Julio Castro: 10 claves sobre el estado de la pandemia en Venezuela y el mundo

Julio Castro retratado por Roberto Mata

30/11/2020

A un año del surgimiento de la enfermedad covid-19, los avances de la comunidad científica y médica han llevado a la probable inminente aprobación de las dos primeras vacunas para prevenir la enfermedad, desarrolladas en tiempo récord. Cada vez hay más comprensión sobre las formas de transmisión del virus SARS-CoV-2 y las estrategias más efectivas para evitar su propagación. Sin embargo, los casos siguen aumentando a nivel global. Europa atraviesa una segunda ola, Estados Unidos tiene aumentos importantes y en Suramérica ya se notan indicios de una nueva fase con aumento de casos. 

En Venezuela este lunes 30 de noviembre inició una flexibilización total de actividades que se mantendrá por todo el mes de diciembre. A finales de esta semana, el 6 de diciembre, habrá un evento electoral. Todo esto ocurre cuando hay indicios de un repunte de casos en el país. Aunque las cifras oficiales no lo reflejan, el monitoreo de la Encuesta Nacional de Hospitales en 40 centros hospitalarios de todo el país ya muestra un aumento de los casos, reportó el médico infectólogo Julio Castro durante el evento Infectología a un click, una serie de jornadas de divulgación científica organizadas por la Sociedad Venezolana de Infectología y transmitidas por el canal del proyecto SOS Telemedicina de la Universidad Central de Venezuela. 

Castro fue el primer ponente del evento donde explicó, entre otras cosas, cuál es el estatus actual de la pandemia de covid-19, los escenarios más probables para los próximos meses y cuáles son los temas en los cuales hay que avanzar. La situación de Venezuela y sus necesidades también fueron parte de su presentación, que resumimos en las siguientes 10 claves:

  1. Los casos –y las muertes– de covid-19 están aumentando en el mundo

“Lo que vemos son curvas empinadas”, explicó el médico Castro sobre las cifras de casos de covid-19 en el mundo. Actualmente, se registran más de 62 millones de casos y 1.453.422 personas fallecidas por covid-19. 

A partir de esto, Castro señaló que podría haber dos escenarios:

a) Mañana mismo comienzan a bajar los casos: en este escenario teórico, dijo Castro, todavía quedarían al menos 9 o 10 meses con la pandemia, pues la disminución de casos es progresiva. Aunque se ha especulado mucho sobre alcanzar el pico, o el punto máximo de casos de la enfermedad, Castro señaló que ese punto no es particularmente relevante. “El pico solo marca un momento de la epidemia, pero realmente no indica que la epidemia se acabó”, explicó. 

b) El escenario más probable para Castro: los casos siguen aumentando en los próximos meses. El médico considera que esto es probable porque las dos regiones con mayor población del mundo, África y Asia, todavía no han tenido el mismo impacto por la enfermedad. “Hasta ahora, el impacto fundamental ha sido Europa, que tiene 9% de la población del mundo. Los grandes reservorios humanos hasta ahora no se han expresado en la epidemia”, dijo. En los próximos meses estas regiones podrían empezar a ver casos en mayor proporción, como ha ocurrido en Europa y Norteamérica.

Además, la cifra de muertes está aumentando a nivel mundial. Aunque los estudios señalan que la enfermedad covid-19 tiene una tasa de letalidad de menos de 2%, es decir, que menos de 2 pacientes de cada cien mueren por la enfermedad, esta tasa aumenta por otros factores externos. “La cantidad abrumadora de casos, en particular en Europa, hace que la calidad de atención médica disminuya mucho y, en consecuencia, aumenta la mortalidad”, dijo. 

  1. La epidemia se comporta distinto en cada región

Al revisar las curvas epidémicas, los gráficos en que se registran los casos acumulados de la enfermedad, se nota una diferencia importante en el comportamiento de la epidemia de cada región del mundo. Europa tiene una epidemia muy alta actualmente, Estados Unidos está subiendo en casos nuevamente y Suramérica tuvo un período en que redujo los casos lentamente, pero los datos recientes de Brasil indican que la región podría volver a aumentar en casos en las próximas semanas. 

Por su parte, Oceanía ha mantenido baja cantidad de casos por sus estrategias de control. En África, aunque tiene problemas en sus estrategias de diagnóstico que podrían influir en el reporte real de casos, Castro cree que hasta ahora los datos muestran menos casos que en otras regiones porque han tenido un impacto menor de la enfermedad. 

  1. Hasta ahora, una epidemia de ciudades desarrolladas

En su intervención, Castro comentó un análisis preliminar en que se está trabajando con el objetivo de determinar la tasa total de ataque de la enfermedad en el mundo. Es decir, tratar de prever cuál será el porcentaje de la población que tenga la enfermedad al finalizar la pandemia. Tomando los datos de países que reportan casos, ajustados por población para poder comparar a los países entre sí, incluyeron variables para definir qué ha determinado que algunos países tengan más transmisión que otros. 

“La única variable importante de nombrar, lo que modela más la transmisión, hasta el momento es el producto interno bruto (…) Hasta el momento, pudiéramos decir que esta ha sido una epidemia de ciudades con densidad de población alta, alto nivel de desarrollo, alto nivel tecnológico, de alta comunicación y probablemente con economías muy robustas”, dijo Castro. 

Es decir, los países con mayor conectividad social, y mejor economía, han tenido más casos hasta ahora. Para Castro, esto indica que la transmisión no depende solo de la capacidad intrínseca del virus, también influye la forma en que se relacionan las personas. 

Castro indicó que en Venezuela, según datos oficiales, las últimas semanas se registró un comportamiento endémico. Esto es que la enfermedad covid-19 tuvo niveles de transmisión bajos con un R0 cercano a 1, esto significa que cada paciente con covid-19 contagiaba a una persona. Para considerar controlada una epidemia, el R0 debe ser menor a 1. Sin embargo, Castro dijo que intuye que este comportamiento va a cambiar en las próximas semanas. 

  1. Cambios pendientes en el diagnóstico

Hasta ahora, la principal prueba de diagnóstico de covid-19 es el examen PCR, que se hace con una muestra de secreción nasofaríngea. El examen detecta si hay material genético del virus. Esta prueba tiene un alto nivel técnico y sus resultados pueden tardar horas. En el caso de Venezuela, los resultados tardan hasta más de una semana. “Creo que mejoraremos en cuanto a la tecnología, de obtener resultados de PCR mucho más rápido, que sean más utilizables”, dijo Castro.

Los próximos avances vendrían en el desarrollo de nuevas pruebas que permitan hacer diagnóstico rápido en cualquier situación: casas, escuelas, trabajos. En la medida en que haya pruebas accesibles y que se puedan hacer de forma repetida, será más fácil detectar nuevos casos, identificar posibles transmisores de la enfermedad y manejar mejor las estrategias de cuarentena. 

Castro señaló el caso de Eslovaquia, el único país que ha hecho pruebas a toda su población. Examinaron a 4 millones y medio de personas. El efecto inmediato después de las pruebas fue una caída abrupta de la cantidad de casos, ya que las pruebas masivas permitieron detectar y aislar a quienes dieron positivo, así se cortó la cadena de contagios. 

Entre otros casos, Castro señaló un estudio de Michael Mina, epidemiólogo e inmunólogo de la Escuela de Salud Pública de Harvard, que estima que el uso de pruebas económicas que se usen de forma repetida puede tener un impacto importante en el control de la epidemia. 

  1. Venezuela sigue teniendo poca capacidad de diagnóstico

Julio Castro señaló que Venezuela sigue siendo el país que hace menos pruebas de PCR per cápita. Los datos publicados por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) muestran que de todas las pruebas que hace Venezuela, solo el 6% son pruebas PCR. Prodavinci hizo un análisis de datos en que estimó el déficit de pruebas que tiene Venezuela y cuántas harían falta para poder medir adecuadamente la epidemia. 

“Hasta que esto no mejore, seguimos teniendo una debilidad muy importante en nuestro país. No solamente para identificar los casos, pero también para controlar la epidemia y eso nos pone en situación de extrema vulnerabilidad”, dijo Castro. 

  1. Los cambios en estrategias de control

Para Castro, en los próximos meses las estrategias de control probablemente se enfoquen más en controlar actividades más que a los ciudadanos. En este sentido, se debe determinar cuáles son las actividades de mayor riesgo o el impacto real de situaciones como los viajes o el regreso a clases en los brotes de la enfermedad. 

“Al principio pensábamos que la transmisión era uniforme, pero hoy es claro que en los países que establecieron cuarentenas muy estrictas, la transmisión pasa de un patrón comunitario antes de la cuarentena a una transmisión intradomiciliaria después de la cuarentena. Entender en qué momento ocurre la transmisión, en qué entornos, es importante para tener estrategias más específicas y localizadas”, explicó Castro. 

Sin embargo, advirtió que por los momentos las cuarentenas siguen siendo la principal forma que ha mostrado eficiencia para cortar transmisiones. “Estas medidas son altamente disruptivas para la economía, la educación, la vida del ser humano. En la medida en que entendamos cómo funcionan estas medidas, será mejor la adaptación”, dijo. 

  1. Las elecciones son eventos de riesgo

“Las epidemias están relacionadas con agrupaciones de personas, y las elecciones son agrupaciones de personas por naturaleza”, explicó Castro. Al comparar a los países que han tenido elecciones este año con los que no, se nota un impacto tangible en la transmisión. Citó el caso de Uruguay, que tuvo controlada su epidemia hasta que hicieron elecciones y los casos comenzaron a aumentar. 

Sobre este tema, Castro publicó un trabajo en Prodavinci en el que analizó el impacto de procesos electorales. Castro analizó la evolución de los casos en los países que hicieron elecciones, comparados con otros que tenían una situación epidémica similar y no tuvieron procesos electorales. 

“Los países que tienen elecciones por delante muy probablemente van a ver más casos”, advirtió Castro. 

  1. Las buenas noticias y los retos de las vacunas

El anuncio de los altos niveles de efectividad reportados por los desarrollos de vacunas de Pfizer, Moderna y Oxford-Astra Zéneca son buenas noticias para la ciencia, pero no la solución inmediata a la pandemia. Todavía hay una serie de retos logísticos y de distribución que solucionar para una vacunación universal. Entre ellos, Castro destacó: 

  • Capacidad de producción: se estima que en el mundo hay una capacidad máxima de producción de 6 mil millones de vacunas al año, incluyendo a las vacunas de todas las enfermedades. Para la vacunación de covid-19 se necesitan, por lo menos, 10 mil millones de vacunas porque la mayoría de los desarrollos requieren dos dosis. Dejar de producir las vacunas de otras enfermedades no es una opción, así que por los momentos no hay capacidad de hacer todas las vacunas necesarias. “Probablemente la meta de vacunación para el año 2021 no será para el control de la epidemia”, dijo Castro. 
  • La dificultad de transporte: varias de las vacunas en desarrollo requieren mantenerse a muy bajas temperaturas, entre -70 y -20 grados centígrados. Esta es una temperatura que no alcanzan los refrigeradores normales, por lo que implica una infraestructura de distribución compleja. 
  • La implementación es difícil: la humanidad nunca ha aplicado vacunas al 60-70% de la población mundial en corto tiempo. Para lograr la inmunidad de rebaño es necesario vacunar a ese porcentaje de la población. Es una tarea compleja, especialmente en tiempos de los movimientos antivacunas. 
  • Desafíos de seguridad: aunque los principales proyectos de vacunas no han reportado efectos secundarios graves, Castro recordó que cuando se habla de vacunación a gran escala no hay porcentajes bajos. En un estudio se puede reportar 0,01% de efectos secundarios y parece poco. Pero al vacunar a 6 mil millones de personas, ese 0,01% representa a 600 mil personas que podrían tener efectos secundarios. Ese riesgo se debe tomar en cuenta. 

“Hay aspectos éticos relacionados a cómo acceden a esas vacunas los países en desarrollo. Para mí, hay una solución para todos o no hay una solución para nadie. No tiene sentido tener 80% de vacunación en los países desarrollados y 20% en los no desarrollados. Eso va a mantener la enfermedad activa en todas partes”, dijo Castro. 

  1. Todavía no hay tratamientos definitivos

“Hasta ahora no hay un tratamiento que sea un game changer”, dijo Castro. Un tratamiento efectivo debería disminuir el tiempo de transmisión, debería ser de fácil acceso logístico, económico y debería tener efectos sobre la mortalidad. Hasta ahora, ningún tratamiento ha hecho una gran diferencia.

Castro considera que, a falta de tratamientos definitivos, el enfoque debe estar en las estrategias de control desde las políticas públicas.

  1. Datos hospitalarios muestran aumento de casos, a diferencia de datos oficiales

Castro, quien es el coordinador de la Encuesta Nacional de Hospitales, señaló que en el monitoreo que hacen a 40 hospitales de todo el país han detectado un pequeño repunte de las hospitalizaciones por afecciones respiratorias. Según sus registros, desde la cuarta semana de agosto han visto una disparidad en la tendencia de los datos oficiales del gobierno y los casos reportados en el monitoreo de hospitales. “La tesis que tenemos es que se están haciendo menos pruebas PCR a nivel nacional”, dijo. 

“Creo que estamos llegando al final de la luna de miel y es probable que en las próximas semanas veamos una tendencia de aumento que vaya a una segunda onda. No lo dice así el PCR nacional, por diversas razones creo que no está reflejado en este momento lo que pasa en el país. Creo que de alguna manera el ambiente en el país tiene  una sensación de que la epidemia está bajo control, pero nuestros datos hospitalarios no reportan eso”, dijo Castro. 

Tomando los reportes del monitoreo hospitalario, Castro señaló que los registros de casos sospechosos de covid-19 hospitalizados, los casos de hospitalizaciones por infección respiratoria aguda sin diagnóstico oficial de covid y los casos confirmados con PCR de covid-19, todos, mostraban la misma tendencia en el país: los casos están aumentando.


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