de la enfermedad nos morimos de hambre.”

Para muchos simpatizantes de Maduro, la actual escasez de productos básicos es el resultado de “una guerra económica” según la cual gobiernos como el de Estados Unidos, presionan a empresas de fármacos y comida para que no le vendan productos a Venezuela.

William Gómez, el alcalde de San Antonio, un municipio vecino de San Cristóbal, asegura que la situación podría mejorar si otros países le ayudan al gobierno venezolano a importar y a distribuir productos.

“El estado Venezolano no necesita en estos momentos que le regalen” dice. “¿Porqué no dejarnos importar y comprar nuestros propios productos?”

Para la oposición, la escasez de alimentos y medicinas ha sido causada por los controles de precios impuestos por el régimen de Maduro y su antecesor Hugo Chávez, y también por controles de cambios de divisas extranjeras que complican la importación de ciertos bienes. Pero el aspecto más resaltante es la creciente deuda contraída por el gobierno con farmacéuticas en la medida en que los precios del petróleo y la producción de crudo nacional por la mala gerencia se han ido en picada, impactando los ingresos del estado considerablemente.

Ahora la oposición se prepara para actuar como un proveedor de ayuda humanitaria, con el apoyo internacional encabezado por Estados Unidos, retando al gobierno venezolano que lleva varios años distribuyendo cajas de comida subsidiada conocidas como CLAP.

En San Cristóbal, la organización Alimenta tu Solidaridad, se prepara para ser parte de este nuevo esfuerzo. La ONG comenzó a operar en esta zona de Venezuela el año pasado y ya maneja tres comedores que alimentan a 110 niños, incluyendo el comedor Mi Nueva Venezuela. Su directora regional, Melissa Zambrano, dice que ya han hecho una solicitud ante la Asamblea Nacional para ser uno de los grupos que distribuye la ayuda alimentaria.

“Este gobierno solo ha empobrecido a Venezuela y lo ha llevado a la tristeza y desesperanza” dice Zambrano. “Nosotros estamos enfocados en hacer algo por Venezuela.”

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Este texto se publicó originalmente en Univisión.


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