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Comercio exterior en tiempos de coronavirus: “caída sin precedentes”

04/05/2020

Puerto de Hamburgo. Fotografía de Getty Images | AFP | M. Mac Matzen

En el puerto más grande de Alemania, en Hamburgo, los altibajos de la coyuntura económica se reflejan inmediatamente: cuanto más cargados van los gigantes buques portacontenedores que recorren el río Elba hasta Hamburgo, mejor es la señal. Y viceversa: si el Elba entra en calma, es que la economía se hunde. No obstante, actualmente, esta regla se cumple con retraso.

Cuando la crisis del coronavirus ya había provocado el cierre de fábricas y mermas en la producción en China, los negocios en Europa seguían como siempre. Pese a la reducción de las importaciones provenientes del Lejano Oriente -que la disminución del tráfico en el Elba y las crecientes brechas en los muelles de contenedores hicieron visible-, las ventas continuaban en Alemania como si nada hubiera sucedido.

Pero, el desajuste entre bienes entrantes y salientes comienza a notarse en estas semanas. Mientras China vuelve a producir y los buques cargados de mercancías ya están en camino a Europa, las ventas están cayendo significativamente en Alemania. Los grandes almacenes continúan mayormente cerrados. Muchos minoristas aún tratan de entender el comercio en línea. Y muchos clientes lidian con problemas mucho más serios que tratar de comprarse pantalones nuevos.

«El declive más fuerte jamás observado»

Las cifras oficiales lo confirman: el Instituto Leibniz de Investigación Económica (RWI) y el Instituto de Economía y Logística del Transporte Marítimo (ISL) publican regularmente el índice de manejo de contenedores RWI/ISL, que se basa en información de 91 puertos internacionales.

En febrero, este índice cayó 10,9 puntos. Según RWI, este fue el «declive mensual más fuerte jamás observado» y la causa estuvo en «los puertos chinos». Actualmente, de acuerdo con el índice RWI/ISL del pasado 30 de abril, la actividad comercial se está recuperando.

Roland Döhrn, jefe de investigaciones macroeconómicas del RWI, que había observado una «caída sin precedentes» en febrero, lo explica así: «La pandemia se hizo sentir de modo paradójico en marzo. En China, los puertos volvieron a operar con normalidad, mientras que las medidas contra la pandemia disminuyeron la actividad comercial en el resto del mundo».

En un mes…

En el comercio entre Europa y el Lejano Oriente, hay que tener en cuenta un desfase temporal, ya que un contenedor demora aproximadamente un mes en viajar desde China hasta Europa.

No es posible hablar de cifras actuales en Hamburgo, porque las «retomadas actividades productivas en China se notarán en el tráfico de contenedores con un retraso de varias semanas», explica también Annette Krüger, portavoz de la empresa logística alemana Hamburger Hafen und Logistik AG (HHLA). Sin embargo, se espera que «el volumen de actividad comercial desde China aumente» en aproximadamente un mes.

El rápido flujo de contenedores es crucial

Mientras tanto: ¿Qué hacer con las mercancías si cada vez llegan más contenedores, pero los almacenes de los clientes aún están llenos y estos no pueden o no quieren recoger los productos? «La HHLA está en estrecho contacto con transportistas de carga e importadores, para desarrollar, temprana y conjuntamente, soluciones a posibles obstáculos en las cadenas de suministro», asegura Krüger.

En principio, la HHLA está bien preparada y no debe temer un atasco: «Las terminales ya han demostrado ser amortiguadores confiables ante otros retrasos relacionados con el clima». No obstante, la empresa está trabajando «preventivamente en un replanteo del manejo del espacio. Queremos asegurar, básicamente, el rápido flujo de contenedores en las terminales», resume la portavoz.

¿Y el paso por aduanas?

Pero los contenedores no solo desembarcan en el puerto de Hamburgo. Bremerhaven también tiene un importante punto de transbordo con una de las terminales de contenedores adosadas más grandes del mundo. Es operado por la empresa Eurogate GmbH, con sede en Bremen, que almacena contenedores en un área de 3 millones de metros cuadrados.

Steffen Leuthold, jefe de comunicación corporativa de Eurogate, se muestra confiado: «No vemos ningún peligro, actualmente, de que nuestras terminales se llenen por completo y esto conduzca a una congestión de proporciones incontrolables». Además, eventualmente, dispondrían de «algunas áreas alternativas» para almacenamiento local.

Hamburgo ya busca soluciones en los alrededores. En caso de atascos, adelanta Annette Krüger, «HHLA está evaluando áreas fuera de sus instalaciones. Esas áreas deben cumplir con requisitos tanto económicos como operativos, así como con regulaciones aduaneras. Estamos en conversaciones sobre esto».

Descuentos: otro buen indicador económico

No solo los operadores portuarios sienten los altibajos del comercio con el Lejano Oriente. Tampoco los importadores escapan. Un buen ejemplo es la industria textil. Axel Augustin, portavoz de la Asociación del Comercio Textil Alemán (BTE), notó la caída en las ventas en el primer trimestre, dice a DW, pero luego se equilibró: «La mayor parte [de los productos] se está entregando con retraso».

Sin embargo, según el portavoz de BTE, «los almacenes todavía están llenos de productos de primavera sin vender. Los comercios tienen demasiada mercancía y, debido a las restricciones, también necesitan significativamente menos artículos de verano que los encargados».

Los minoristas tienen un problema y exactamente dos posibles soluciones: o destruyen los productos que no pueden vender, o los venden mucho más baratos. Así que no solo el tráfico de contenedores en el Elba, sino también las etiquetas de precios de las cadenas de moda nos revelarán el estado de la economía.

(rml/jov)

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