Izq: Dave Winfield. Fotografía de JEFF HAYNES | AFP. Der: Miguel Cabrera. Fotografía de Mitchell Leff | GETTY IMAGES NORTH AMERICA | Getty Images via AFP
Destacadas
Escala el conflicto en el Medio Oriente: Irán ataca a Israel
Por Monitor ProDaVinci
El impasse diplomático entre Sheinbaum y España: Una herencia de López-Obrador
Por Diego Marcano Arciniegas
¿Historiografía de aeropuerto? Notas sobre el oficio de los historiadores en la década 2013-2023
Por Jesús Piñero
Te puede interesar
Los más leídos
Con dos dobles Miguel Cabrera llegó a 3.110 hits; así dio alcance a Dave Winfield en el puesto 22 de la lista histórica de los bateadores con más imparables en las Grandes Ligas.
Fue uno de los jugadores más prominentes de su tiempo. Tuvo suerte el béisbol de ser el deporte elegido por Dave Winfield, pues su talento y destrezas atléticas le dio la oportunidad de ser el primer deportista en la historia que fue seleccionado por cuatro ligas diferentes. Además de MLB (Padres), también fue elegido en el DRAFT de la NFL (Minnesota Vikings), la ABA (Utah Stars) y la NBA (Atlanta Hawks).
“El jardinero no pasó un solo día en las ligas menores luego de una carrera estelar en la Universidad de Minnesota. Comenzó su carrera con los Padres de San Diego apenas unos días después de convertirse en la cuarta selección general en el Draft de la MLB de 1973”. Dice parte de la biografía de Dave Winfield que publica la página web del Salón de la Fama de Cooperstown. Pertenece a la Clase 2002, fue elevado a la galería junto con Bill Mazeroski, Kirby Puckett y Hilton Smith.
Estuvo 22 temporadas en las Grandes Ligas, transitando tres décadas, tiempo en el que dejó una sólida huella como jugador de las cinco herramientas. Rápido y habilidoso para robar bases, bateador de contacto y poder, tenía velocidad para cubrir la pradera derecha y brazo para dejar hombres fuera con su potente y educado brazo. Dave Winfield era un pelotero espectacular.
Todo lo que era capaz de hacer lo convirtió en su momento en el jugador mejor pagado del béisbol. El 15 de diciembre de 1980 se convirtió en noticia cuando George Steinbrenner, propietario de los Yankees, firmó con Winfield un contrato de 10 años por 23,3 millones de dólares.
Llegó a Nueva York precedido de lo que había logrado en sus 8 temporadas con los Padres de San Diego: fue cuatro veces al Juego de las Estrellas (1977-80), lideró al equipo en jonrones cinco veces (1976-80) y en seis temporadas fue el jugador con más impulsadas del club (1974-75, 1977-80), fue Jugador Mas Valioso del equipo en 1978 y 1979. Desde su debut bateó .284 con 154 jonrones, 626 carreras impulsadas y 133 bases robadas. Por esos números obtuvo ese contrato, impactante en su tiempo.
Además de su actuación con el uniforme a rayas, su relación tormentosa con “El Jefe” y la época que le tocó protagonizar en El Bronx, lo mantuvo en el foco de la atención, como desde siempre ha pasado con los Yankees.
Según un artículo biográfico del periodista Doug Skipper, publicado por la Sociedad Americana de Investigación de Béisbol (SABR), cuando salió de San Diego “No todos estaban tristes de verlo partir. ‘Dave Winfield cree que es más santo que tú’, dijo Ozzie Smith. “Él siempre actuó como si Dios le diera el derecho de decirles a otras personas cómo hacer las cosas”.
Al poco tiempo de llegar a Nueva York, comenzaron los roces con el dueño. Dice Skipper citando al New York Times: “Steinbrenner rápidamente desarrolló remordimiento de comprador, los dos se pelearon y “El Jefe” declaró públicamente que Winfield no valía el dinero acordado, lo menospreció y trató de cambiarlo. Steinbrenner, quien hizo tanto para amargarle la vida a Winfield en los más de ocho años que jugó para los Yankees, nunca apreció el tipo de jugador que tenía”. Steinbrenner no se reservaba comentario negativos hacia el jardinero: “Winfield se convertiría en el objetivo de una cruel cruzada del propietario para forzarlo a salir”, observó más tarde el diario.
En su primera temporada con los Yankees, Winfield bateó .294 con 13 jonrones y 68 carreras impulsadas en 105 juegos en la temporada de 1981, acortada por huelgas.
Los Yankees vencieron a Oakland en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, pero no pudieron contar con Reggie Jackson y Craig Nettles porque estaban lesionados, y Winfield tan solo conectó un hit en 22 turnos. Los Dodgers de Los Angeles ganaron en seis juegos en la Serie Mundial. Cuenta Skipper que el gesto de Winfield de pedir la pelota de ese imparable, molestó mucho a Steinbrenner.
Los Yankees nunca regresaron a la postemporada mientras Winfield estuvo ahí, aunque fue uno de los mejores durante las siguientes siete temporadas. Fue seleccionado para jugar en el Juego de Estrellas cada año, ganó cinco Guantes de Oro e impulsó 744 carreras.
En la semblanza de Doug Skipper se recuerda: “En 1984, Winfield y su compañero Don Mattingly emprendieron una carrera dramática y desgarradora por el título de bateo de la Liga Americana. Winfield conectó 19 jonrones, impulsó 100 carreras y bateó para .340. Mattingly disparó cuatro hits, y recibió una ovación de pie cada vez que fue al plato contra Detroit, en el último día de la temporada, finalizó con .343. Los dos salieron del campo juntos con las manos entrelazadas después del final, pero Winfield estaba claramente dolido porque muchos de sus compañeros, y Steinbrenner, habían apoyado abiertamente a Mattingly, que era blanco, sobre él, un hombre negro. ‘La mayoría de sus compañeros de equipo estaban claramente apoyando a Mattingly, planteando dudas sobre la posibilidad de que la raza fuera un factor’, observó el New York Times.
En una entrevista con el comentarista deportivo Art Rust Jr., Winfield expresó: “He experimentado el racismo en mi vida. Estaba a mi alrededor cuando estaba en los Yankees y competía con Don Mattingly por el título de bateo. Aquí estábamos los dos, dos tipos en el mismo equipo, peleando entre nosotros por lo mismo, en un contexto de medios manipuladores, y las percepciones de cientos de miles de fanáticos que fueron influenciados por esos medios”.
“Como joven afroamericano en St. Paul, y más tarde como jugador de béisbol de las grandes ligas, Winfield se enfrentó al racismo y lo combatió con dignidad y determinación. Winfield ha hablado y escrito sobre las relaciones raciales y ha sido una voz poderosa. Ayudó a desarrollar la idea de honrar a las ex estrellas de la Negro League en el draft de 2008 de la MLB.”
La orientación de Winfield no se limita a las relaciones raciales. Como destaca Skipper, “Winfield, un orador motivacional muy respetado con una voz suave y sedosa, se ha dirigido a clubes, escuelas y negocios sobre deportes, educación, salud, ejercicio, trabajo en equipo, prevención del abuso de sustancias y temas relacionados con la juventud.”
Uno de los días más insólitos del béisbol, tuvo a Winfield como protagonista. El 4 de agosto de 1983, en el Exhibition Stadium de Toronto, antes de la parte baja de la quinta entrada. Cuando Winfield devolvió la pelota al cuadro, luego de los rutinarios lances de calentamiento, ésta impactó en una gaviota que iba volando, dejándola sin vida. Se inclinó quitándose la gorra en un saludo fingido al pájaro, lo que provocó la reacción airada de la multitud local, que le respondió gritándole obscenidades y arrojando objetos al campo. Cuando terminó el juego, Winfield fue escoltado a la estación de policía provincial de Ontario, acusado de “crueldad hacia los animales”. Fue obligado a pagar una fianza de $ 500 antes de ser liberado. Al día siguiente retiraron los cargos y él comentó que lamentaba lo ocurrido, pero para los fanáticos la disculpa no fue suficiente y Winfield fue pitado cada vez que jugó en Toronto, hasta que se unió a los Azulejos en 1992.
Cambiado para los Angelinos en mayo de 1991, bateó .275 con 19 jonrones y 72 carreras impulsadas en 112 juegos, para ganar los honores de ser el Regreso del Año de la Liga Americana de The Sporting News. Un año después, Winfield conectó 28 jonrones más y 27 dobles, e impulsó 86 carreras para los Angelinos. Conectó tres jonrones el 13 de abril en Minnesota y el 24 de junio, se fue de 5-5 y bateó el Ciclo a los 39 años, el jugador más viejo de las Grandes Ligas en hacerlo.
El 19 de diciembre de ese año, Winfield firmó un contrato de un año con Toronto. En 1992, los Azulejos fueron los campeones del Este de la Liga Americana y él bateó para .290, conectó 33 dobles y 26 jonrones, anotó 92 carreras e impulsó 108. De hecho fue el primer hombre de 40 años de edad con 100 carreras empujadas en una temporada. Sus números como bateador designado y jardinero derecho fueron muy buenos, pero fue su arduo trabajo lo que lo convirtió en un favorito de los fanáticos y le valió la absolución por el incidente de la gaviota.
“He estado pensando en esto”, dijo Winfield a Sports Illustrated . “Si mi carrera hubiera terminado antes de Toronto, no habría estado muy contento con lo que me dio el béisbol. No habría tenido ningún sentido de equidad, ninguna justicia. Me siento mucho mejor ahora por cómo han resultado las cosas”.
Se refería a tener un anillo de Serie Mundial. Ahora cumpliría el deseo de jugar para el equipo de su ciudad natal. El 17 de diciembre de 1992, el nativo de St. Paul firmó un contrato de agente libre con los Mellizos de Minnesota. En los 143 juegos de 1993, principalmente como bateador designado, bateó .271 con 21 jonrones e impulsó 76 carreras. El 16 de septiembre de 1993, consiguió su hit número 3000, un sencillo en la novena entrada ante el relevista de Oakland Dennis Eckersley.
Terminó su carrera con los Indios de Cleveland en 1995; estuvo en 2.973 juegos, acudió 12 veces al Juego de las Estrellas. En 2004, ESPN lo nombró el tercer mejor atleta completo en la historia del deporte, solo detrás de Jim Brown y Jim Thorpe.
Entró a Cooperstown en su primera aparición en la boleta. Llevó la gorra de los Padres de San Diego.
***
Referencias:
Mari Montes
ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DEL AUTOR
Suscríbete al boletín
No te pierdas la información más importante de PRODAVINCI en tu buzón de correo