Juan Carlos Apitz Barbera: “Le quieren quitar la N a las ONG”

Juan Carlos Apitz retratado por Alfredo Lasry | RMTF

18/02/2024

A estas alturas, el Acuerdo de Barbados es una referencia que tiene poco o ningún eco en la política local, al menos para la sociedad civil y los partidos políticos venezolanos. Quizás las cartas con las que juega el gobierno no son para mostrarlas a interlocutores locales, sino para exhibirlas, como un trofeo, ante los negociadores de los Estados Unidos. 

La ola de detenciones de militantes de Vente Venezuela, pasando por la captura de militares y civiles —incluida Rocío San Miguel, la presidente de la Organización Control Ciudadano—, hasta la reactivación de la ley que “regula” a las organizaciones no gubernamentales, el póquer de escalera en la mano del gobierno. Lo único verificable es que a medida que aumentan los anuncios para reimponer las sanciones, el gobierno bolivariano renueva la represión a la disidencia. Es un ciclo político de suma cero, que comienza y termina en el mismo punto. 

Del proyecto de ley que “regula” la vida de las ONG, aprobado ya en primera discusión en la Asamblea Nacional, se trata esta entrevista. Quien habla es Juan Carlos Apitz Barbera*, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela. 

¿A qué atribuye usted la insistencia por aprobar esta ley?

A mí me llama mucho la atención que este proyecto de ley, aprobado en primera discusión el pasado 23 de enero de 2023, sea justamente en un año electoral. Me pone capcioso. Pero si además yo contrasto esta nueva intención de cooptar a las organizaciones no gubernamentales u organizaciones sin fines de lucro, como las llama el proyecto de ley, con la disminución del papel que juegan los partidos políticos, me hace poner más capcioso. Recordemos aquella pregunta de Luis Miquilena: ¿Cómo se come eso (la sociedad civil)? Bueno, yo creo que la sociedad civil se come con las ONG. Esa es la manera en que se organiza y se nutre la sociedad civil. 

Los sindicatos fueron cooptados, los partidos políticos están muy disminuidos, así como los gremios profesionales. Entonces, como que faltaba una pieza para armar el rompecabezas. 

En realidad, faltan dos instancias: la sociedad civil organizada y esto es lo que hacen las ONG, y las universidades. Si ves el acoso presupuestario, pues uno se pregunta cómo puede cumplir su misión esta universidad sin presupuesto. La gente, a veces, se confunde, cree que la universidad son sus instalaciones físicas, su patrimonio cultural, sus áreas verdes… No, la universidad es, principalmente, su gente. Yo tengo profesores que sobreviven con sueldos de 20 y 30 dólares. Sin ningún sistema de previsión social. Estudiantes sin transporte, sin comedor. Pareciera que las instancias que pudieran rebelársele a un sistema autoritario —las ONG y las universidades— están siendo invadidas por formas mucho más versátiles. 

Si lo que está en peligro es el derecho que tienen los ciudadanos a organizarse libremente, ¿en qué derivaría esta ley?

Aquí podría pasar lo que ocurrió con las comunas, con los consejos comunales. Esas son formas espontáneas de organización de la sociedad civil, formas de participación ciudadana. Pero que, al aplicarles la intervención gubernamental para reconocerlas, bajo el incentivo de que una vez que obtengas reconocimiento vas a tener apoyo financiero, pues aquí va a pasar lo mismo. Si uno revisa el proyecto de ley, por ejemplo, una ONG que tenga 40 años de actividad y personalidad jurídica, debe ser reconocida ahora por el Saren (Servicio Autónomo de Registros y Notarías). 

Se desconoce su existencia, y deben empezar desde cero. Borrón y cuenta nueva. 

Pueden empezar cuando lo decida, por resolución, el Saren. Las ONG que ya existen, y que tienen sus estatutos, van a tener que adecuarlos a la lista de exigencias de este proyecto de ley. Por eso digo que aquí va a pasar lo mismo que ocurrió con las comunas y los consejos comunales. Se adscriben a un ministerio. Ahí empieza el juego del ratón con el queso. Si reconozco tu personalidad jurídica, te puedo aportar recursos para que hagas proyectos. Luego, si extrapolo lo que ocurrió con los consejos comunales y no te reconozco, no vas a poder obtener recursos que yo no te autorice. ¿Quién más va a financiar a esas ONG? El gobierno. 

Uno se pregunta por las auditorías y la rendición de cuentas. En Venezuela hay un apagón estadístico desde el año 2012, no hay cifras de nada. 

El organismo llamado a revisar esas cuentas es la Contraloría General de la República. Pero no es un órgano independiente. Ha sido cooptada por el gobierno. ¿Cuáles cuentas presentan allí? Ninguna. 

En ausencia de esa información, son las ONG y las universidades las que realizan estudios para determinar cifras con relación, por ejemplo, a la desnutrición infantil y los niveles de pobreza. Así que tampoco vamos a ver esa radiografía. 

El gobierno tiene años creando una única verdad. Cualquier cosa que se oponga a esa verdad debe ser aniquilada. Pongamos el ejemplo de una ONG dedicada al tema de la nutrición. Tiene que incomodar que esas cifras de desnutrición se conozcan, así como tiene que incomodar que las ONG sean una especie de solución a la desnutrición infantil, cuando volvemos a registrar los niveles que teníamos hace 50 años. ¿En qué se han convertido las ONG? En espacios de solución a conflictos severos y del drama social. 

¿No resulta paradójico? Las ONG están gestionando unos problemas que el gobierno no atiende.

Sí, lo que pasa es que la relación con la sociedad de verdad y con el ser humano la están haciendo las ONG. Es decir, aquí hay organizaciones de la sociedad civil dedicadas a paliar el tema de la desnutrición cuando ellos reparten bolsas Clap. Eso incomoda. Porque si yo parto de la premisa que las bolsas Clap son una forma de control social, no me interesa que esas organizaciones puedan estar ahí. Porque eso me permite, como quiera, controlar a los sectores populares. Otro ejemplo, ¿quién informaba sobre la problemática fronteriza y el accionar de las organizaciones guerrilleras allí? La ONG Fundaredes, cuyo director, el profesor Javier Tarazona, permanece detenido. Efectivamente, las ONG atentan contra esa verdad única, que quiere mantener como discurso, como narrativa, el gobierno. 

¿Podemos ver el proyecto de ley como un peligro para la sociedad civil o como un nuevo instrumento de control social?

No. Yo pienso que el proyecto de ley forma parte de la política de colonización de la sociedad civil. Hay una cosa que a mí me preocupa particularmente. De aprobarse, tal como fue redactado, los miembros de las ONG tienen que presentar declaración jurada de patrimonio, como si fueran empleados públicos. Lo que se quiere hacer con las ONG es convertirlas en organizaciones gubernamentales. Y eso es una contradicción en sí misma. Una ONG que entregue declaración jurada de patrimonio no es una ONG sino una OG. Les quieren quitar la N. Entonces, es lo que hicieron con las comunas. 

Justamente, el nombre lo dice. Son organizaciones NO gubernamentales. 

El problema es el tema del totalitarismo. Es el control total de la sociedad, un coloniaje de todas las instituciones: la universidad, la sociedad civil, las fuerzas armadas, los poderes públicos, en cualquier de sus presentaciones: electoral, ciudadano, moral, legislativo, un coloniaje completo. Un totalitarismo con su mejor expresión. 

¿Qué perdemos los venezolanos con este proyecto de ley?

A ver. Creo que los más dolidos con la aprobación de esta ley no son las ONG, sino la población, en todas sus variedades, que está siendo auxiliadas por las ONG. Yo quiero dejar sentado algo muy claro. Venezuela es un país que está desmantelado. Que vive en un permanente caos. Si estoy en la universidad, no hay agua. Si voy a mi casa, no hay gas. Si algo puede paliar la vida de sufrimiento que viven los venezolanos, en el día a día, es el trabajo que hacen las ONG. Aquí el que más pierde es la sociedad civil, es el ser humano, en su día a día.  

Los sectores más vulnerables. 

Absolutamente. Ahí está el caso de Alimenta la Solidaridad. Ahí el más afectado es la ONG, porque una vez que la ley se aplique, a los barrios los van a fiscalizar, pero no solamente es supervisión, es control, porque yo autorizo o no la actividad. Entonces, más allá del afectado inmediato, se afecta al ser humano, que recibe un plato de comida. Y algo similar podemos decir de los refugios de mujeres agredidas por sus parejas. 

A ellos son los que les van a joder la vida. Disculpe la expresión.

No, pero es que esa es la expresión. Los más jodidos son los que resultan más afectados por este régimen. Y eso te dice la crueldad con que actúa este gobierno, porque si tú me dijeras que yo voy a arrinconar a estas organizaciones, porque yo lo puedo hacer mejor… dale, bien pues, pero ese no es el caso. La experiencia te dice claramente que yo niego algo, no lo sé hacer, pero tampoco dejo que otro lo haga. 

Juan Carlos Apitz retratado por Alfredo Lasry | RMTF

Si yo estoy en una iniciativa de la sociedad civil, ¿qué sentido tiene que me convierta en un empleado público?

Volvemos al punto. Controlar. 

Las ONG, tal como las conocemos hoy, desaparecerán. 

Sí, claro. Al día siguiente de que se apruebe la ley desaparecen las ONG y pasas a ser una organización sin fines de lucro o no, lo que en sí mismo es una contradicción. Porque tal como las conocemos hoy, las ONG no pueden ser organizaciones cuyo objetivo sea el lucro. Serían una empresa comercial. Esa es una de las contradicciones en que incurre la ley. 

Después de leer el nombre de la ley… “Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines, le pregunto: ¿Esto no encaja en el modelo nicaragüense? 

 Sí, claro. Aunque en Nicaragua hay cosas que pasan de hecho, no de derecho. Allá han pasado muchas cosas sin soporte legal. Pasan y punto. Porque es la decisión del mandatario. Aquí, todavía, se quieren guardar algunas formas. Lo que sí he visto es que, si algo caracteriza a este gobierno, es que utiliza la ley como excusa. Cuando no encuentro la forma de controlar a este personaje, vamos a aplicarle la ley. Lo que está pasando no es casual tampoco, porque las ONG tienen un liderazgo social. ¿Quién no reconoce en sus líderes un liderazgo social? Y también hay una motivación política. Ningún partido político tiene liderazgo social, pero las ONG sí. Los estudios de opinión dicen que ellos tienen una alta aceptación en la población venezolana. Creo que eso los hace sentir amenazados. 

Quizás el gobierno decidió huir hacia adelante y ahorrarse las molestias que supone el ejercicio democrático. 

No. Porque creo que tiene contrapesos internacionales. Aquí la gente se olvida que las sanciones internacionales, por las que tanto chilla el gobierno, tienen por premisa para aplicarlas que Venezuela cumpla con los estándares de la Declaración de los Derechos Humanos.

Estándares que fija la ONU.

Sí, las Naciones Unidas, la Unión Europea, Canadá, los Estados Unidos y la comunidad internacional. Yo creo que las sanciones internacionales, con las cuales no estoy de acuerdo, se aplican porque los Estados Unidos entendieron que no hay nada más oneroso que una guerra. Entonces, ellos “invaden” a través del sistema económico internacional. ¿Qué le dice el gobierno venezolano a los Estados Unidos cada vez que chilla? Me duelen… me duelen, y por esa razón no ha ido más allá.  

La opción de las sanciones sigue abierta. Parece que vienen de regreso. 

Algo hicieron con la licencia de Minerven, tampoco han abierto la llave completa para retirar todas las sanciones. Yo creo que el gobierno norteamericano está esperando ver cuál va a ser la actitud del gobierno de Venezuela en varios temas, por ejemplo, en qué momento van a realizar las elecciones, si van a permitir que sean libres y competitivas, está el tema de los presos políticos. Más que ese discurso público, más allá de las reacciones de micrófonos, por debajo hay una negociación que está en marcha. Nos encontramos, además, en medio de un proceso electoral. Creo que este proyecto de ley es parte de lo que el gobierno quiere poner ahí para negociar. Bueno, mira, si no se aceptan ciertas condiciones, yo apruebo esta ley. 

Es una herramienta política de negociación. A usted como abogado, ¿no le resulta llamativo que el gobierno negocie con los derechos de los venezolanos?

Es que, en Venezuela, desde hace mucho tiempo, no hay estado de derecho. Aquí tenemos los derechos que el gobierno quiere reconocer. En ese sentido estamos todos colonizados por un gobierno que no reconoce los derechos individuales, sino los de una masa, los de un colectivo. Es un tema de convicción ideológica. Pareciera que el planteamiento fuera el siguiente: 0 negocian en los términos en que yo quiero o les secuestro a las ONG. 

En San Agustín, en el 23 de Enero y en otras localidades de Caracas es muy difícil que las organizaciones de la sociedad civil hagan su trabajo. De inmediato llegan los colectivos y liquidan la participación ciudadana. 

Creo que eso ya no es así. Esos sectores populares, en los que antes el chavismo tenía un control absoluto, lo empezaron a perder. Ahí la sociedad civil sí está funcionando. Sufren atentados, amenazas, pero ya la gente sabe que no cuentan con el gobierno. Voy a un ejemplo. Yo estuve en la presentación que hicieron de la segmentación del voto, en las primarias de la oposición. ¿Sabes lo que vi ahí? Que la gente que más votó fueron los segmentos D y E. La gente cree que fue la clase media.

La clase media se fue del país. 

Y los que no se fueron se pusieron a hacer negocios con el gobierno. En las primarias la gente tuvo que lidiar con los colectivos. Eso fue una cachetada para el gobierno. Ahí hay otra razón para colonizar a las ONG. 

Si lo vemos desde el punto existencial, pues la sociedad civil desaparece o termina cooptada por el gobierno. 

¿Realmente crees que esta ley va a paralizar a las ONG? La misma sociedad civil le va a buscar la vuelta para seguir existiendo. Para seguir ayudando y construir una realidad paralela a la que propone esa ley. Habrá una nueva organización. En el pensamiento mágico de algunos políticos existe la idea de que, aprobada una ley, ellos van a poder gobernar la realidad. Eso no va a pasar aquí. Servirá para perseguir. Pero la organización de la sociedad civil es consustancial a la realidad social, a la necesidad, igualmente existencial, que tenemos los seres humanos de vivir en comunidad. Somos, por naturaleza, seres gregarios. Y contra eso, no hay ley que pueda impedir la organización social. 

Entonces el proyecto de ley, ¿es una herramienta de control, pero también de represión? 

Sí, claro. Es que le viene bien, porque matan dos pájaros de una sola pedrada. Insisto, el proyecto de esta ley está en el inventario de las cosas que ellos pueden negociar. Y si sienten que pueden tener más peso, la van a aprobar. De hecho, yo pensé que, para este momento, ya estaría aprobada. 

***

*Abogado por la Universidad Central de Venezuela. Especialista en Derecho Constitucional y Procesal. Doctor en Derecho, con obra escrita y publicada en distintos formatos impresos. En su haber tiene una larga trayectoria docente y judicial. Ha desempeñado altos cargos en el Poder Judicial: Conjuez en el Tribunal Supremo de Justicia; Magistrado de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo. Actualmente, es el Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV.


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