Relatoría de la conferencia Salud, ambiente y Amazonía: Cubrir y contar la frontera sur de Venezuela

06/05/2024

La Amazonía integra diversos ecosistemas, especies y culturas, animales y vegetación, de nueve países —entre ellos Venezuela–. Quizás por ser uno de los países con menor territorio amazónico, Venezuela se suele describir más como país andino o caribeño. Ambas categorías son correctas, pero excluir su carácter amazónico implica pasar por alto una característica clave del sur del país y la frontera con Brasil. ¿Cómo aproximarnos a las coberturas relacionadas con salud, ambiente, el concepto de Una sola salud, y cómo se relaciona esto con la migración en el sur del país?

En el marco del especial Cruzar la línea sur, Academia Prodavinci organizó la conferencia Salud, ambiente y Amazonía: Cubrir y contar la frontera sur de Venezuela, como un espacio de participación, debate e ideas entre las periodistas María Ramírez Cabello, Clavel Rangel, Helena Carpio y Luisa Salomón, quienes compartieron sus experiencias y recomendaciones para abordar coberturas en esta región del país. 

Comprender la región y sus retos

El principal punto de partida para plantear una cobertura fronteriza debe ser la comprensión del contexto: la cultura, situación geográfica, características demográficas e incluso las condiciones sociales y de seguridad que afectan esta dinámica. ¿Cuáles son las características del sur del país que debemos conocer para contar sus historias? Estos fueron algunas de las ideas y temas compartidos por las conferencistas:

  • Venezuela como país amazónico: Venezuela es uno de los nueve países que tiene territorio de la Amazonía, una región diversa biológica y culturalmente. “Cuando hablamos de Amazonía hablamos de una selva, pero de un territorio habitado por pueblos indígenas que son un tesoro para nuestros países y hablamos de especies únicas en el mundo, especies que de alguna manera regulan esos bosques. Una riqueza biológica única, que debemos preservar porque lo que estamos viendo es un deterioro de ese bosque”, explicó María Ramírez.
  • Pese a tener 5% de la Amazonía, la región venezolana está en riesgo: “¿Qué amenazas tenemos? La deforestación es la principal, sin duda; deforestación es eliminar la cobertura boscosa (…) mientras más incendios hay en la Amazonía, más erosión hay, más sedimentos llegan al Guri y menos electricidad podemos producir”, explicó Helena Carpio, quien agregó que un estudio de la organización Provita estima que en la Amazonía se ha deforestado un territorio equivalente a más de tres veces el tamaño de la isla de Margarita.
  • Es una zona rural y difícil de recorrer: “El estado Bolívar tenía un buen récord de medios de comunicación, y estos medios tenían corresponsalías que llegaban hasta Santa Elena de Uairén, por ejemplo, en la frontera con Brasil. A veces había incluso colaboradores en el estado Amazonas. Esto se ha reducido (…) Antes era costoso, pero ahora es imposible llegar por tierra porque la carretera está devastada. Se ha ido perdiendo la comunicación territorial, que era una fortaleza de Venezuela, su vialidad”, explicó Clavel Rangel.
  • Es una frontera porosa y que implica riesgos de salud: “Tenemos una movilidad muy importante, nuestras fronteras son bastante porosas y tienen bastante actividad. Esto nos lleva a un riesgo muy evidente: el resurgimiento de enfermedades y los brotes epidémicos, que quizás son la manera más fácil de ver estos riesgos. Digo más fácil porque cuando explota el sarampión se transmite muy rápido, es una de las enfermedades más contagiosas del mundo, y eso hace que la alarma se encienda rápidamente. Sin ir muy lejos, en 2016 y 2017 tuvimos brotes en Venezuela de difteria y sarampión”, señaló Luisa Salomón. Las bajas coberturas vacunales —un problema regional que ha alertado la OPS— aumentan esos riesgos, agregó.
  • La migración a Brasil ahora incluye más mujeres: “Las mujeres salen de Venezuela ya padeciendo un ciclo de violencia institucional, física, psicológica, estructural. Atraviesan una vía totalmente destruida, atravesando territorios mineros, donde hay grupos armados. Se someten a riesgos mucho mayores: trata de personas, violencia sexual. Llegan a Brasil y no necesariamente escapan de la violencia. Documentar y visibilizar estos temas va a hacer, o ese es nuestro deseo, que haya un cambio en las políticas y que de alguna manera se implementen políticas migratorias diferenciadas para atender a estas mujeres”, apuntó María Ramírez.
  • La frontera es un entorno violento y muy influenciado por la minería: “Con el tiempo, la complejidad de recorrer el territorio ha requerido más técnica porque hay una desmonopolización de la violencia, con la introducción de grupos guerrilleros desplazados de Colombia o de otros actores que han intervenido en las zonas mineras, en la selva en general. Esa concentración de violencia y desprotección [afecta a] las comunidades y los periodistas”, señaló Rangel.
  • La falta de información agrava los problemas sanitarios en la frontera: Venezuela no reporta datos oficiales de salud desde hace casi una década. En entornos de alta movilidad como las fronteras, es aún más difícil detectar los problemas sanitarios. “Mientras menos sepamos dónde están los problemas, cuáles son las áreas más afectadas, pues menos capacidad hay de responder a esos problemas y más difícil es para todos nosotros reportarlos, encontrarlos, saber la dimensión y alcance”, explicó Salomón.

Las recomendaciones para mejores coberturas

Las coberturas fronterizas, especialmente aquellas enfocadas en los ejes transversales de salud y ambiente, se pueden beneficiar de la especialización periodística, por ejemplo. Las cuatro conferencistas compartieron consejos y recomendaciones que les han servido en sus coberturas periodísticas:

  • La especialización es útil para coberturas más completas. María Ramírez está terminando una maestría en ambiente, y señaló su utilidad para complementar el trabajo periodístico: “Quería comprender mejor todas estas complejidades que tiene el ambiente. (…) Es sumamente útil para un periodista que quiera especializarse en esta área, en cartografía. Cada vez que nos vamos a empapar más de esas áreas podemos tener una mirada más integral, no quedarnos en la superficie”.
  • Evitar la estigmatización. Especialmente cuando se trata de salud y enfermedades infecciosas, puede ocurrir que los reportes de brotes causen rechazo a los pacientes de estas enfermedades. Si estos pacientes son, además, migrantes, la vulnerabilidad se profundiza. “Es importante dejar claro que el migrante no es el motivo de un brote [que cruza fronteras]. El motivo es el deterioro del sistema de salud venezolano, cuyo riesgo se pueden estar llevando los migrantes”, explicó Salomón.
  • Cuidar los sesgos cuando se usa tecnología. Las herramientas tecnológicas son muy útiles para desarrollar reportajes, especialmente en áreas rurales o remotas. Pero más que aprender a usar una herramienta, lo verdaderamente fundamental es desarrollar el criterio para comprenderla y analizar sus hallazgos: “La gente piensa que los datos son objetivos, y la realidad es que no lo son. El dato refleja cualquier prejuicio o manera de ver el mundo de quien lo generó. Hay que tener eso muy en cuenta a la hora de trabajar con datos, porque de ahí vienen muchos de los errores en ángulos y enfoques periodísticos (…) Los datos son complemento al trabajo de campo clásico del periodismo”, dijo Carpio.
  • Trabajar en red es una de las formas de protegerse en entornos hostiles, como el venezolano. “Trabajar en red, traer herramientas a los periodistas, estudiantes de comunicación, para que con el trabajo colaborativo podamos protegernos o anticiparnos a coberturas, y también [definir] cómo hacerlo de manera segura”, señaló Rangel.
  • Comprender el terreno y sus cambios. “El territorio amazónico en Venezuela es muy cambiante y es muy difícil comprender quién tiene el poder en ese territorio. Antes había unos poderes más definidos, sabías a quién interpelar claramente: había representación sindical, autoridades responsables de las industrias. La demolición de ese tipo de derechos, el derecho a la asociación, hace que para los periodistas sea un reto mantener esa relación y entender los problemas”, explicó Rangel.

Entender el ambiente y la salud como temas transversales, que se relacionan con la economía, la seguridad, la migración y muchas otras problemáticas, permite una mirada más integral en los trabajos periodísticos. Si bien las historias son la base del periodismo, aprender a analizar las fallas de los sistemas y su impacto en la población debe ser siempre uno de los objetivos de las coberturas periodísticas, concluyeron las conferencistas. 

Puede ver la conferencia completa aquí: 


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