Fotografía de Luis Robayo / AFP
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Analistas indican que las causas de la falta de efectivo y la escalada del dólar en el mercado paralelo son económicas y, lejos de solucionarse, se agravarán en el corto plazo.
La decisión del gobierno venezolano de intervenir Banesco, el principal banco privado del país, no ha provocado grandes filas en las puertas de sus agencias este viernes. Pese al nerviosismo de algunos de sus clientes, las sucursales amanecieron con normalidad, mientras los ahorristas realizaban operaciones electrónicas sin contratiempos.
Según el anuncio oficial, la medida será por 90 días y se instrumenta bajo la modalidad de “puertas abiertas”, es decir, la entidad financiera brindará todos los servicios mientras una junta interventora lo administra. Si bien el gobierno señala que la intervención de Banesco y la detención de 11 de sus directivos tiene como meta desmantelar bandas criminales que propician una severa escasez de dinero en efectivo y la incesante escalada del dólar en el mercado no oficial, analistas indican que las causas de los problemas son económicas y, lejos de solucionarse, se agravarán en el corto plazo.
La clientela de Banesco brinda una imagen atípica gracias a los profundos desequilibrios de la economía venezolana. La escasez de efectivo acostumbró a los venezolanos a que solo pueden retirar montos insignificantes en las agencias bancarias, por lo tanto, el nervosismo se manifiesta a través de transferencias por internet mientras que las oficinas lucen en calma.
Jesús Morillo se encuentra en la mitad de una fila de cincuenta personas que esperan obtener algo de efectivo en una de las agencias que tiene el banco en Caracas y dice que “la falta de billetes, el dólar para arriba, eso no es Banesco, son los que mandan”. Añade que “soy un jubilado, utilizo esta cuenta para cobrar mi pensión de vejez, prácticamente no tengo dinero que cuidar”.
María Rodríguez, odontóloga, forma parte de quienes transfirieron dinero a otra entidad financiera a través de internet: “La experiencia de las empresas que han estatizado es nefasta, no espero nada positivo de este gobierno, sabemos que la crisis va a empeorar. Esta mañana muy temprano moví la mayor parte de mis ahorros a otro banco”, dice.
El superintendente de bancos, Antonio Morales, admitió en declaraciones a Unión Radio que “el banco está funcionando perfectamente». «Sí ha habido unos retiros importantes, pero eso lo estamos monitoreando”, agregó.
Un sistema de pagos «próximo al colapso»
Juan Carlos Escotet, presidente de Banesco Internacional, no descarta en un comunicado difundido este viernes a través de su cuenta de Twitter que la intervención obedezca al deseo de “lanzar un pote de humo” para desviar la atención de la opinión pública y afirma que “las proyecciones de carácter técnico indican que el sistema de medios de pago de Venezuela está cada día más próximo al colapso”.
La hiperinflación dispara los precios y hace que el dinero pierda capacidad de compra al punto de que se necesitan cinco billetes de la mayor denominación para comprar un refresco de dos litros. El resultado es la creciente escasez de efectivo que genera molestias en la población que amanece a las puertas de los bancos o realiza enormes colas frente a los cajeros automáticos para obtener algunos billetes.
Las estadísticas oficiales indican que, al cierre de marzo de este año, el efectivo representaba 3% del total del dinero en la economía, cuando históricamente esta relación se ubicó en 10%.
Al mismo tiempo, la falta de efectivo incrementa el número de las transacciones electrónicas en un país donde la escasez de dólares ha impedido que los bancos inviertan para aumentar los puntos de venta e implementen mejoras en los sistemas tecnológicos.
Las estadísticas de la Superintendencia de Bancos registran que entre febrero de 2017 y febrero de este año las entidades financieras desincorporaron 9,453 sistemas de puntos de venta de su red (las máquinas que se usan en los negocios para pagar con tarjeta).
Alejandro Grisanti, exanalista de Barclays Capital para América Latina, señala que, “con la crisis de efectivo, la falta de inversiones, la hiperinflación y un gobierno que pretende solucionar esto interviniendo a Banesco -que es el banco por donde pasan 40% de las transacciones a nivel nacional- no me extrañaría que como muchas otras cosas podamos estar al borde de un colapso de los medios de pago”.
El Gobierno anunció que a partir del 4 de junio se le restarán tres ceros a la moneda y comenzará a circular una nueva familia de billetes. No obstante, el tiempo para encargar la creación de las nuevas piezas luce muy corto. Por lo tanto, lo más probable es que no existan suficientes billetes nuevos para sustituir a los actuales, que ya son bastante escasos y se agrave la falta de efectivo.
En su comunicado, Juan Carlos Escotet advierte que, de no producirse el cambio, será difícil continuar operando en una economía donde la cantidad de ceros para expresar las cantidades se hace inmanejable: “Las computadoras no tienen campo para incluir más ceros. Solucionarlo puede requerir de un tiempo aproximado de ocho meses”.
¿Más controles al dólar?
El petróleo provee 96 de cada cien dólares que ingresan al país y, tras no ahorrar durante el tiempo de los altos precios del barril, endeudarse masivamente y gastar buena parte del dinero en proyectos que no generan divisas, el gobierno recortó ferozmente la venta de dólares al sector privado al punto de que, en lo que va de año, las empresas y los particulares solo han podido comprar 8.8 millones de dólares por el mercado oficial.
El resultado es un mercado negro donde el dólar se cotiza a un precio que escala continuamente de acuerdo a un grupo de páginas web que se han convertido en la referencia que siguen comerciantes, empresarios y consumidores. Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, considera que “la intervención de Banesco tiene como fin que la banca por miedo y presión coloque más controles a temas ligados a transferencias para comprar dólares en el mercado no oficial”.
“Posiblemente veamos controles en montos de las transferencias, que las personas tengan que indicar qué van a hacer con el dinero a fin de tratar de bajar por esta vía la demanda de dólares, pero será inútil. En medio de la hiperinflación seguirá el deseo de protegerse comprando divisas y el dólar seguirá aumentando de precio porque será más riesgoso el mercado paralelo”, agrega Asdrúbal Oliveros.
En 2010, el gobierno intervino 35 casas de bolsa en un intento por acabar con el mercado paralelo de dólares y la operación culminó en un rotundo fracaso.
El Estado, el gran banquero
Si en definitiva la administración de Nicolás Maduro opta por mantener el control de Banesco, que gestiona 24.8% de las captaciones y 26% de los créditos, aumentará de manera muy importante el peso del Estado en el sistema financiero venezolano.
En este momento el Gobierno cuenta con cinco bancos y, de añadirse Banesco al rompecabezas, pasaría a administrar 57% de los depósitos y 51.6% del total de préstamos, además de la mayor red de oficinas de atención al público.
Banqueros consultados se muestran preocupados ante la posibilidad de que la intervención de Banesco sea el preludio de una actitud hostil por parte del Gobierno en momentos en que la hiperinflación y una economía que acumula cuatro años consecutivos de caída comienzan a afectar al sistema financiero.
El patrimonio es una de las áreas bajo fuego. La hiperinflación tiene como consecuencia que las empresas y las personas solicitan préstamos de mayor monto para financiar la poca producción que permanece en pie o cubrir el aumento de los gastos con la tarjeta de crédito. Pero los banqueros no pueden elevar el monto de los préstamos sin aumentar continuamente el patrimonio porque están obligados a mantener una relación mínima entre los fondos propios y los riesgos que asumen al prestar el dinero de los clientes.
Si el patrimonio no crece al mismo ritmo de los créditos, las entidades financieras no pueden seguir prestando porque incumplen con las regulaciones y al cierre de diciembre la banca prácticamente no tenía cómo continuar otorgando créditos.
Las cifras oficiales indican que en febrero de 2017 la banca prestaba 51 de cada 100 bolívares recibidos en depósitos y en febrero de este año solo estaba prestando 31.
Para evitar que el crédito se trancara por completo, la Superintendencia de Bancos rebajó las exigencias de patrimonio, pero presidentes de bancos temen que en el corto plazo, el gobierno incremente la presión para que el crédito siga aumentando en momentos en que el consumo se ha venido a pique.
Fitch Ratings, una de las principales calificadoras de la economía global, indicó en enero de este año en su informe de perspectivas 2018 que “los bancos venezolanos están calificados en el techo país de CC, una categoría que denota un nivel excepcionalmente alto de riesgo crediticio”.
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Este texto fue publicado originalmente en Univisión Noticias.
Víctor Salmerón
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