Carlos Carrasco durante los entrenamientos de verano en Progressive Field el 06 de julio de 2020 en Cleveland, Ohio. Fotografía de Jason Miller | Getty Images North America | Getty Images vía AFP
Destacadas
Te puede interesar
Los más leídos
La tía Luz zurcía con tanto esmero que no se veían las costuras. Otros niños lucían uniformes nuevos, los de él tenían esas cicatrices que había ganado deslizándose para evitar un out y que ella disimulaba con sus puntadas de hilo.
Desde que tiene 4 años de edad, nada ha sido capaz de sacar a Carlos Carrasco del béisbol.
Jugar pelota se convirtió en su gran pasión, por eso hizo todo lo necesario para convertirse en profesional. Se acostumbró a pasar por encima de los obstáculos, como un campeón olímpico, para jugar béisbol en las Grandes Ligas.
Ha sufrido lesiones, fue sometido a una operación Tommy John, también fue intervenido por una condición cardíaca, y en mayo de 2019 le diagnosticaron leucemia. Él ha superado cada adversidad, apoyado por su familia y con sólida fe en Dios y la ciencia. En septiembre ya estaba de regreso, como relevista, pero se sintió bien porque pudo volver, como lo había prometido cuando los médicos lo evaluaron y tuvo que dejar el béisbol varios meses.
En octubre recibió el Premio “Roberto Clemente” por el trabajo social que realiza con su fundación, al lado de su esposa Karry. Había sido nominado varias veces. Desde hace años llevan ayuda a Venezuela, República Dominicana, Colombia, la comunidad de Cleveland y a pueblos de África. El reconocimiento distingue cada año a un jugador que con sus acciones solidarias recuerda al “Cometa de Carolina”, que perdió la vida llevando ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto de Nicaragua, el 31 de diciembre de 1972.
Cookie siguió con rigor el tratamiento indicado por los médicos en el receso invernal, se fue de viaje para compartir con la familia, continuó sus obras sociales y al terminar la larga pausa, comenzó su acondicionamiento físico para reportarse a los Entrenamientos de Primavera en Arizona, donde se preparan los Indios de Cleveland.
Llegó en buena forma y todo iba bien hasta que la pandemia del nuevo coronavirus obligó a suspender los juegos de exhibición y a posponer el inicio de la temporada.
Durante la cuarentena trabajó en su casa para mantener la buena forma física que le permitió demostrar que podía ser nuevamente un abridor. Cuando se reportó al Summer Camp, fueron muchos los sorprendidos al verlo ahí, conociendo su condición, que bien pudo ser una razón para no jugar este 2020.
Pero Cookie quería jugar. El médico determinó que no pertenece a un grupo de alto riesgo, así que le dio luz verde, tomando las previsiones que debemos tomar todos: uso de la mascarilla, distanciamiento social, lavarse las manos y en el caso de ellos, someterse a los controles y normas del protocolo de salud de MLB.
A principios de semana, el manager Terry Francona anunció que el larense será el tercero de su rotación, detrás de Shane Bieber y Mike Clevinger. Fue una gran noticia para todos.
La apertura de este domingo significa mucho, son varios comienzos: la primera aparición como abridor desde que la leucemia lo sacó del juego, y el inicio de una temporada con todos los retos que eso significa. Horas antes de subir el morrito del Progressive Field de Cleveland, para enfrentar a los Reales de Kansas City, tuvimos esta entrevista.
―Gracias a Dios volvimos al béisbol este año. Sólo son 60 juegos y me incluyeron como parte de la rotación. Yo creo que me Io gané, trabajé mucho para esto, no quería volver al bullpen, aunque si el equipo me necesita ahí, estoy dispuesto a hacer el trabajo, pero quería volver a mi puesto de abridor, tengo esta oportunidad y me siento muy contento por eso. Tenía más de un año sin subir al montículo como abridor.
―Tú tenías la certeza de que podías regresar. Desde el primer momento del diagnóstico dijiste que eso no te iba a sacar del béisbol, que la leucemia te iba a hacer más fuerte ¿Cómo estás después del tratamiento, después de disfrutar con tu familia en las vacaciones? ¿Cómo ha sido reencontrarte con tus amigos?
―Ha sido muy importante la forma como me recibió el equipo. Aquí en el béisbol nosotros pasamos muchísimo tiempo juntos, convivimos durante 8 meses, me recibieron muy bien. Doy gracias porque siempre tuve el apoyo de ellos y de la familia, por poder estar aquí y por tener esta oportunidad.
―¿Cómo fue el trabajo para mantenerte en forma durante la cuarentena? ¿Cómo te preparaste para llegar listo a este entrenamiento de verano tan corto, que no es como el Spring Training, cuando tienen más tiempo?
―Cuando cerraron el complejo de Arizona yo regresé a Cleveland por un mes. Después veía que se decía que la temporada iba a comenzar y no comenzaba, así que volví el 8 de mayo; no se podía salir, así que me tocó comprar todo lo que yo utilizo en el gimnasio y lo instalé en el garaje. Compré un montículo de esos que se pueden llevar a todas partes, conté con mi amigo y vecino César, que me ayudó muchísimo para soltar el brazo y quecharme para hacer bullpen. Una experiencia diferente, porque toda la familia estaba junta. Hicimos ejercicios juntos, todos me apoyaron, como siempre, en las buenas y en las malas. La pasamos súper bien y esa fue la manera como me pude mantener en forma. Para el momento que me llamaron para regresar el 2 de julio, ya yo estaba preparado.
―En estos dos primeros juegos hemos visto lo complicado que es cumplir las normas de seguridad para prevenir el contagio de la covid-19. No poder celebrar cuando dan un jonrón, guardar el distanciamiento. Es necesario porque la idea es jugar esos 60 desafíos y llegar a la Serie Mundial.
―Hay que ser muy cuidadosos. Aquí la organización ha hecho un buen trabajo, nos hacen las pruebas cada dos días. Aquí todos queríamos jugar béisbol y lo diferente es que antes podías celebrar, podías chocar las manos. Ahora no, se aplaude y ya. No se puede celebrar, pero lo respeto porque hay que cuidarse también. Si uno solo sale infectado nos puede infectar a todos.
―Cuando salió el manual de prevención de la covid-19, se especuló que tú, por estar en tratamiento contra la leucemia, tenías la posibilidad de no jugar, por ser de alto riesgo. Mucha gente se sorprendió al saber que estabas en el estadio entrenando y que el médico te había dado luz verde. ¿Nos puedes aclarar eso?
―Primero quiero darle las gracias a todas esas personas que siempre han estado pendientes. Esta fue una decisión que tomamos en familia, porque yo quiero jugar. Yo estoy jugando béisbol desde que tengo 4 años de edad y habría sido muy difícil, muy duro decir: “No voy a jugar esta temporada”. No creo que me sentiría bien en casa, viendo los juegos por televisión. Tomé la decisión de venir aquí a los entrenamientos, ahora comenzó la temporada. Tenemos muchísimo cuidado. En mi locker hay de todo, mascarillas, gel para desinfectarme las manos. Guardamos la distancia, todos están pendientes. Es importante para mí y todo el equipo me está apoyando. Me siento muy orgulloso de estar aquí, de estar con ellos, de poder compartir, pero con cuidado. Y le reitero a los fanáticos que se preocuparon porque iba a jugar que estoy bien, me estoy cuidando. Es muy difícil estar en la casa viendo a mi equipo jugar y no estar.
―Ya te pasó en la Serie Mundial. Una lesión te impidió estar allí. Muchos pensamos que tu ausencia hizo la diferencia, le hiciste falta a los Indios. No querías sentir esa impotencia otra vez.
―La temporada de 2016 fue muy dura, no pude seguir por la lesión de la mano por una línea que me golpeó. Tomar esta decisión fue muy fácil también porque yo me quedé con ganas de pitchear en esa Serie Mundial, y creo que eso se puede lograr ahora mismo, tenemos equipo, buen pitcheo y buenos bateadores. Yo creo que sí podemos.
―¿Cómo ves a Cleveland en la división del Centro, como ves a los demás, a un equipo como Minnesota, por ejemplo, con el venezolano Luis Arráez. ¿Cómo lo ves para llegar a Playoffs, ahora que llegarán 16 equipos?
―Va a ser algo completamente diferente porque es la primera que vez que esto sucede, una temporada de 60 juegos; antes eran 8 equipos en playoffs, ahora van a ser 16, vamos a jugar con los equipos que están cerca de nosotros. Los Twins están fuertes, pero lo que hay que saber es cómo pitchearles, tienen un buen lineup, pero la clave aquí es saber cómo lanzarles, tener control. También están los Medias Blancas de Chicago, los Reales y Detroit. Yo siempre he dicho que cualquiera que se pare ahí con un bate es por una razón y hay que cuidarse de todos. Eso es lo que hacemos los pítchers, cuidarnos de los bateadores. Para eso la tecnología está muy avanzada, podemos ver cuáles son los pitcheos que les hacen daño, cómo está bateando el equipo; todo eso permite planificar.
―Vi que durante la cuarentena estuvieron apoyando a familias necesitadas en Cleveland, con platos de comida y enviando ayuda otras partes. ¿Cómo fue ese trabajo?
―Esta situación ha hecho que mucha gente perdiera su trabajo, así que decidimos en familia dar esa ayuda, porque hay muchas personas que lo necesitan. Antes de que esto sucediera también los había. En este momento no hemos parado y seguimos preparando cajas con bates, pelotas, zapatos, comida, ropa, seguimos enviando ayuda para países que lo necesitan.
―Aún en pleno tratamiento seguiste trabajando con los niños enfermos de cáncer.
―El cáncer no pudo parar eso. La pandemia no pudo evitar que juegue béisbol. Es muy importante estar aquí, aportar al equipo y representar a mi familia. No es fácil venir aquí y dejar a la familia en casa.
―¿Y qué dices de Venezuela, Cookie, de la que estás tan pendiente y que se emociona al verte de regreso? Tu imagen en el terreno, uniformado, significa mucho.
―Significa mucho, significa muchísimo para mi familia porque no es fácil esta situación. Todo el mundo ahora está con pánico, pero la felicidad que siento me da fuerzas también. Esta temporada va a ser muy especial. El año pasado perdí muchos meses, ahora tengo la oportunidad de valorar eso, tener la oportunidad de volver a la rotación y ser abridor.
―El béisbol hace que tus defensas suban, que el sistema inmunológico se enriquezca, y por eso estás allí sin miedo. El año pasado me impactó que a las pocas semanas del diagnóstico de leucemia estabas seguro de que ibas a volver.
―No tuve miedo porque tengo una esposa muy fuerte, con mucha fe. Y yo como ser humano, como hijo, padre, esposo y amigo, no puedo mostrarme negativo. Yo nunca he pensado en negativo, siempre soy positivo, y lo que me sucedió el año pasado y esto que está ocurriendo, ha sido para mí una señal de Dios, porque me acercó a muchísimas personas. Yo nunca me pregunto por qué me pasó esto.
Carlos Carrasco ha tenido varias veces la carrera de perder el juego en posición anotadora, y ha sacado el cero. Esa ha sido su historia, en el montículo y en la vida.
Mari Montes
ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DEL AUTOR
Suscríbete al boletín
No te pierdas la información más importante de PRODAVINCI en tu buzón de correo