Álbum de Familia

Lo inmundo

10/08/2023

Teatro Pim-Bol Julio Pérez – Raul Van-Pragg – Alfredo Cortina – Pomponette Planchart – Elena Rotundo, 1929 Alfredo Cortina © Archivo Fotografía Urbana

Hasta el nido apartado

lleva el poeta los nombres de los objetos

y los adjetivos

calificando cada cosa robada al mundo.

Hoy pareciera que lo bello terminó

y el poema canta entre dislocaciones.

La poesía es inmunda.

Se escribe justo en el borde angustiante

de la frontera del mundo,

aunque siempre rozará el lirismo

que se empeña en acompañarla.

Antes de Jesús

se calificaba de inmundos a los poseídos por el mal,

a los leprosos;

pero Jesucristo fue amigo de glotones

y borrachos (Lucas: 7,34).

El apóstol Pablo se obstinaba

en señalar que Jesús le permitió a lo inmundo

reivindicarse y entrar en contacto

con la pureza y lo divino.

Estoy seguro de que Miłosz se inspiró en Jesús

cuando dijo que:

«Necesitábamos a un Dios que nos amase,

no en la gloria de la beatitud: en nuestra flaqueza».

Podría emplear tales referencias

para nombrar a la poesía

como un movimiento entre lo burdo y lo lírico.

Es por eso que la escritura de hoy

mueve el fiel de su balanza (su péndulo)

tocando tales extremos.

El poeta se redimensiona

en este ejercicio individual:

porque la poesía, solo prospera en el error.

***



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