Fútbol

Argentina vs. Francia: las claves de la final de Qatar 2022

Lionel Messi y Kylian Mbappe. Fotografías de Gabriel Bouys y Jewel Samad | AFP.

15/12/2022

Dos de los equipos favoritos a ganar la Copa del Mundo llegaron a la final del torneo.

Argentina, luego de una saga de 36 partidos sin perder y con la medalla de la Copa América en el pecho. Francia, potencia deportiva y actual campeón de la competición. En Buenos Aires –desde donde se escribe este texto–, se miraba al adversario con prudencia cuando se estaba en fase de grupos. Si Argentina quedaba de segunda y Francia de primera, se cruzarían en esa instancia eliminatoria. No ocurrió. Entre esa posibilidad y este encuentro en el último partido de Qatar 2022 hay mucho más que aquel deseo de evitarse.

Cuando se trata de torneos en los que compiten representantes de distintas regiones, lo normal es pensar en el choque de estilos. Hasta hace no mucho, Mientras a algunos países europeos se les describía como pragmáticos, a los sudamericanos se les etiquetaba como coloridos. Unos corrían y parecían búfalos. Otros, que a la vista quizá no corrían tanto, tenían aires de artistas. En esas dos oraciones se resume de manera muy general un tema que puede dar para libros, si se trata de dar con una tipología deportiva de cada continente. Globalización mediante, esas brechas se han ido acercando. Eso explica que casi ningún jugador de élite sea desconocido para los cuerpos técnicos e, incluso, para el aficionado más entregado a las causas.

El detalle va más allá de reconocer a una u otra figurita dentro del campo. Con la globalización de la información en sus distintas variantes, se pueden conocer métodos de entrenamiento, técnicos de gestión, historias que sirven de ejemplos, hasta a llegar a niños que crecen viendo a Zinedine Zidane, Pablo Aimar o Ronaldo, aunque sean jugadores que les quedan lejanos, pero sobre los que han escuchado hablar. Se trata de figuras que son los ídolos de sus ídolos, como Aimar para Lionel Messi o Ronaldo para Kylian Mbappé.

Aquellas figuras marcaron a parte de una generación, como Messi y Mbappé está influyendo en las suyas; sobre todo el argentino, a quien cada vez menos voces discuten como el mejor de la historia y, cuando no, lo dejan muy cerca de ese honor. En ese sentido, puede que la final entre Argentina y Francia sirva para decantar alguna balanza. Pero aún no es tiempo para ese debate. Para llegar a ese punto, primero hay que atravesar algunas cuestiones.

El defensor croata Josko Gvardiol y Lionel Messi en el partido de semifinales en la Copa Mundial Qatar 2022. Fotografía de Juan Mabromata | AFP.

Argentina y su relación con el balón

El equipo sudamericano va en línea ascendente. Luego de perder contra Arabia Saudita y más de 60 minutos irregulares contra México, el equipo comenzó a encontrar tono y forma. Su llegada a Qatar estuvo marcada por la desafección de un par de jugadores, de las dudas físicas sobre otros y de un volumen de juego escaso. A juzgar por lo visto contra Croacia, su mejor partido en el torneo, podría pensar que hay meses de diferencia entre un momento y otro, cuando solo hay un puñado de días.

Hay equipos que crecen durante los torneos cortos y otros que se desmorona durante ellos. Argentina ha sido de los primeros. Aunque han entrado y salido jugadores del once inicial entre los partidos, el equipo conserva una base y cada vez luce más seguro y con confianza en relación con su plan de juego. Esto potencia las habilidades de unos y le permite disimular las falencias de otros. Su arribo a la familia, además, se produce con un intangible que conviene tener en cuenta cuando se trata de un país tan pasional como Argentina: hay ilusión, mucha ilusión, porque muchos jugadores sienten que pueden lograr lo que otros tanto han deseado durante años, una aspiración con la que ellos han crecido.

Si Argentina logra imponer el ritmo de juego y evitar dejar a los delanteros franceses con campo para correr, lo más probable es que haya alguna oportunidad.

El mediocampista marroquí Sofyan Amrabat y el delantero francés Kylian Mbappe luchan por el balón durante el partido de semifinales de la Copa Mundial Qatar 2022. Fotografía de Giuseppe Cacace | AFP.

Francia, algo más que jugadores rápidos

Sobre Francia lo lógico es hacer referencia a Mbappé o a Ousmane Dembélé como esas figuras que a campo abierto pueden partir el juego y el marcador. Pero ellos son solo un recurso dentro de un plan más diverso. La selección europea puede adaptarse a múltiples escenarios y parece conversar, partido tras partido, una marcha más. A partir de la estabilidad defensiva, el equipo se sostiene y también crece.

Pese a llegar al torneo con múltiples bajas y sumar alguna más durante la competencia, Francia repite como finalista y favorita dentro de esta competencia. En la mayoría de los emparejamientos, su superioridad en relación con Argentina parece evidente. Si se tratara de un pulso a calidad individual, quizá no haya discusión posible. Sin embargo, esto es un juego de equipo y, en ese contexto, la paridad es aún mayor.

Más allá de los citados, el éxito o no de Francia puede depender de Antoine Griezmann. Su habilidad para encontrar espacios útiles sobre los cuales caer o para habilitar a sus compañeros es clave, al igual que su capacidad asociativa. Griezmann es bastante más que solo un lanzador; es un perno dentro de un sistema que cuenta con figuras de mucho, por nombres y talentos, que sin embargo, en Francia, dependen de él en varias fases del juego.

El mediocampista marroquí Sofiane Boufal desafiado por el francés Aurelien Tchouameni en semifinales. Fotografía de Gabriel Bouys | AFP.

Otros nombres claves en la final

Nicolas Otamendi. Uno de los mejores defensores del torneo. Eficaz en la corrección de acciones, en el juego área y en la salida del balón. Liderazgo desde el fondo del equipo.

Aurélien Tchouaméni. Un mediocampista de 22 años que juega con la naturalidad de quien tiene unos cinco años más. Su despliegue físico y sentido de ubicación le permite cubrir mucho campo. Pero no queda solo ahí: también tiene curiosidad creativa y llega con frecuencia a la frontal del área.

Enzo Fernández. La contracara a Aurélien Tchouaméni. Otro de esos talentos jóvenes (21 años, para el argentino) que se mueve sobre el campo con la soltura de quienes tienen decenas de batallas ganadas. Su intensidad, en las ayudas a Rodrigo De Paul y la posibilidad de que caiga en zonas ofensivas, son relevantes dentro de las opciones de Argentina.

Julian Álvarez patea el balón y anota el segundo gol de su equipo superando al portero croata en semifinales. Fotografía de Adrian Dennis | AFP.

Olivier Giroud. Dentro de tanto atacante francés, parece ser el que menor prestigio tiene. Sin embargo, puestos los registros sobre la mesa, es el delantero con más goles vistiendo la camiseta de Francia, con 53 goles. Tiene movilidad, sabe asociarse y también, si el partido entra en zona de trincheras, de choque constante con defensores, puede entrar en escena.

Julián Álvarez. Una de las revelaciones del torneo, sino la principal. Se intuía que tendría relevancia dentro de Argentina. Pero que llegara a la final del torneo como un titular, indiscutido y que su presencia influyera tanto en el juego del equipo, ofreciéndose como opción de pase a sus compañeros y dando profundidad a la selección, no estaba en los planes.


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