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Este poema pertenece al libro Mata de nervios, que acaba de publicar en Medellín (Colombia) Frailejón Editores y que en 2025 aparecerá en Venezuela bajo el sello de Oscar Todtmann Editores.
En sus más de treinta libros de poesía, narrativa, testimonio y literatura infantil Jacqueline Goldberg ha nombrado poquísimas veces su ciudad natal. En Mata de nervios Maracaibo es protagonista de poemas inclasificables: cuentan historias, a ratos son crónicas, autobiografía, ucronía, ficción. Con ironía, desparpajo y humor el libro se asoma a una cotidianidad dolida y a la vez reconciliada, que se busca desde vertientes casi contradictorias como la botánica, la lingüística, el cuerpo, la infancia, la familia y los exilios. Maracaibo es aquí una inusual mata de nervios, también lo es la voz que la nombra y rememora.
nacer en maracaibo significa
que uno anda casi siempre
–no se sabe de qué sitio– muy lejos
(Hesnor Rivera)
1]
tengo la certeza
de que mi madre me ha abandonado
debió llegar hace una hora
quién sabe dónde dormiré
qué erizos cenaré
a las cinco y cuarto debí verla
llegar en nuestro malibú celeste
tan pequeña ella
tan enorme el automóvil
que parece conducirse solo
estoy sentada en el porche
de la academia de ballet
en un piso de granito blanco y negro
mi espalda apoyada en la puerta principal
que raramente se abre
y cuando lo hace es para arrojarnos
la silueta de marina a contraluz
sus gruñidos exigiendo silencio
en la espera
veo a otras bailarinas jugar yaquis
nunca juego
recoger yaces con una sola mano
mientras una pelotica rebota
es destreza que jamás tendré
por el temblor de mis manos
estoy aquí
a expensas de grietas y relámpagos
a la buena de dios
mi madre cree que el ballet clásico
robustecerá mis brazos
les dará sosiego
–no será así–
jamás seré bailarina
la danza es tortura
no terapia
constancia por la que aborrezco
mi cuerpo
su pequeñez
su planitud
sus comisuras
2]
tengo cinco años
tal vez seis
mi madre suele traerme
con aburridora antelación
dos veces por semana
me quedo ante el portón de metal
cuya ruidosa traba yo misma abro y cierro
nadie nos espera
nos vigila
nos despide
atravieso el gran jardín
salto sobre el sendero de grava
que conduce a lo que alguna vez
fue cochera / ahora vestidor
muro y troncos forman un pasillo
por el que llego al patio trasero
con árboles de mango
escurridizos
cuando sale la clase anterior
nosotras debemos vestir
malla y medias
a veces negras
a veces rosadas
a veces combinadas
llevo todo en un bolso
que ha tejido mi abuela paterna
con hilos de azules siberianos
recordaré siempre
el olor de estos días
a gamuza
a madera
a mojado
a frío
antes de las clases
no corremos para no sudar
no reímos porque nos regañan
no alzamos la voz porque es de plebeyos
no estamos
del todo en maracaibo
esto es járkov
donde nació irene lewandowsky
mi maestra de ballet
esto es el palacio de invierno
de san petersburgo
donde vivió marina
la estricta vigía de la academia
3]
mi madre está a nada
de expulsarme de lo aquietado
no me olvidó
–debo repetírmelo–
está ocupada
muy ocupada
mi hermano es pequeño
acabamos de estrenar apartamento
aún faltan bombillas en las habitaciones
nuestra vida es una ballena
nos traga en su órbita
de principios y derivas
para colmo
los muchos médicos
mis pesadillas
lo demás
el ballet
aunque me quejo
tiene el encanto de una vida anterior
la despaciosa rutina de la escuela
me hace convivir con las niñas
más relucientes de la ciudad
todas concentradas
sabias en trepar el aire
aquí todo se vuelve anhelo
el abracadabra
son ejercicios en la barra
en el centro del salón
coreografías
órdenes
siempre órdenes
primera posición
segunda posición
jeté
relevé
tercera posición
quinta posición
grand jeté
pas couru
soy la más pequeña
suelen ponerme delante
para no extraviarme en los espejos
a veces la maestra grita
apoyada en el piano de media cola
en un español que suena
al de mi abuela
fugaz
arcado
sin naturaleza
no es casual
irene nació en ucrania
mi abuela en lituania
hasta riman y alguna vez
fueron paisajes soviéticos
su semejanza va más allá
ambas tienen pelusa en los pómulos
surcos que no supieron
huir a tiempo del solazo
irene usa bastón
no sé si para amenazarnos
su cabello canoso
recogido en un moño
de marina tendré
imágenes brumosas
bajita
delgada
medio pellirroja
no muy blanca
ojos claros
andar ligero
malhumorada
amarga
severa
4]
pronto habrá acto de fin de curso
será en el teatro de bellas artes
el de los conciertos de la orquesta sinfónica
no recordaré mi papel
¿una flor?
¿una piedrita de hansel y gretel?
tendré incluso
un instante de gloria solista
no quedará retrato de tal debut
no sé quién me empujó
para que saliera a escena
si lo hice bien o mal
si temblé
si acaso volé
mi breve vida como aprendiz de bailarina
ocurre a las mismas horas en que mi padre
–mi padre también fotógrafo–
está ocupado en ajenas visiones
5]
un día
mientras emprenden
un difícil lanzamiento de yaquis
una niña cuenta que consiguió entrar
a la porción de casa
donde conviven marina e irene
en un estante de vidrio
atisbó una cucharilla de plata redonda
con un escudo en su parte convexa
debemos tener mueca de incredulidad
porque casi sin respirar
–un poco a gritos–
cuenta que marina no es marina
nos hace jurar
que no lo repetiremos
explica que marina
viene de una historia terrible
que por eso se ha escondido en maracaibo
sus padres y todos sus hermanos
fueron fusilados
la marina que no es marina
consiguió fugarse y llegar a parís
donde conoció a la bella irene ivanova chajova
la cucharilla es lo único
que habría podido llevar consigo
testimonio de sus días de gran duquesa
en adelante
acompañó a irene
por escenarios
de francia
áfrica
inglaterra
estados unidos
en diciembre de 1950
aterrizaron en maracaibo
junto al esposo de irene
quizás mercader
quizás ingeniero
en todas las academias
la marina que no es marina sino anastasia
debió hacer lo mismo
cobrar las mensualidades
poner orden
sermonear niñas
adorar a irene
ocultarse
6]
creí que anastasia
continuó en su austeridad venezolana
huyendo de la prensa
sus fotos en enciclopedias
su nombre en películas mentirosas
irene murió en 1998
anastasia supongo que antes
pregunto
pregunto
nadie la recuerda
nadie corrobora lo que recuerdo
mi madre ni siquiera admite
que sus demoras me hacían llorar
en 2007 dijeron
haber hallado a anastasia
en un bosque de abedules
dijeron
de indagaciones genéticas
dijeron
dijeron
dijeron
que anne anderson no fue anastasia
que marina no fue anastasia
dijeron sin decir
que no hubo misterio en mis tardes sin eco
aquellas de bailar y morir un poco
de pulir una voluntad
y empezar a creer en nada
¿habrá sabido anastasia
que su nombre significa «resurrección»?
¿comprendería que vivir en maracaibo
es estar más lejos que en cualquier lejos?
Jacqueline Goldberg
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