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Ramsés quiere un riñón

Arianny Gómez retratada por Roberto Mata

07/04/2019

Ramsés tiene cinco años y depende de una máquina de hemodiálisis. Él y yo viajamos cada lunes diez horas desde Carúpano a Caracas. En el camino se come la arepa rellena que le llevo. Si se porta bien y no se marea, porque son muchas las curvas, le doy una comida sabrosa cuando el autobús hace una parada. Ramsés quiere un riñón. Se dializa los martes, descansamos los miércoles y se dializa de nuevo el jueves. Cuando no tengo dinero para el hotel me quedo en el hospital. Los viernes regresamos a Carúpano. Diez horas de viaje otra vez. A veces la vía está cerrada, nos agarra la noche o nos quedamos varados en un terminal.

Cuando estamos en Carúpano le gusta ir a la playa. Sabe que no se puede meter en el agua porque se infecta. Disfruta la brisa. Le mojo las manos y se contenta. Nunca ha ido a la escuela: la enfermedad no se lo permite. Quiere aprender. ¿Pero en qué tiempo? Lo he visto convulsionar hasta quince veces seguidas. Le afecta las neuronas. El catéter se infecta porque la bomba de ósmosis del Hospital J.M. De Los Ríos está contaminada. Desde hace dos años no se hacen trasplantes en Venezuela porque no hay inmunosupresores. Está condenado a una máquina y cada día lo veo deteriorarse.

He visto morir a muchos niños porque la diálisis saca lo malo del cuerpo pero lo bueno también. Todos anhelando un riñón, ser trasplantados.

La última vez que le cambiaron el catéter a Ramsés, por estar infectado, el quirófano no tenía aire acondicionado, no tenía agua, estaba sucio. Pero era necesario cambiárselo para poderlo dializar. Firmé un consentimiento para intervenirlo en esas condiciones. Después convulsionó. Muchos días acumulados sin tratamiento, los apagones eléctricos atrasaron los turnos una semana.

Ramsés me pide una casita en Caracas para poder estar con sus hermanos y ser trasplantado. Dice que se cansa del viaje. “Tú te cansas también, mamá, porque yo lo sé”.

A veces la cosa se pone ruda. Tengo rabia, siento impotencia, no es justo. Estos niños tienen derecho a vivir.

***

Arianny Gómez, 30 años, madre de Ramsés Emilio Millán Gómez, paciente de hemodiálisis, 5 años.

 


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