Ciencia

La misteriosa infección que se esparce por el mundo debido a la resistencia a antimicóticos

15/04/2019

Fotografía de Shawn Lockhart | Centers for Disease Control

El hongo “Candida auris”, con síntomas como fiebre, dolor y fatiga, “surgió en algún sitio y ahora está en todas partes”, indica un experto. Ahora los científicos buscan atajar este hongo resistente a antimicóticos que causa la muerte de la mitad de quienes lo padecen.

En mayo, un hombre de edad avanzada fue internado en el hospital Monte Sinaí de Brooklyn para una intervención quirúrgica en el abdomen. Una prueba de sangre reveló que estaba infectado con un germen recién descubierto, tan mortal como misterioso.

Era un hongo llamado Candida auris, el cual ataca a la gente que tiene un sistema inmunitario debilitado y se está propagando en silencio por todo el mundo. En los últimos cinco años ha sido reportado en una unidad neonatal en Venezuela, se esparció por un hospital en España, forzó a un centro médico prestigioso en el Reino Unido a cerrar su unidad de cuidados intensivos y se han observado casos en India, Pakistán y Sudáfrica.

Recientemente, C. auris llegó a Nueva York, Nueva Jersey e Illinois, por lo cual los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) lo añadieran a una lista de gérmenes clasificados como “amenazas inmediatas”.

El anciano en Monte Sinaí murió en ese hospital después de noventa días de hospitalización, pero C. auris subsistió. Las pruebas lo detectaron en todos los rincones de su habitación, en una forma tan invasiva que el hospital requirió de un equipo especial de limpieza y tuvo que quitar parte de las losetas del piso y el techo para erradicarlo.

En parte, C. auris es así de tenaz porque no responde a los principales fármacos antimicóticos; un nuevo ejemplo de una de las amenazas a la salud más intratables del mundo: la aparición de infecciones resistentes a los medicamentos.

Durante décadas, los especialistas en salud pública han advertido que el uso indiscriminado de antibióticos está disminuyendo su eficacia, que han aumentado la expectativa de vida por su capacidad para curar infecciones bacterianas que alguna vez fueron comúnmente mortales; pero, también ha habido un auge de hongos resistentes a los medicamentos.

“Es un problema enorme”, señaló Matthew Fisher, profesor de Epidemiología de las Enfermedades Fúngicas en el Imperial College London (Escuela Imperial de Londres) y autor de un estudio reciente sobre la resistencia de los hongos a los fármacos. “Dependemos de poder tratar a esos pacientes con antimicóticos”.

En términos sencillos, los hongos, al igual que las bacterias, están desarrollando defensas para sobrevivir a los medicamentos modernos.

Estas llamadas superbacterias o supergérmenes tienen mayor letalidad entre personas con sistemas inmunitarios no desarrollados o comprometidos, como los de los recién nacidos, ancianos, fumadores, diabéticos y personas con ciertas enfermedades autoinmunes. Los especialistas alertan de que, a menos que se desarrollen nuevos fármacos efectivos y se ataje el uso de medicamentos antimicóticos cuando son innecesarios, el riesgo mortífero de estos hongos y bacterias resistentes se expandirá a poblaciones más saludables.

Un estudio financiado por el gobierno británico calcula que si no se establecen políticas para frenar el aumento de la resistencia a los medicamentos, en 2050 podrían morir diez millones de personas en todo el mundo a causa de esas infecciones. Esa cifra supera los ocho millones de personas que se calcula morirán de cáncer este 2019. En la actualidad, las muertes por infecciones resistentes a los medicamentos rondan los 700.000 fallecimientos.

Los antibióticos y antimicóticos son esenciales para combatir las infecciones que contraen las personas, pero los antibióticos también se emplean para prevenir enfermedades en los animales de granja, mientras que los antimicóticos se aplican además para evitar que se pudran los cultivos agrícolas. Algunos científicos indican que el uso cada vez mayor de herbicidas y fungicidas en los cultivos está contribuyendo a la aparición de hongos resistentes a los medicamentos entre seres humanos que consumen esos cultivos.

A pesar de que el problema está aumentando, hay poco conocimiento por parte de la población, en parte debido a que la existencia de infecciones resistentes con frecuencia se mantiene en secreto. Los hospitales y los gobiernos locales son renuentes a publicar la aparición de los brotes, tanto de bacterias como de hongos, por temor a que los consideren focos de infección.

Mientras, los gérmenes se esparcen entre pacientes y personal de salud en los hospitales o con el equipo médico; son transportados en la carne y vegetales fertilizados por estiércol de las granjas que usan los antibióticos, y cruzan fronteras por medio de viajeros y en las exportaciones e importaciones.

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Este texto fue publicado originalmente en The New York Times en español.


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