Perspectivas

Dieciocho años, dieciocho meses – absoluciones

Fotografía de Davidlohr Bueso | Flickr.

27/11/2021

1.

¿Quién ha sido juzgado? Rittenhouse, dieciocho años.

Noticia: un “jurado de 12 miembros ha considerado a Rittenhouse inocente de dos acusaciones de homicidio”, todo ocurrió en las “protestas de calle convocadas el 25 de agosto de 2020 en la ciudad de Kenosha por la…”

Manifestaciones contra la decisión final, carteles: “la supremacía blanca es lo mismo que el terrorismo”.

Después, John Huber, padre de uno de los hombres muertos en Kenosha, dijo: “Todavía no nos lo podemos creer. Le deberían de haber caído casi 40 años de prisión. Este chico ahora es un héroe.”

John Huber enseñó “una pequeña urna y una fotografía del hijo” y dijo: “Y este es me hijo. Este es Anthony”.

Las balas, el padre, el hijo.

2.

Otra noticia reciente recuerda el caso del ingeniero Anthony Levandowski de Silicon Valley.

Tuvo un proceso judicial por robo de secretos relacionados con coches autónomos. Circulando por entre los secretos de Uber y de Google, y creando después su propia empresa, Anthony Levandowski fue condenado judicialmente a dieciocho meses de prisión y perdonado más tarde por Trump, en enero de 2021.

Anthony Levandowski quiso crear la “Primera Iglesia de la Inteligencia Artificial”.

Él sería el líder religioso, pero también el CEO, administrador-jefe de esa iglesia que aspiraba a la “realización, aceptación y adoración de una Divinidad basada en la Inteligencia Artificial (IA) desarrollada mediante hardware y software de ordenador”. La empresa de Anthony Levandowski se llamaba Way of the Future.

Anthony Levandowski dijo, en una entrevista a Wired en 2017: “Lo que se creará será efectivamente un dios”. Y quería llamar a todos los laicos a esta nueva religión creada por la Inteligencia artificial.

Levandowski explicó en su momento: “No es un dios en el sentido de hacer relámpagos o provocar huracanes. Pero si hay algo un billón de veces más inteligente que el ser humano más inteligente, ¿qué nombre podemos darle?

Así, el Dios del futuro no sería un supermoralista detentor de una supermoral, sino un ser artificial superinteligente.

3.

Stephen Hawking dijo en 2014 que “el éxito en la creación de IA sería el mayor evento de la historia de la humanidad, infelizmente, también puede ser el último, a no ser que aprendamos a evitar los riesgos”.

Levandowski y otros obsesivos de la tecnología están todavía rondando el concepto de “singularidad tecnológica”, definido como “punto hipotético en el tiempo en el que el crecimiento tecnológico se vuelve incontrolable e irreversible, dando lugar a cambios imprevisibles en la civilización humana”.

El apocalipsis procedente de medios artificiales, o el divino técnico, sería “una “reacción descontrolada” de ciclos de autoperfeccionamiento”. Así, cada nueva generación de tecnología e inteligencia artificial, “más inteligente y “apareciendo cada vez más rápido”, causaría “una “explosión” en la inteligencia, resultando en una poderosa superinteligencia que superaría cualitativamente todas las inteligencias humanas”

Una aceleración, así, en la actualización del aumento de la inteligencia artificial que hará, se calcula, que los humanos pierdan el control de este Frankenstein del siglo XXI, ya sin necesidad de piernas, brazos o de cabeza exterior, indicios demasiado antropomórficos para este siglo lleno de válvulas y chips.

Se habla, pues, de una Superinteligencia artificial creada por una explosión de inteligencia.

Dinamita sustituida por la inteligencia; inteligencia por todos lados como una inundación.

A esa superinteligencia artificial Levandowski la llamaba Dios. y quería crear su iglesia.

4.

Hawking, en tiempos, dio una imagen “Si una civilización alienígena superior nos enviara un mensaje diciendo: “Llegaremos en algunas décadas”, ¿sólo contestaríamos: “OK, llámenos cuando llegue aquí . dejaremos las luces encendidas”? Probablemente no -pero eso es más o menos lo que está ocurriendo con la IA.”

Hace aproximadamente dos décadas hubo quien dijo que se sorprendería si ese punto de la llegada de un nuevo Dios fuera antes del 2010 o después del 2030.

5.

Imagino que, en lugar de una superinteligencia, la tecnología se apuraba para inventar una Estupidez Artificial (EA) capaz de suplantar la natural estupidez que inunda, sin hardware ni software, el mundo.

No es difícil predecir que, dada la potencia de crecimiento de la estupidez natural, el punto desde el que la superestupidez artificial podría dominar el mundo, aparecería mucho después del 2030.

***

Originalmente publicado no Jornal Expresso.

Traducción de Leonor López de Carrión


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