Perspectivas

¿Hacia dónde apunta la brújula política en España?

04/06/2023

Fotografía de AFP PHOTO | LA MONCLOA | FERNANDO CALVO

A raíz de la derrota del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones autonómicas del pasado domingo 28 de mayo, Pedro Sánchez anunció su decisión de adelantar la fecha de las elecciones generales previstas para finales de año, al próximo 23 de julio.

El Partido Socialista (PSOE) sólo pudo mantener el control en tres de las 12 comunidades autónomas disputadas, después de perder Aragón, Valencia, Baleares y La Rioja en la jornada electoral. El Partido Popular (PP) se alzó con la victoria en Madrid, Murcia, Ceuta y Melilla, y en Cantabria.

El adelanto de las elecciones ha sido visto por personeros de la derecha como un recurso para intentar rescatar a la izquierda de una probable derrota en las elecciones generales, buscando evitar el conflicto interno y el desgaste que sufriría el gobierno a lo largo de varios meses si los comicios se celebraran a finales de año, tal y como estaba previsto.

Algunos analistas consideran que la medida ayuda a Sánchez a esquivar las turbulencias internas en el PSOE, disipando las posibilidades de que líderes regionales y alcaldes de su propio partido le culpen del revés electoral, forzando a la coalición en el gobierno (PSOE, Unidas Podemos y Sumar), a considerar con mayor urgencia la necesidad de conformar un frente unido para enfrentar el riesgo de que una coalición conservadora con respaldo de la ultraderecha pueda resultar victoriosa en los comicios.

Entre los muchos análisis que han circulado sobre los resultados del 28 de mayo, destaca uno realizado por el diario.es, en el que se utilizó el método D’Hondt, una fórmula matemática tradicionalmente utilizada para asignar escaños en los sistemas de representación proporcional, para proyectar lo que habría ocurrido si las elecciones autonómicas hubieran sido las generales. De acuerdo con las proyecciones, el PP habría ganado, posicionándose como la primera fuerza política del país.

No obstante, con base en los resultados electorales obtenidos por los partidos de izquierda, el análisis proyecta que una coalición de estos partidos hubiera reunido suficiente apoyo para formar gobierno, un escenario intrigante para el panorama político español de cara a las elecciones generales.

Según la proyección de eldiario.es, una hipotética coalición de derechas, formada por el Partido Popular (PP) y Vox, no alcanzaría los apoyos suficientes para formar un gobierno. En cambio, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sí podría asegurarse la gobernabilidad forjando alianzas con sus homólogos de izquierda (Sumar y Unidas Podemos), además de otras representaciones regionales.

Sin embargo, es importante señalar que este ejercicio sigue siendo ficticio, ya que las elecciones municipales difieren significativamente de las nacionales, ahora previstas para el próximo 23 de julio. En los municipios más pequeños, donde sólo concurren el PP y el PSOE, los electores pueden verse privados de la oportunidad de votar por partidos alternativos. Las complejidades del panorama electoral español justifican una interpretación cautelosa de estos resultados.

Partidos tradicionales se fortalecen en las autonómicas

Tradicionalmente, los dos principales partidos de España, el PP y el PSOE, acaparaban cerca del 80% de los votos del electorado español. Sin embargo, en las últimas elecciones autonómicas, celebradas en 2019, la cuota conjunta del PP y el PSOE apenas superó el 50% de los votos, cediendo un amplio margen a otros partidos más pequeños que ganaban terreno entre los votantes.

Esta tendencia ahora podría estar comenzando a revertirse, ya que en las elecciones del pasado domingo se produjo una recuperación significativa de los dos partidos tradicionales españoles, tanto del PP como del PSOE. En esta oportunidad, la cuota de voto combinada de ambos partidos casi alcanzó el 60% del total, dando los primeros indicios de lo que podría ser una posible recuperación del bipartidismo. Este cambio viene además acompañado de una caída importante del apoyo electoral a Unidas Podemos que, sumado a lo que parece ser la inevitable desaparición del partido Ciudadanos, que obtuvo apenas 300 mil votos en las elecciones del 28 de mayo, marcan una nueva dinámica en el panorama político español hacia el futuro.

El Partido Popular (PP) se alzó como claro vencedor en los comicios, con más del 31% de los votos en las elecciones municipales y el triunfo en siete de las 12 comunidades autónomas disputadas, además de Ceuta y Melilla.

Los éxitos del partido a nivel regional se extendieron de Madrid a Aragón, Baleares, Cantabria, la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y La Rioja, pero a pesar de estas victorias, el PP necesitará el apoyo de Vox para alcanzar la mayoría en algunas de estas regiones. Podría gobernar también en Extremadura, donde el PSOE logró la victoria, aunque el bloque de derechas mantiene una ventaja numérica.

El PP logró un rotundo triunfo en la ciudad de Madrid, consolidando una mayoría absoluta en la región capital, y recuperó el control del Ayuntamiento de Valencia, uno de sus bastiones más importantes.

Las elecciones del 28 de mayo han reconfigurado el panorama electoral español. El PP ha recuperado su posición como primera fuerza en la política municipal y autonómica, un estatus que había perdido en 2019 cuando los mapas electorales se tiñeron de rojo con las victorias socialistas.

Nuevo panorama político será decisivo en las elecciones generales

La noche electoral del pasado fin de semana trajo múltiples novedades significativas. Vox, el partido de extrema derecha español, solidificó su influencia, extendiendo su alcance y asegurándose representación en todos los parlamentos regionales del país.

Unidas Podemos sufrió en todos los escenarios regionales, experimentando un nuevo descenso de su apoyo a nivel territorial. Los resultados electorales muestran un panorama político muy cambiado en comparación con los antecedentes de 2019, con el PP subiendo, Vox consolidando su presencia y Unidas Podemos luchando contra la caída en las comunidades autónomas.

Para Ciudadanos, el otrora principal partido «naranja» de España, que obtuvo más de 4 millones de votos y logró 57 diputados en las elecciones de 2019, el pasado 28 de mayo fue una jornada catastrófica. El partido consiguió apenas un 1.35% del total de los votos y no logró representación en ninguno de los 12 parlamentos de las comunidades autónomas que participaron en los comicios. Con estos resultados, el partido que alguna vez fue la tercera fuerza política de España, después del PP y el PSOE, ha quedado desahuciado y no participará en las elecciones generales del 23 de julio.

En un intento de dar forma a la narrativa que rodea a las próximas elecciones generales, el presidente Pedro Sánchez se ha esforzado por presentar su decisión de anticipar los comicios como una medida democrática frente a los resultados deficientes que obtuvo su partido en las elecciones autonómicas.

En su discurso de anuncio del adelanto de los comicios, el martes 30 de mayo, Sánchez enfatizó la necesidad de buscar “una clarificación sobre la voluntad de los españoles y de las españolas, una clarificación sobre las políticas que debe aplicar el gobierno de la nación, y una clarificación sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase”.

“Solo hay un método infalible para solventar estas dudas. Ese método es la democracia. Y por consiguiente creo que lo mejor es que los españoles y las españolas tomen la palabra y se pronuncien sin demora para definir el rumbo político del país. Creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato democrático a la voluntad popular,” añadió el mandatario.

También hizo hincapié en que su gobierno ya ha aprobado las reformas más cruciales, en cumplimiento de su programa gubernamental,  y aseguró que España está cerca de superar la crisis derivada de la pandemia de coronavirus y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, en un contexto de crecimiento económico y de creación de empleo.

Si las elecciones regionales sirven de barómetro del clima político en España, es indiscutible que el Partido Popular parece avanzar con el viento a su favor frente al adelanto de las elecciones generales. Por su parte, el PSOE y sus pares de izquierda se enfrentan a una necesidad imperante de lograr la unidad, o de lo contrario arriesgar la posibilidad de diluir su apoyo popular y perder el gobierno a manos del bloque de derecha.

Por ahora, lo único seguro es que el adelanto de las elecciones generales plantea retos importantes para todos los partidos, que deberán organizarse, apuntalar su discurso y formar coaliciones para poder tomar (o mantener) el poder en La Moncloa.


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