Poesía

Marina no era Marina

27/11/2024

Este poema pertenece al libro Mata de nervios, que acaba de publicar en Medellín (Colombia) Frailejón Editores y que en 2025 aparecerá en Venezuela bajo el sello de Oscar Todtmann Editores.

 

Anastasia Nikoláyevna Románova, Gran Duquesa de Rusia. Fotografo desconocido | Colección George Grantham Bain | Wikimedia

En sus más de treinta libros de poesía, narrativa, testimonio y literatura infantil Jacqueline Goldberg ha nombrado poquísimas veces su ciudad natal. En Mata de nervios Maracaibo es protagonista de poemas inclasificables: cuentan historias, a ratos son crónicas, autobiografía, ucronía, ficción. Con ironía, desparpajo y humor el libro se asoma a una cotidianidad dolida y a la vez reconciliada, que se busca desde vertientes casi contradictorias como la botánica, la lingüística, el cuerpo, la infancia, la familia y los exilios. Maracaibo es aquí una inusual mata de nervios, también lo es la voz que la nombra y rememora.

 

nacer en maracaibo significa

que uno anda casi siempre

–no se sabe de qué sitio– muy lejos

(Hesnor Rivera)

 

1]

 

tengo la certeza

de que mi madre me ha abandonado

 

debió llegar hace una hora

 

quién sabe dónde dormiré

qué erizos cenaré

 

a las cinco y cuarto debí verla

llegar en nuestro malibú celeste

 

tan pequeña ella

tan enorme el automóvil

que parece conducirse solo

 

estoy sentada en el porche

de la academia de ballet

en un piso de granito blanco y negro

mi espalda apoyada en la puerta principal

que raramente se abre

y cuando lo hace es para arrojarnos

la silueta de marina a contraluz

sus gruñidos exigiendo silencio

 

en la espera

veo a otras bailarinas jugar yaquis

 

nunca juego

 

recoger yaces con una sola mano

mientras una pelotica rebota

es destreza que jamás tendré

 

por el temblor de mis manos

estoy aquí

a expensas de grietas y relámpagos

a la buena de dios

 

mi madre cree que el ballet clásico

robustecerá mis brazos

les dará sosiego

–no será así–

 

jamás seré bailarina

la danza es tortura

no terapia

constancia por la que aborrezco

mi cuerpo

su pequeñez

su planitud

sus comisuras

 

2]

 

tengo cinco años

tal vez seis

 

mi madre suele traerme

con aburridora antelación

 

dos veces por semana

me quedo ante el portón de metal

cuya ruidosa traba yo misma abro y cierro

 

nadie nos espera

nos vigila

nos despide

 

atravieso el gran jardín

salto sobre el sendero de grava

que conduce a lo que alguna vez

fue cochera / ahora vestidor

 

muro y troncos forman un pasillo

por el que llego al patio trasero

con árboles de mango

escurridizos

 

cuando sale la clase anterior

nosotras debemos vestir

malla y medias

a veces negras

a veces rosadas

a veces combinadas

 

llevo todo en un bolso

que ha tejido mi abuela paterna

con hilos de azules siberianos

 

recordaré siempre

el olor de estos días

a gamuza

a madera

a mojado

a frío

 

antes de las clases

no corremos para no sudar

no reímos porque nos regañan

no alzamos la voz porque es de plebeyos

 

no estamos

del todo en maracaibo

 

esto es járkov

donde nació irene lewandowsky

mi maestra de ballet

 

esto es el palacio de invierno

de san petersburgo

donde vivió marina

la estricta vigía de la academia

 

3]

 

mi madre está a nada

de expulsarme de lo aquietado

 

no me olvidó

–debo repetírmelo–

está ocupada

muy ocupada

 

mi hermano es pequeño

acabamos de estrenar apartamento

aún faltan bombillas en las habitaciones

 

nuestra vida es una ballena

nos traga en su órbita

de principios y derivas

 

para colmo

los muchos médicos

mis pesadillas

lo demás

 

el ballet

aunque me quejo

tiene el encanto de una vida anterior

 

la despaciosa rutina de la escuela

me hace convivir con las niñas

más relucientes de la ciudad

todas concentradas

sabias en trepar el aire

 

aquí todo se vuelve anhelo

 

el abracadabra

son ejercicios en la barra

en el centro del salón

coreografías

 

órdenes

siempre órdenes

 

primera posición

segunda posición

jeté

relevé

 

tercera posición

quinta posición

grand jeté

pas couru

 

soy la más pequeña

suelen ponerme delante

para no extraviarme en los espejos

 

a veces la maestra grita

apoyada en el piano de media cola

en un español que suena

al de mi abuela

fugaz

arcado

sin naturaleza

 

no es casual

 

irene nació en ucrania

mi abuela en lituania

hasta riman y alguna vez

fueron paisajes soviéticos

 

su semejanza va más allá

 

ambas tienen pelusa en los pómulos

surcos que no supieron

huir a tiempo del solazo

 

irene usa bastón

no sé si para amenazarnos

 

su cabello canoso

recogido en un moño

 

de marina tendré

imágenes brumosas

 

bajita

delgada

medio pellirroja

no muy blanca

ojos claros

andar ligero

malhumorada

amarga

severa

 

4]

 

pronto habrá acto de fin de curso

 

será en el teatro de bellas artes

el de los conciertos de la orquesta sinfónica

 

no recordaré mi papel

 

¿una flor?

¿una piedrita de hansel y gretel?

 

tendré incluso

un instante de gloria solista

 

no quedará retrato de tal debut

 

no sé quién me empujó

para que saliera a escena

si lo hice bien o mal

si temblé

si acaso volé

 

mi breve vida como aprendiz de bailarina

ocurre a las mismas horas en que mi padre

–mi padre también fotógrafo–

está ocupado en ajenas visiones

 

5]

 

un día

mientras emprenden

un difícil lanzamiento de yaquis

una niña cuenta que consiguió entrar

a la porción de casa

donde conviven marina e irene

 

en un estante de vidrio

atisbó una cucharilla de plata redonda

con un escudo en su parte convexa

 

debemos tener mueca de incredulidad

porque casi sin respirar

–un poco a gritos–

cuenta que marina no es marina

 

nos hace jurar

que no lo repetiremos

 

explica que marina

viene de una historia terrible

que por eso se ha escondido en maracaibo

 

sus padres y todos sus hermanos

fueron fusilados

 

la marina que no es marina

consiguió fugarse y llegar a parís

donde conoció a la bella irene ivanova chajova

 

la cucharilla es lo único

que habría podido llevar consigo

testimonio de sus días de gran duquesa

 

en adelante

acompañó a irene

por escenarios

de francia

áfrica

inglaterra

estados unidos

 

en diciembre de 1950

aterrizaron en maracaibo

junto al esposo de irene

quizás mercader

quizás ingeniero

 

en todas las academias

la marina que no es marina sino anastasia

debió hacer lo mismo

cobrar las mensualidades

poner orden

sermonear niñas

adorar a irene

ocultarse

 

6]

 

creí que anastasia

continuó en su austeridad venezolana

huyendo de la prensa

sus fotos en enciclopedias

su nombre en películas mentirosas

 

irene murió en 1998

anastasia supongo que antes

 

pregunto

pregunto

nadie la recuerda

nadie corrobora lo que recuerdo

 

mi madre ni siquiera admite

que sus demoras me hacían llorar

 

en 2007 dijeron

haber hallado a anastasia

en un bosque de abedules

 

dijeron

de indagaciones genéticas

 

dijeron

dijeron

 

dijeron

que anne anderson no fue anastasia

que marina no fue anastasia

 

dijeron sin decir

que no hubo misterio en mis tardes sin eco

aquellas de bailar y morir un poco

de pulir una voluntad

y empezar a creer en nada

 

¿habrá sabido anastasia

que su nombre significa «resurrección»?

 

¿comprendería que vivir en maracaibo

es estar más lejos que en cualquier lejos?


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