El efecto de la licencia de paternidad en la salud de las nuevas madres

Fotografía de Georgie Pauwels | Flickr

11/06/2019

Las semanas posteriores al parto son un periodo que siempre es vulnerable para la madre: ella se está recuperando física y mentalmente, mientras se enfrenta a la privación de sueño, a brindar cuidados continuos y, tal vez, a amamantar. Sin embargo, tras un día o varios en el hospital, no suele volver a ver a un médico sino hasta seis semanas después.

Un nuevo estudio indica algo que hace una diferencia significativa en la salud de las madres después del parto: dar al padre un permiso de trabajo pagado y la flexibilidad para usarlo en los días en los que la madre necesite apoyo adicional, incluso si solo significa un par de días en casa.

Las investigadoras, Maya Rossin-Slater y Petra Persson, economistas de Stanford, estudiaron los efectos de una ley sueca de 2012 que permite a los padres tomarse hasta treinta días, según sea necesario, en el año posterior a un nacimiento, mientras la madre goza todavía del permiso por maternidad. Durante los seis primeros meses posteriores al parto, hubo una disminución del 26 por ciento en las recetas de medicamentos contra la ansiedad en comparación con las madres que dieron a luz antes de que la política entrara en vigor. Las investigadoras observaron una reducción del 14 por ciento en las hospitalizaciones o visitas al especialista y una disminución del 11 por ciento en las recetas de antibióticos.

“Nos hemos concentrado mucho en lo que podemos hacer en el hospital inmediatamente después del parto, pero menos en el entorno de las madres en el hogar, que es donde la mayoría de las mujeres pasa la mayor parte del tiempo posparto”, explicó Rossin-Slater. “Lo que estamos diciendo es que un componente importante de ese entorno del hogar es la presencia del padre u otro cuidador adulto”.

Estados Unidos es el único país desarrollado que no tiene un permiso por paternidad pagado obligatorio. La mortalidad materna en ese país —que incluye las muertes durante el año posterior al parto— ha aumentado un 50 por ciento en una generación, y hay un creciente movimiento para ayudar a las madres durante este periodo crítico.

El año pasado, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos emitió nuevos lineamientos para el cuidado más participativo en la salud posparto. Durante sus campañas, muchos candidatos demócratas a la presidencia se han manifestado a favor de la licencia por maternidad pagada y de mejorar la salud materna.

Al mismo tiempo, el Departamento del Trabajo indicó hace poco que revisaría la Ley de Licencia Familiar y Médica, en parte, para reducir “las cargas para los empleados”. La ley les otorga a los trabajadores estadounidenses que cumplen con ciertos requisitos doce semanas de permiso sin goce de sueldo. James Sherk, asesor en materia del trabajo del presidente estadounidense, Donald Trump, ha argumentado que algunos elementos de la ley son onerosos y que los trabajadores abusan de ellos.

El nuevo estudio demuestra cómo el tiempo pagado de licencia para los familiares puede mejorar los cuidados de los bebés y las madres, según dijeron expertos que no participaron en la investigación.

“En esos primeros meses, básicamente te sometes a una privación de sueño como la de los prisioneros de guerra”, comentó Neel Shah, obstetra y profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. “En especial si se trata de tu primer bebé, tal vez te encuentres aterrada existencialmente. Y si estás en Estados Unidos, tal vez estés tratando de ganarte un sueldo al mismo tiempo. Cuando observas lo que hace que nuestro país se destaque en comparación con otros que tienen una tasa de mortalidad materna mucho menor, es el menor acceso a los servicios médicos y el apoyo social”.

En Suecia, la clave fue que la ley les permitió a los padres tomar días intermitentes no planeados de permisos con goce de sueldo. Las investigadoras —que usaron los extensos datos administrativos de Suecia, incluidos los registros de nacimientos, los permisos solicitados y los historiales médicos— pudieron ver que los padres comúnmente usaron sus permisos los días en los que las madres acudieron al médico. La presencia de los padres podría haber evitado la necesidad de atención médica más grave; por ejemplo, al permitir que las madres pudieran dormir, buscaran cuidados preventivos o antibióticos al inicio de una infección.

El informe de trabajo incluyó datos sobre los padres que tuvieron a su primer bebé entre 2008 y 2012, y se concentraron en comparar a los que nacieron en los últimos tres meses de 2011 y los primeros tres meses de 2012, cuando los padres pudieron tomar el permiso flexible. Los efectos fueron más evidentes en las mujeres con antecedentes de problemas médicos. Las investigadoras examinaron otras dos áreas y no vieron ningún cambio: las recetas de antidepresivos y analgésicos.

Anteriormente, Suecia pedía que los permisos de las madres y los padres no se traslaparan (con excepción de los diez días inmediatos al nacimiento). La meta, que otros países como Noruega y Canadá también buscaban alcanzar, era promover la creación del vínculo padre-hijo y la igualdad de género. Existen pruebas de que cuando los padres son los únicos responsables de un bebé, permanecen más involucrados con sus hijos y con las tareas del hogar durante los años siguientes.

No obstante, las investigadoras observaron una consecuencia que no tenían prevista. La salud de las madres empeora cuando no se permite que los padres estén en casa los meses posteriores al nacimiento (un periodo que algunas veces se conoce como el cuarto trimestre debido a que el bebé todavía requiere muchos cuidados y el cuerpo de la madre sigue sometido a tantos cambios).

La licencia por paternidad sueca se encuentra entre las más generosas que hay. Les otorga a los padres dieciséis meses de permiso que pueden dividirse entre los dos y que pueden usarse hasta que el niño tenga 12 años o para trabajar medio tiempo. Los estados estadounidenses que ofrecen permisos laborales pagados —Connecticut acaba de aprobar un proyecto de ley que lo convierte en el séptimo estado en tener este beneficio— otorgan mucho menos, entre cuatro y doce semanas.

No obstante, incluso unos cuantos días de permiso por paternidad pueden hacer una enorme diferencia en la salud posparto de las madres, según demuestra el estudio sueco. Comúnmente, los padres suecos solo se toman un par de días adicionales. No fue la extensión lo que pareció importar más, sino la flexibilidad para tomarse el tiempo cuando la madre lo necesitaba.

“La cantidad de días adicionales que los padres se tomaron fue mucho menor y, sin embargo, parece tener efectos razonablemente importantes”, comentó Emily Oster, autora de un libro de investigación sobre paternidad, Cribsheet, y economista de la Universidad de Brown. “Solo hay algunos días en los que es muy importante que haya dos personas; si acabas de ser padre, es fácil saber cuáles son”.

La segunda persona en casa no tiene que ser el padre, puede ser un familiar o un padre del mismo sexo, por ejemplo. En Suecia, el estudio señaló los beneficios del apoyo de los abuelos.

En el caso de los legisladores, explicó Rossin-Slater, las lecciones incluyen la importancia de ofrecer un permiso que no se limite al cuidador primario del bebé y que se pueda otorgar sin planificación anticipada.

Las madres necesitan cuidados, afirmó la investigadora, no solo el bebé. Cuando la madre está saludable, el beneficio en última instancia también es para el bebé.

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Este texto fue publicado originalmente en The New York Times en español.


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