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El antes y el después de la cobertura sobre infancias: relatoría del curso “Periodismo y niñez: caja de herramientas”
por Indira Rojas
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El tratamiento de la niñez y la adolescencia en los medios de comunicación es complejo porque se trata de un tema transversal a muchos otros, como la violencia, la educación, la salud, el ambiente y la pobreza. Cuando un periodista reconoce que los niños, niñas y adolescentes son personas con derecho al pleno desarrollo físico, mental y social, tiene más posibilidades de enriquecer su trabajo con enfoques novedosos, que identifiquen problemas y oportunidades para la infancia, y cuida que sus contenidos sean respetuosos y éticos. Con esta premisa, 53 profesionales de la comunicación participaron en el curso “Periodismo y niñez: caja de herramientas”, del Programa de Formación para Periodistas de Academia Prodavinci, realizado el martes 5 y el miércoles 6 de diciembre de 2023.
El curso se basó en el ejercicio del periodismo con perspectiva de derechos vinculados a la cobertura de la niñez y la adolescencia, para la producción de historias, investigaciones y contenidos ajustados a las buenas prácticas. “Los periodistas tienen un rol importante porque difunden denuncias, pero también educan, forman, es decir, tienen un rol pedagógico que se debe desarrollar”, dijo Carla Serrano Naveda, socióloga jurídica de la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes, en la primera sesión del curso.
Para darle forma a los conocimientos compartidos por Serrano, los participantes del curso discutieron experiencias de cobertura y consejos para buenas prácticas con las periodistas Vanessa Moreno Losada, coordinadora de Comunicaciones de la organización Cecodap y directora de la Agencia PANA (Periodistas Amigos de la Niñez y la Adolescencia); Carmen Victoria Inojosa, autora del trabajo Escuelas a prueba de balas (Historias que laten); y Morelia Morillo, quien vive y trabaja en la frontera entre Venezuela y Brasil y es autora del reportaje Preescolares entre tepuyes y minas: la odisea de estudiar en el paraíso (Runrun.es). Inojosa y Morillo produjeron estos proyectos como becarias del Dart Center for Journalism and Trauma.
Carla Serrano aconsejó replantearse la herencia cultural de las viejas prácticas jurídicas y sociales, que consideraban al niño como un sujeto inferior. Entre los periodistas, esta perspectiva se expresa en los sesgos. La socióloga repasó el antes y el después de la atención y protección de las infancias. En el viejo enfoque, que corresponde al paradigma tutelar, los niños no tienen agencia ni voz propia. Su cuidado y protección era un asunto enteramente privado, por lo que era difícil actuar desde el ámbito público ante casos de niños abusados o maltratados. Y cuando el Estado se involucraba, no existía un control riguroso para evitar que las potestades legales se ejercieran de manera discrecional y arbitraria. Este enfoque cambió hace 34 años, con la firma de la Convención de los Derechos de los Niños.
Erradicar un viejo paradigma: ¿qué podemos hacer los periodistas?
Un niño en situación de calle y de mendicidad, con las ropas sucias y los pies descalzos, pide dinero entre los carros de una calle de Caracas. Algunos lo consideran una persona peligrosa, otros dicen que afea a la ciudad. Denuncian su presencia ante la policía o la comunidad propone llevarlo a otra parte. Al mismo tiempo, los medios se hacen eco de estas posturas. Nadie parece percibir las carencias de este niño ‒y de otros como él‒, quien probablemente ha sido víctima de amenazas y abusos.
Serrano explicó con este ejemplo “el fantasma de la herencia del viejo paradigma”: cómo las ideas previas a la Convención de los Derechos de los Niños siguen presentes en la sociedad y cómo siguen alimentando sesgos que se expresan luego en el trabajo periodístico. ¿Qué pueden hacer reporteros y comunicadores para una cobertura apegada a los derechos de los niños, niñas y adolescentes?
- Ser precisos sobre la situación de un niño, niña o adolescente. En el pasado, la protección de la infancia se regía por la doctrina de la situación irregular, cuya definición era muy ambigua. La situación irregular agrupaba desde niños que habían cometido algún delito hasta otros en estado de abandono. De modo que, como explica Serrano, a los ojos del sistema jurídico y de la sociedad existía un grupo de niños que “eran una suerte de producto residual por efecto de la marginalidad social”, sin distinción alguna de sus necesidades, problemas, o intereses. La experta explica que el Estado, bajo el argumento de su responsabilidad como protector de la infancia, podía declarar a un niño en situación irregular “viéndolo como un peligro social y no como víctimas del menoscabo de sus derechos”. La recomendación de Serrano para los periodistas es evitar generalizar la situación de los niños, niñas y adolescentes, una práctica que suele juzgar la condición de unos en relación a otros y que “puede terminar en una suerte de criminalización de la pobreza”.
- Investigar sobre las responsabilidades del Estado, así como sus límites. “Al Estado le corresponde generar condiciones para el ejercicio pleno de los derechos, pero no puede sustituir a las familias”, explica Serrano. En la vieja doctrina tutelar, el Estado “podía disfrazar fácilmente su incapacidad de garantizar los derechos básicos” al adoptar soluciones individuales, como la institucionalización de niños en situación de calle sin enmarcar esta respuesta en una política pública.
- Evaluar la presencia de la niñez en las políticas públicas. Los periodistas y comunicadores también deben sopesar que “para que haya protección integral deben existir políticas, acciones, planes, programas, que con prioridad absoluta los dicte el Estado”, como lo ha advertido Serrano.
- Conocer el sistema de protección. Diferenciar los mecanismos de protección del pasado con los actuales ayuda al periodista a comprender las responsabilidades del Estado, la familia y los actores en torno a la niñez. La antigua doctrina de la situación irregular consideraba que la figura central en la tutela de los menores era el Juez de Menores. Trataba conflictos jurídicos y también sociales. El poder estaba centralizado. “Se les veía como el buen padre de familia y bajo esta lógica los niños que estaban bajo la tutela del Estado no pasaban por un debido proceso ni abogado que los defendiera ni mecanismos que regularan el poder discrecional que tenían estos jueces de menores”. Esto cambia con la creación del Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes y de los Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
- Evitar los prejuicios. Catalogar a los niños, niñas y adolescentes como víctimas o victimarios predispone a los periodistas, y luego a sus lectores, a los sesgos. Esto puede pasar si se discrimina su contexto o su situación bajo la premisa que los separa en dos grupos: los que viven en ejercicio pleno de sus derechos (reciben el cuidado de una familia y una alimentación saludable, van a la escuela y tienen tiempo de recreación) y los que están “fuera del sistema” y son marginados.
- No llamar al niño, niña o adolescente “menor”. Serrano advierte que el lenguaje tiene un peso relevante en la cobertura de las infancias. Insiste en evitar el uso de la palabra menor. “Este término se asocia a minusvalía e incapacidad, a todo lo que no puede, a todo lo que no tiene, a todo lo que no es capaz de ser el niño. Por eso se habla de niños, niñas y adolescentes”.
- Comprender que los derechos de los niños, niñas y adolescentes son un asunto público. En el pasado, las circunstancias de un niño correspondían solo al mundo de lo privado. “Comprendido de esa forma, alguien podría decir: yo hago con el niño lo que yo quiera. En el nuevo paradigma, los niños son sujetos de derechos y los derechos son de orden público. Eso significa que cualquier persona puede denunciar una situación en la que identifiquemos que se está amenazando o se está vulnerando un derecho”.
Periodistas y comunicadores pueden complementar estas buenas prácticas con las recomendaciones de la periodista Irene Caselli, encargada del Early Childhood Reporting Initiative (ECJI) del Dart Center for Journalism and Trauma, compartidas en la conferencia “Periodismo y niñez: herramientas para una cobertura ética”, parte del Programa de Formación para Periodistas de Academia Prodavinci.
Proteger al niño sin coartar sus derechos: ¿qué principios debemos conocer?
La cobertura sobre infancias se fundamenta en el equilibrio: por un lado, el periodista tiene la obligación de proteger a los niños, niñas y adolescentes de la exposición mediática. Por el otro, no puede negar que tienen voz propia y derecho a participar y expresar sus opiniones. Los siguientes principios, que derivan de la Convención sobre los Derechos de los Niños, sirven de guía para mantener este balance.
La no discriminación
Todos los niños, niñas y adolescentes gozan de los mismos derechos, independientemente de la raza, la nacionalidad, el género, o su condición física. Carla Serrano explica que aplicar este principio se trata de “vencer las condiciones, económicas, sociales y culturales, que generan desigualdad”. Exponer estas circunstancias puede ser un posible enfoque del periodismo enfocado en la niñez y adolescencia.
El interés superior del niño y de la niña
En toda acción o circunstancia que afecte a la niñez, ya sea en el seno de la familia, la sociedad o a nivel del Estado, el criterio que deberá primar es el que beneficie más al niño, niña o adolescente. “Es el principio a partir del cual los derechos de los niños se convierten en un muro de contención para nosotros los adultos, que creemos que podemos de manera absoluta apropiarnos de los niños”, explica Serrano. Se puede aplicar cuando, por ejemplo, un periodista debe informar sobre niños migrantes o en contextos de crisis. Es importante preguntarse qué es lo mejor para el niño y si algunos datos sobre ese niño o su familia podrían exponerlos de manera innecesaria o crear una huella digital negativa que interfiera en su futuro.
La periodista Carmen Victoria Inojosa compartió en la segunda sesión sus experiencias en torno al trabajo especial Escuelas a prueba de balas, que expone cómo los planteles enseñan a sus estudiantes a protegerse y mantenerse seguros ante la violencia que es parte de sus comunidades. Una de sus premisas durante el reporteo, la escritura y el registro visual fue cuidar que la identidad de los niños fuera protegida. “Exponerlos podría representar un peligro para ellos, que viven en comunidades con grupos violentos. Por eso las fotos nunca muestran sus caras. Me valí de sus dibujos, tomé fotos de espaldas jugando en sus barrios, y videos de ellos en el piso en un ejercicio en el aula, con la cara hacia abajo”.
La participación infantil
Según este principio, “no podemos considerar a los niños como objetos pasivos, silentes, que están allí para dócilmente ser moldeados por nosotros los adultos. Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a participar. Tienen capacidad de agenciamiento y de pensar por sí mismos”. Sus opiniones deberán ser escuchadas y consideradas, en función de su edad y madurez.
En el trabajo especial Estudiar entre ruinas, publicado por la Agencia Periodistas Amigos de la Niñez y Adolescencia, hay una sección especial en la que los adolescentes comparten sus experiencias al volver a las aulas después de la pandemia, las dificultades vividas en las clases remotas, y su opinión sobre las limitaciones que observan y las posibles mejoras.
Corresponsabilidad
Según este principio, el Estado, la familia y la sociedad son corresponsables en la defensa y garantía de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Es un trabajo en equipo. Como activista, Serrano señala que “un solo árbol no hace montaña, como dice el refrán. Nosotros tendríamos que estar haciendo este trabajo de manera mucho más articulada, intersectorial, de lo nacional a lo estadal, de lo municipal a lo local, para que las organizaciones de la sociedad civil no hablemos solas, de manera dispersa”. Al mismo tiempo, esto hace más difícil el trabajo del comunicador. “A los periodistas le van a preguntar ¿de dónde sacaste tú este dato o esta otra información? Deben decir que no lo inventaron y explicar que no hay información articulada con el Estado.”
Durante el curso conversamos sobre el reportaje Preescolares entre tepuyes y minas: la odisea de estudiar en el paraíso, de Morelia Morillo, que no solo revela los desafíos educativos de los niños en la Gran Sabana; también el vacío de respuestas por parte del Estado y cómo las familias y las comunidades educativas, incluyendo las escuelas brasileñas, se han unido para responder al acceso a la educación.
A partir de las experiencias, consejos y buenas prácticas compartidas por Vanessa Moreno Losada, Carmen Victoria Inojosa, y Morelia Morillo en la segunda sesión del curso “Periodismo y niñez: caja de herramientas”, Prodavinci reunió diez preguntas que pueden guiar el reporteo y la producción de noticias, historias e investigaciones. Lea aquí el documento Checklist para la cobertura sobre la niñez y la adolescencia.
Academia Prodavinci | Checklist para la cobertura sobre la niñez y la adolescencia by Prodavinci on Scribd
Recursos útiles:
- Manual de Periodismo sobre Niñez y Adolescencia. Centro Latinoamericano de Periodismo y Unicef.
- Manual para Comunicadores Amigos de la Niñez y Adolescencia. Cecodap (Venezuela).
- La niñez y adolescencia en los medios: ¿cuándo sí y cuándo no? Cecodap y Unicef (Venezuela).
- Manual de niñez y periodismo. Un aporte para el trabajo periodístico comprometido. Agencia Global de Noticias y Unicef (Paraguay).
- Cómo respetar las identidades de los niños al informar sobre migración. Dart Center for Journalism and Trauma (Inglés).
- Covering Children and Trauma. Guía en inglés para la cobertura de infancias y contextos de crisis, elaborada por el Dart Center for Journalism and Trauma.
Indira Rojas
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