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El 14 de abril de 2018, se cumplen cinco años de la victoria –aunque bastante discutida– del hoy presidente Nicolás Maduro. Durante su gestión, Maduro ha seguido impulsado el llamado Socialismo del Siglo XXI, modelo basado en políticas económicas de control administrativo, planificación centralizada y rechazo a la propiedad privada.
En diciembre de 2013 (mes en que el barril petrolero promediaba 97,31 BsF/US$), y mes en que el presidente Hugo Chávez abandonó su cargo, los principales indicadores económicos, sociales y geopolíticos reflejaban el inicio del colapso de un modelo que había logrado mantenerse a flote gracias a los subsidios desordenados y desproporcionados –aquí pueden ver el artículo que publicamos en Prodavinci en aquella oportunidad–. Y si bien el siempre creciente gobierno de Maduro insiste en que la actual crisis se deriva de una llamada «guerra económica» en su contra, hoy son muy pocos los que consideran que el Socialismo del Siglo XXI no ha sido un rotundo fracasado.
Aunque la opacidad de la información oficial y los pronunciados retrasos en su divulgación se han convertido en una política de Estado, veamos algunos números que permiten expresar la magnitud de la crisis socioeconómica de los últimos cinco años:
Producción agregada. Al cierre de 2017, Venezuela acumuló 4 años ininterrumpidos de contracción económica. En particular, según la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, la economía venezolano se contrajo en 40% entre 2014 y 2017. Vale decir: según cifras de Conindustrias, si bien para el segundo trimestre de 2013 la industria nacional estaba trabajando a un nivel alarmante de 53,9% de su capacidad instalada, para el segundo trimestre de 2017 (último dato disponible) estaba trabajando a 34,8% de su capacidad instalada.
Producción petrolera. Según cifras reportadas por Venezuela a la OPEP, la producción petrolera pasó de un promedio mensual de 2.754 miles de barriles diarios (MBD), en abril de 2013, a 1.769 MBD en enero 2018. Según una encuesta realizada por Reuters, la producción petrolera venezolana cayó a 1.560 MBD en marzo de 2018, lo que representaría una caída de 43,4% respecto a abril 2013.
Ambiente de negocios. El Informe Doing Business del Banco Mundial clasificó a Venezuela como la 6ta peor economía (posición 180 de un total de 185 países) para hacer negocios en el mundo en 2013. Para 2018, Venezuela caía varias posiciones y quedaba clasificada como la 3era peor economía (posición 188 de un total de 190 países).
Tipo de cambio. Entre el lunes 15 de abril de 2013 y el 23 de marzo de 2018, el tipo de cambio oficial pasó de BsF 8,21 por euro (6,3 BsF/US$) a BsF 61.169,03 por euro. Esto refleja una devaluación de 99,99%.
Reservas internacionales. Cifras oficiales del BCV reflejan que entre el lunes 15 de abril de 2013 y el lunes 2 de abril de 2018, las reservas internacionales (incluyendo US$ 3 millones del FEM) pasaron de US$ 25.863 millones a US$ 9.583 millones. Esto representa una caída de 62,9%.
Liquidez monetaria. Cifras del BCV muestran que entre el viernes 12 de abril de 2013 y el viernes 23 de marzo de 2018, la liquidez monetaria (M2) se multiplicó por 513, al pasar de casi BsF 761 millardos a poco más de BsF 391 billones. Sin embargo, la capacidad de compra de cada bolívar se ha visto enormemente mermado por la inflación. Más aún, las monedas y billetes se tornaron insuficientes para las transacciones del día a día: mientras que al cierre de abril 2013 las monedas y billetes representaban 11,5% de M2, al cierre de enero 2018 representaban apenas 5,6% de M2. Más aún: suponiendo que en febrero y marzo no se hayan puesto nuevos billetes en circulación y considerando los aumentos de M2 de esos dos meses, la proporción cae a 2,3%.
Inflación. Según la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, la inflación llegó a 2.616% en todo 2017 y a más de 6.000% entre febrero 2017 y febrero 2018. No sorprende puesto que, entre abril de 2013 y febrero de 2018, los costos de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) y de la Canasta Básica Familiar –ambas medidas por el Cendas-FVM– se multiplicaron por 6.890 y por 5.046, respectivamente.
Salario mínimo y costo de la vida. Desde que Maduro asumió la presidencia constitucional en abril de 2013, ha aprobado dos decenas de aumentos de salario mínimo (y otra decena de aumentos del bono de alimentación), el mismo número de aumentos aprobados durante los 15 años de presidencia de Hugo Chávez. Sin embargo, a febrero de 2018 se necesitan poco más de 151 salarios mínimos para cubrir el costo de la CAF, mientras que en abril de 2013 se necesitaban cerca de tres. Considerando el bono de alimentación, las familias necesitarían 47 ingresos mensuales integrales para cubrir el costo de la CAF, mientras que en abril de 2013 se necesitaban menos de dos.
Pobreza e inseguridad alimentaria. Según la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2017, la pobreza por ingreso fue de 87%; y al contrastar mediante un método integrado (ingreso y NBI), resalta que 56% de la pobreza era reciente mientras que 30% es crónica. Además, 9 de cada 10 venezolanos no podían pagar su alimentación diaria; aproximadamente 8,2 millones de venezolanos ingerían dos o menos comidas al día; y 6 de cada 10 venezolanos perdieron un promedio de 11,4 Kg de peso en todo 2017.
Sistema público de salud. Según la Encuesta Nacional de Hospitales, en 2017 al menos 75% de los hospitales del país presentaba insuficiencia de medicamentos, de materiales médicos quirúrgicos y de catéteres y sondas; al menos 71% presentaban fallas en los servicios de ecografías; y al menos 89% presentaban fallas en los servicios de laboratorio, de rayos X y de tomografías. Además, 51% de los pabellones del país estaban inoperativos y de las 25.909 camas existentes según el Ministerio de Salud (un número bastante inferior a las 93.085 camas recomendables según la Organización Mundial de la Salud), el 39 % estaba fuera de servicio.
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No parecen quedar dudas sobre las desalentadoras consecuencias del Socialismo del Siglo XXI. Sin embargo, en la medida en que las estrategias del gobierno central no se alineen con las verdaderas necesidades de los venezolanos, la crisis se profundizará el desarrollo del país seguirá siendo un sueño.
Anabella Abadi M.
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