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El miedo tiene que volver al corazón de los animales salvajes // Diario de la peste

Fotografía de STR | AFP

07/05/2020

En Europa, los seres humanos ya empezaron a volver y, con ellos, el miedo cambia de posición.

El miedo tiene que volver al corazón de los animales salvajes.

Los animales salvajes van a tener que retroceder hasta 2019.

En ese entonces estaba más o menos claro que el centro de las ciudades no era para los chacales.

Voltaire: «todo mal viene con alas y huye cojeando»

Alexander Kluge escribió sobre la tragedia nuclear de Fukushima.

Y recordó que existe un mercado para trabajadores eventuales, muy bien remunerados, que llevan a cabo procedimientos peligrosos: la reparación de reactores nucleares dañados.

En Europa, en las Américas y en Oriente. Noticias sobre pruebas de vacunas.

En algunos sitios se prueban vacunas en brazos eventuales.

Brazos eventuales bien remunerados.

Es evidente: hay muchas tareas para las que los robots no son hábiles.

No tienen brazos tan humanos como los brazos humanos, por ejemplo.

Pero son útiles.

Anoto dos puntos relevantes.

Mi máquina de café está en vías de colapso y el fuego sigue funcionando en 2020.

Brasil. El escritor Sérgio Sant’Anna fue internado con síntomas de covid-19 en Río de Janeiro.

Lo informa su hijo, el también escritor André Sant’Anna.

Cientos de muertos en Brasil.

Murió el músico brasileño Aldir Blanc.

Caía a tarde feito um viaduto

e um bêbado trajando luto me lembrou Carlitos.

Un diputado de Ohio se niega a usar cubrebocas para no ofender a Dios.

Nino Vitale, el diputado: el hombre fue creado a imagen de Dios, taparse el rostro sería faltarle al respeto.

El diputado utilizó Facebook para explicar que «no va a usar cubrebocas por motivos sagrados».

También podemos pensar en el uso o no uso de Facebook por motivos sagrados.

Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, dijo.

Interesante preguntarse si el rostro en la pantalla sigue siendo un rostro humano a imagen y semejanza de Dios.

Un rostro dentro de un rectángulo.

Y que, cuando falta la electricidad, desaparece.

Pero también la oscuridad natural es así: hace desaparecer el rostro del otro.

El diputado dijo: quien quiera usar cubrebocas es libre de hacerlo, pero «la libertad de los demás termina en la punta de mi nariz».

La nariz de uno, la nariz del otro.

Proyecto: marcar con gis la frontera entre dos personas como si fueran dos sólidos.

Pero el cuerpo no sólo es nariz o puntas de los pies.

También están los líquidos. Y la respiración.

Me acuerdo del gran cuento de Gogol, «La nariz».

Lo que importa es que no nos roben la nariz.

La semana que entra, lluvia de meteoritos del cometa Halley.

Esperamos el momento para, en coro, volver la cabeza hacia arriba.

El vigilante de una tienda en Michigan murió después de pedirle a una persona que quería entrar que se pusiera el cubrebocas.

Mi nariz, tu vida.

«Bala com bala», Adir Blanc; letra, João Bosco:

A sala cala e o jornal prepara quem

está na sala.

Com pipoca e bala o urubu sai

voando, manso.

Los surrealistas decían que había que cortarse el pelo y la nariz.

Tal vez para cambiar de vida.

Como sea, se trata de esto: el otro como un peligro.

La epidemia muestra que no hay lugar para la confusión: el otro no soy yo.

Yo no soy el otro.

***

Este texto fue publicado originalmente en portugués en el diario Expresso de Portugal el 6 de mayo de 2020. La traducción al español es de Paula Abramo.


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