Diario literario

Diario literario 2021, diciembre (parte V): San Esteban; Jesús héroe

01/01/2022

«San Esteban», de Giotto Di Bondone.

Milán, domingo 26 de diciembre de 2021

Santo Stefano

Con San Esteban comenzó el martirologio cristiano. Tengo mi ejemplar de La leyenda dorada en Venezuela, así que no tengo acceso a los detalles de la muerte de Esteban, identificado en mi almanaque como el primer mártir. A diferencia de la mayoría de sus colegas de infortunio, que cayeron víctimas de las autoridades romanas, la muerte de Esteban, ocurrida en 36 d. C., fue obra de alguna secta judía que aplicó la ley mosaica que contempla la lapidación para ofensas graves, como el adulterio y la blasfemia. Por su parte, las leyes romanas tenía prohibida esta forma de ejecución. Se dice que uno de los que presenció el bárbaro acto fue Pablo de Tarso, de origen hebreo, al servicio del ejército de Nerón. No mucho después del martirio de Esteban, le tocaría a Pablo seguir el mandato divino y despojarse de su pasado judío y presente romano, convirtiéndose por segunda vez, en esta ocasión al recién nacido cristianismo del cual llegaría a ser su más brillante difusor. No han sido poco los que han propuesto cambiar el nombre de cristianismo por el “paulinismo”, habida cuenta del rol esencial de Pablo en la formación de la doctrina y su difusión. Es cierto, el cristianismo es más como lo quiso Pablo que como lo pensó el mismo Jesús. La imagen más conocida de San Esteban, como se sabe, es la Giotto; donde aparece el mártir con el primero de sus atributos, una piedra que el gran pintor le acomoda en la cabeza. Es mucho lo que ignoro sobre este santo tan respetado, una de estas cosas es porqué Joyce lo escogió como santo patrono de uno de sus personajes más conocidos.

Mi primera experiencia con el santo fue una mezcla de humor y simbólica violencia. En efecto, a la entrada de un pintoresco villorrio cercano al Puerto Cabello venezolano se erigió una estatua en cemento con los rasgos supuestos del mártir. Era costumbre que los visitantes a San Esteban, que es como se llama el lugar, se bajaran de los vehículos y le arrojaran piedras a la sagrada estatua o lo que quedaba de ella. Eso fue hace muchos años y no sé qué es lo que queda, si algo queda de la martirizada imagen.

«La fuga in Egitto» («Huida a Egipto»), también del pintor Giotto.

Milán, lunes 27 de diciembre de 2021

Jesús como héroe

Los orígenes inciertos de Jesús, y no menos difusos parentescos (Renan le atribuye una cantidad de hermanas, hermano y primos), son los del héroe. Como lo serán sus primeros días en la Tierra, signados por el peligro que no son sino una prefiguración de su destino trágico. Que había nacido como héroe trágico lo supo su madre desde siempre, a pesar de que en la Anunciación el ángel del Señor, en su profecía, no encontró oportuno revelarle el fin de la historia que con tanta pompa había comenzado. Otro ángel hermético se le aparecerá al padre para recomendarle que abandonara Nazareth y se apresurara hacia Egipto. El anuncio de la llegada de un nuevo rey se había difundido y el monarca reinante acudió a la vieja costumbre mediterránea de eliminar al sospechoso en la misma cuna. La diferencia con el padre de Edipo, es que tenía que dar muerte a todos los recién nacidos, entre los cuales se encontraba el hijo del carpintero. José supo burlar el acoso y encontró refugio en Egipto con la ayuda de unos parientes de María. Del relato se ocupa alguno de los evangelios canónicos y varios de los apócrifos. En nuestro siglo nadie lo ha hecho mejor que Giosuè Calaciura en su estremecedor Io sono Gesù. Todo en Cristo es trágico, nació para la tragedia y nunca quiso evitar su destino. Antes de morir, sin embargo, pronunció las enigmáticas palabras en las que insistía en su condición humana: “Padre, ¿por qué me has abandonado?”


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