Béisbol

Los Astros, tormenta en primavera

Alex Bregman y el jugador venezolano José Altuve de los Astros de Houston observan como el propietario Jim Crane lee una declaración durante una conferencia de prensa en el Fitteam Ballpark de The Palm Beaches el 13 de febrero de 2020 en West Palm Beach, Florida. Fotografía de Michael Reaves | Getty Images North America | AFP

14/02/2020

La primavera del béisbol de las Grandes Ligas comenzó, como era de esperarse, con los Astros de Houston en el ojo del huracán. El escándalo del robo de señas con uso de tecnología, develado semanas atrás, esperaba por ellos, por los jugadores, por los ejecutores del mecanismo, los beneficiarios del plan ideado para descifrar las señales de las baterías rivales, durante toda la temporada 2017, hasta que alzaron el trofeo de la Serie Mundial.

Ya se ha explicado el artilugio sistemático con el uso de las cámaras que están ubicadas en el jardín central, el equipo montado para descifrar las señas y los golpes al basurero para avisar el lanzamiento al bateador. También se ha dicho que aunque siempre se han “robado señas”, el uso de tecnología es lo que convierte esta acción en una violación a las reglas, porque eso está establecido, así que valerse de esas herramientas es indebido, es tomar una ventaja que no está permitida, en palabras sencillas, es trampa.

Cuando las señas se descifran de manera natural, es decir, sin apoyo de cámaras, computadoras o cualquier dispositivo electrónico, un lanzador puede darle un pelotazo al bateador, en respuesta a la acción de dedicarse a “robar” señas, así se ha resuelto siempre este asunto dentro del terreno. El punto en esta historia está en que los robos de seña no se hicieron dentro del terreno, sino usando un método expresamente prohibido, un mecanismo que deja a los receptores indefensos, con una cámara que monitoreaba sus movimientos todo el tiempo y un personal desplegado para decodificar señas y avisar al bateador el pitcheo que verá.

La organización de las Grandes Ligas hizo una investigación sobre el asunto, un trabajo que incluyó entrevistas con los jugadores. Fueron los mismos peloteros quienes explicaron lo sucedido en 2017, no es una suposición o un rumor, es un hecho. Hablaron los Astros a cambio de no ser sancionados.

Sobre esto opina el abogado con maestría en gerencia deportiva, analista y conductor del siempre interesante podcast Endorfinas, Arturo Marcano:

—Antes de empezar las investigaciones, MLB se pone de acuerdo con el sindicato de jugadores para que permita que los peloteros hablen y ofrezcan las pruebas que determinen qué pasó. Y se comenta, porque es lo que dice The Wall Street Journal y otras fuentes, que parte de ese acuerdo entre MLB y el sindicato fue que los jugadores podían hablar bajo la condición de no ser sancionados, se les dio impunidad. De no haber llegado a ese acuerdo, la investigación habría sido más difícil porque existe una cultura en el béisbol, desde hace mucho tiempo, según la cual los peloteros básicamente no hablan de lo que sucede en el clubhouse, menos en contra de otro pelotero. En este caso, eso se pudo romper porque el sindicato les dijo “hablen y nadie va a salir sancionado”, lo cual genera el otro problema, que no se sancionan. Hay que incluir al sindicato en todo este análisis porque ellos también tienen una carga de responsabilidad. Ellos tomaron la decisión, supuestamente, para proteger a los jugadores y les están haciendo más daño. El sindicato fue un elemento en la investigación, fue un elemento a la hora de determinar las sanciones y fue corresponsable en la decisión de no castigar, pero nadie habla de ello.

Expiar las culpas pasa siempre por cumplir un castigo, el que sea. Los infractores pagan una multa, una penalidad. Cuando una persona comete un delito y cumple una condena, ya no puede ser juzgado otra vez por eso, pero cuando no es así, la condena de quienes esperaban un castigo se extiende por siempre, el juicio no termina. Lo estamos viendo.

Establecer sanciones en este caso tal vez era más complicado que ofrecerles inmunidad a cambio de sus testimonios, incluso hay jugadores de aquella plantilla de 2017 que están retirados, pero visto todo lo sucedido, sin sanción, habrá quienes se tomarán la justicia por su cuenta y ahora es cuando debemos esperar a que sucedan cosas en los juegos, desde abucheos y letreros, hasta pelotas recostadas o bolazos.

Es fácil imaginarse la corte de Aaron Judge contra José Altuve en Yankee Stadium la próxima vez que se vean las caras Astros y Yankees. El toletero de El Bronx borró semanas atrás, luego de conocerse el informe del comisionado, una foto de su Instagram donde salía con el camarero de los Astros en 2017, diciéndole a propósito del MVP que nadie lo merecía más que él, reconociendo la temporada del venezolano. El gesto de eliminar ese mensaje de su seguida red fue más que elocuente.

Según lo registra el periodista Alden González de ESPN y Los Ángeles Times desde Arizona, Cody Bellinger, MVP de la Liga Nacional, dijo:

—Perdí el respeto por esos muchachos. Diría que todos en el Show, en las grandes ligas, perdieron el respeto por esos muchachos… Pienso que el castigo de Manfred fue débil, dándoles inmunidad. Creo que estos muchachos estuvieron haciendo trampa por tres años. Creo que la gente no se da cuenta que Altuve robó un MVP de Aaron Judge en 2017. Todos saben que nos robaron un anillo.

Apenas comienzan los entrenamientos de primavera, la semana que viene ya deben estar completos todos los equipos, cuando se reporten los jugadores de posición, habrá más preguntas, más periodistas, reacciones a reacciones. Todos harán su trabajo, los jugadores poniéndose a tono para comenzar en la mejor forma la larga temporada que viene y los periodistas llevando a los fanáticos la información de sus equipos, de los jugadores que admiran, de los prospectos, como siempre en primavera, pero los Astros además tendrán que lidiar con las consecuencias de haber participado como equipo en esa trama.

El jueves, al día siguiente de la apertura del campo de entrenamiento en West Palm Beach, Jim Crane, propietario de los Astros, el nuevo mánager Dusty Baker y los jugadores Alex Bregman y José Altuve dieron una conferencia de prensa en la que el robo de señas fue el único tema.

Según el informe del comisionado, Jim Crane no supo que su equipo implementó ese mecanismo para descifrar a los lanzadores, aseveración que contrasta con lo involucrado que sabemos está Crane con todo lo que pasa en el Minute Maid Park. Crane no es un dueño que compró un equipo y lo dejó en manos de una gerencia. Él se involucra.

Cuenta la periodista de ESPN y miembro de la Asociación de Escritores del Béisbol de América, Marly Rivera, que cuando el huracán María causó estragos en Puerto Rico, Jim Crane le prestó su avión a Carlos Correa para llevar ayuda. Es un gesto que creo es pertinente resaltar, añade otro elemento a la opinión que podemos hacernos de él.

Crane leyó un libreto y luego enfrentó a los periodistas. Respondió lo que preparó, pero quedó descolocado ante dos interrogantes de Marly Rivera: ¿por qué se disculpan?, y si conocer la seña es una ventaja competitiva para el bateador, hecho que incide en el juego. A lo primero debió admitir que rompieron las reglas y a lo segundo, luego de lucir como un bateador que no tuvo tiempo de hacer ajustes, dijo: “Puede que sí, puede que no”, respuestas que han sido objeto de una nueva polémica, porque lejos de ayudar lo hizo quedar mal.

Sin justificarlo, Crane debe pensar muy bien lo que dice porque puede ser sujeto de demandas, entonces duda. De hecho hace unos días el expitcher de Toronto, Mike Bolsinger, presentó una demanda civil contra los Astros de Houston en la Corte Superior de Los Ángeles. El día que enfrentó a los Astros fue muy bateado y salió apaleado. Según un fanático de los Azulejos de Toronto que se dedicó a chequear ese juego, casi la mitad de los pitcheos fueron avisados a los Astros.

Dusty Baker, el nuevo mánager luego del despido de AJ Hinch, estuvo ahí hablando de lo único que podía y que está verdaderamente en sus manos, el futuro, los Astros de ahora en adelante. Consciente de lo difícil que será, soltó una frase que es un adelanto de lo que teme: “Tenemos que perdonar, pero aquí nadie está perdonando”.

Unos incomodados Alex Bregman y José Altuve presentaron una declaración evidentemente preparada, admitieron la falta y sin mucho más se retiraron.

Fue en el clubhouse donde los jugadores hablaron con franqueza. Esa fue la impresión de Marly Rivera y de Enrique Rojas, también del staff de ESPN y miembros de la BBWAA, quienes estuvieron en West Palm Beach. Pueden leer sus trabajos en el portal de ESPN.

Rivera destaca que estuvieron dispuestos a responder cada pregunta, que no evadieron nada y contestaron con franqueza, especialmente José Altuve, George Springer, Yulieski Gurriel y Carlos Correa.

—Dieron la cara, admitieron que lo que pasó estuvo mal. Altuve dijo que entiende las críticas que vendrán, que esto fue un mal ejemplo para los niños, defendió a Carlos Beltrán y Alex Cora. Por más de una hora estuvieron frente a sus lockers en el clubhouse respondiendo lo que les preguntamos.

Rojas por su parte analiza los dos momentos, lo ocurrido como “conferencia de prensa” lo que califica como “desastre, no por lo que dijeron los jugadores sino por lo pobre que les pusieron a decir” y lo que más tarde pudo percibir al hablar directamente con los jugadores.

—Jim Crane es un señor billonario que no está acostumbrado a que se le contradiga, no está acostumbrado a que lo confronten, a que le reiteren una pregunta, y sus respuestas fueron un desastre, porque los periodistas no seguimos libretos de las oficinas de relaciones públicas de los equipos. Adentro en el clubhouse, los peloteros no tienen forma de seguir un guion aunque estén entrenados, porque nuestras preguntas reiterativas, las hacemos de otra manera y de otra y ahí fueron sinceros. Altuve, Gurriel, no evadieron preguntas ni acusaron a nadie. Admitieron que todos son culpables y que estuvo mal. Carlos Correa fue muy sincero, todos los peloteros lo fueron ahí adentro. Pero hay que estar claros, hay tantas personas molestas, que no importa lo que ellos digan ni el grado de arrepentimiento que muestren. Va a pasar un largo tiempo antes de que la gente vea a los seres humanos que son, ahora solo ven a los tramposos que fueron, más allá de lo sinceros que ellos sean y, repito, en ese clubhouse esos muchachos fueron lo más sinceros que podían ser.

Un exjugador que sigue vinculado al béisbol y por ello pidió no revelar su nombre, piensa que establecer sanciones es demasiado complicado, pero opina que deben ser sancionados de alguna manera.

Comenzado con lo difícil que es hablar del tema, dice:

—La cosa no es multarlos, pero yo creo que debe haber algo que hacer. Te explico, ellos cobraron $500 mil de bono por ganar la Serie Mundial, está bien, ese no es mi problema, el problema es de varios muchachos que pudieron ganar ese dinero para mantener sus familias, pero no, lo ganaron estos haciendo trampa. La suspensión es casi imposible, muchos retirados ya, no puedes suspender a todos. Yo todavía no puedo creer todo lo que hicieron y de esto se va a seguir hablando todos estos días, y los jugadores se van a seguir disculpando, ahora dicen que a unos los obligaron a hacerlo. Fíjate esto, el lanzador Kris Medlen, después de trabajar un año completo para volver, el primer juego de él cuando regresó a las Grandes Ligas fue contra los Astros. Le hicieron seis carreras en dos innings, después de ese juego se retiró porque pensó que aunque hizo buenos pitcheos lo castigaron, pensó que estaba telegrafiando sus pitcheos, dijo “no juego más”, le costó la carrera a una persona. Eso es lo que a mí me molesta, la gente que sufrió por estos tramposos. Eso es lo que duele aquí, ellos ya están dispersos en otros equipos, retirados, no puedes hacer nada, no son el mismo equipo. No sé qué sanción se les puede aplicar, pero debería hacerse algo, esto no debería quedarse así.

Uno de los Astros de 2017, desde hace un año con los Mellizos, Marwin González, fue de los primeros en presentar disculpas y admitir su responsabilidad, entre los motivos que lo hacen arrepentirse, está precisamente el hecho de haber afectado carreras de otros jugadores, de sus iguales.

La primavera está comenzando en el béisbol, en el estado de la Florida, andando por las carreteras de la Liga de la Toronja se puede ver a la distancia, como al lado de la cortina gris de una fuerte lluvia, hay sol y no hay nubes.

En el campo de entrenamiento de West Palm Beach, de un lado se preparan los campeones Nacionales en un campo esplendoroso, del otro están los Astros confiados en que llegará la calma después de la tormenta.

Luego de un invierno de revelaciones, esta primavera es larga, el verano será intenso, esperemos a ver quiénes estarán en el otoño, ahora es cuando le toca hablar al tiempo.


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