Perspectivas

La liberación de Joshua Holt

30/05/2018

El regreso al hogar del estadounidense Joshua Holt comenzó la tarde del día 26 de mayo de 2018. Por la mañana, éste salió de una celda del SEBIN para reunirse por la tarde con el presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca. Holt vivió una aventura trágica durante dos años y conviene que los detalles de su cautiverio sean narrados. El ahora hombre libre tiene valioso material para relatar cómo trata la revolución bolivariana a los presos políticos. Su historia podría producir pánico en los lectores, tal como como ocurre con El Proceso de Kafka.

El caso de Holt nos hace recordar a Josef K, el personaje del gran escritor checo, quien “sin haber hecho nada malo, fue detenido una mañana”, como dice la primera frase de esta novela. El proceso de Kafka permite adentrarnos en juicios que se basan en la mentira. Por eso, en la excelente adaptación cinematográfica hecha por Orson Welles, una voz en off advierte al inicio de la película que la lógica de este proceso “sólo puede ser la del sueño o la pesadilla”. Esto es lo que ocurre con los juicios absurdos e injustos: producen el mismo terror que las pesadillas, pero por un periodo más largo.

La información que se posee, a partir de lo informado por la prensa, se resume en lo siguiente: Joshua Holt conoció a quien luego sería su esposa por Internet. Llegó a Venezuela a contraer matrimonio y, poco tiempo después, fue detenido en Ciudad Caribia, donde residía, y fue acusado de poseer un fusil, municiones y un mapa de Caracas. Se le acusó de ser “agente de la CIA” y “terrorista” y de haber venido a Venezuela a ejecutar labores de espionaje. Para buscar la verdad de lo ocurrido vale la pena leer el texto de Holt publicado por el Nuevo Herald, el 23 de agosto de 2016, luego de su detención. En esa oportunidad, el mormón señaló que las armas le habían sido sembradas. En todo caso, las acusaciones en su contra resultan inverosímiles porque la experiencia común enseña que un espía no actúa en un lugar como Ciudad Caribia, donde no hay nada que espiar.

El portal Aporrea, en un artículo con fecha de 18 de mayo de 2018, titulado ¿Quién es Joshua Holt, el gringo capturado con armas en Caracas y que está en El Helicoide?, presenta un perfil de Holt y le achacan ser aficionado a las armas. Si fuese cierto que estaba en posesión de armas, el delito cometido sería el de porte ilícito. Eso no quiere decir que sea un “espía” o un “terrorista”.

Durante el tiempo de su cautiverio fue poco lo informado sobre las actividades realizadas por este “peligroso espía”. Tampoco se ofreció ninguna prueba que explicara y demostrara su peligrosidad. Además, durante este tiempo, el vigoroso senador del estado de Utah, Orrin Hatch, realizó gestiones con el gobierno venezolano dirigidas a obtener la liberación de Holt, un ciudadano de su estado y, por lo tanto, uno de los electores a quien representa (constituency). Hatch reportó en su cuenta de Twitter (@senorrinhatch) los detalles del viaje de regreso de Holt.

Al mismo tiempo, el senador Robert Corker (@SenBobCorker) reportó sobre su encuentro en marzo con el gobernador de Carabobo y, en mayo, con Nicolás Maduro. En su declaración oficial, Corker señala que ha sido un defensor de ciudadanos americanos injustamente detenidos alrededor del mundo, especialmente en Irán, Corea del Norte, Turquía y África. Si bien es respetuoso con el gobierno revolucionario de Venezuela, deja bien claro que la detención de Holt fue injustificada. Asimismo, Corker afirma en su declaración que formó parte del equipo integrado por el mencionado senador Hatch, el presidente Donald Trump y el secretario Pompeo.

Posteriormente, el motín ocurrido en el SEBIN y las dramáticas declaraciones de Holt difundidas en las redes aumentaron la presión. También este video puso en evidencia el drama de los presos políticos en Venezuela, lo cual constituye una de las mayores acusaciones contra el gobierno bolivariano. La liberación de Holt y su esposa demuestran, una vez más, el vigor y la solidez de la democracia estadounidense. La injusta prisión de Holt activó de inmediato al senador de su estado (Hatch) quien se ocupó directamente de su caso. En la medida en que el asunto evolucionaba, recibió el apoyo del senador Bob Corker y del mismo presidente Trump. Un equipo articulado en función de obtener la libertad de uno de sus ciudadanos.

Asimismo, la liberación de Holt demuestra las fisuras del chavismo. Por un lado, uno de los dirigentes del PSUV afirmaba que el mormón era espía de la CIA y, por el otro, el gobierno negociaba su liberación. Llama la atención que, posteriormente, Elías Jaua pide la renovación de la dirigencia del partido revolucionario. ¿Es una coincidencia con el asunto Joshua Holt?

La democracia norteamericana puso en evidencia que, cuando se trata de la liberación de uno de sus ciudadanos, se activan los liderazgos políticos y las instituciones. La solidaridad y el sentido de compromiso con la libertad quedaron evidenciados en el caso de Joshua Holt. Mientras, el socialismo del siglo XXI resalta por la intolerancia y la crueldad con las que se reprimen a quienes discrepan de su proyecto. La facilidad de acusar a un venezolano por delitos como “traición a la patria”, “terrorista”, “guarimbero” y “agente del imperio” delata que la revolución bolivariana ha tomado el camino de perseguir y reprimir todo disentimiento ideológico y político.

Ojalá que toda esta tragedia humana contribuya con el ambiente necesario para que el gobierno libere a los presos políticos sin condiciones previas. Este caso evidencia lo que significa la prisión y la persecución por delitos no cometidos, como le ocurrió a Josef K, el personaje de Kafka, quien fue detenido “sin haber hecho nada malo”. Alegra mucho la liberación de Holt, a pesar de que ella obedezca a la voluntad de los intereses políticos de quien manda y no a la verdad de lo ocurrido. Los demás presos políticos deben correr con la misma suerte.


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