Perspectivas

Breve guía para entender la situación del Brexit

Fotografía de Tolga Akmen | AFP

07/09/2019

Luego de dos años de negociaciones para lograr un acuerdo que permitiera concretar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, este año la ex primera ministra Theresa May intentó tres veces obtener su aprobación por una mayoría del Parlamento británico. No estuvo ni cerca de lograrlo y renunció a finales del mes de julio.

Ahora, el Reino Unido tiene un nuevo primer ministro, Boris Johnson, quien se estrenó impulsando una salida sin acuerdo, pero se ha topado también con la negativa del Parlamento. La incertidumbre persiste y el impacto ya lo ha sentido la libra esterlina. Es probable que en los próximos meses haya una elección general que podría reconfigurar el mapa político, pero que no garantiza una resolución del gran inconveniente en que se ha convertido el Brexit.

¿Por qué no se ha concretado el Brexit?

Esencialmente porque el Parlamento británico no quiso aprobar ninguna versión de los acuerdos que la ex primera ministra Theresa May negoció con la Unión Europea. Ante el temor del caos que podría generar una salida sin acuerdo, el Reino Unido ha tenido que solicitar dos extensiones a los países de la Unión Europea. En una primera oportunidad, acordaron unánimemente que la fecha límite no sería el 29 de marzo sino el 12 de abril. Horas antes de que venciera ese plazo, se acordó una nueva extensión de seis meses, que vence el próximo 31 de octubre de 2019. Esta situación produjo que los habitantes del Reino Unido tuviesen que elegir representantes para el Parlamento Europeo en las elecciones de mayo a pesar de estar tratando de apartarse de la comunidad.

¿Por qué Boris Johnson obtuvo el cargo de primer ministro?

Theresa May renunció a su posición de líder del partido Conservador. En consecuencia, la responsabilidad de elegir al próximo primer ministro recayó sobre los miembros de ese partido. Boris Johnson derrotó fácilmente a Jeremy Hunt, quien venía desempeñando el cargo de Secretario de Estado para las Relaciones Exteriores. Durante la campaña, su principal propuesta fue que el Reino Unido abandonaría la Unión Europea el 31 de octubre “sí o sí”.

¿Es Boris Johnson partidario de una salida sin acuerdo?

No está claro. Su principal crítica al acuerdo negociado por Theresa May es la cláusula de salvaguarda para Irlanda, la cual garantizaría la libre circulación de personas, bienes y servicios entre la República de Irlanda –un país independiente que es parte de la Unión Europea– e Irlanda del Norte, que es parte del Reino Unido. Luego de sostener reuniones con Ángela Merkel y Emmanuel Macron el 21 de agosto, Boris Johnson ofreció presentar una alternativa a esa cláusula de salvaguarda en un lapso de treinta días. Al mismo tiempo, sostiene que el 31 de octubre tiene que ocurrir el Brexit, independientemente de si hay o no un acuerdo.

¿Cuál es la relevancia de la salvaguarda en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte?

Boris Johnson, al igual que los partidarios más radicales del Brexit, ha rechazado la salvaguarda para Irlanda porque su efecto práctico sería que el Reino Unido permanecería en una unión aduanera con Europa. En cambio, la Unión Europea ha insistido en que es una parte clave del acuerdo, pero se ha mostrado flexible a que sea temporal. La eliminación de la salvaguarda podría poner en peligro el Acuerdo del Viernes Santo que puso fin a la violencia en Irlanda en el año 1998. Ese acuerdo permite a Irlanda e Irlanda del Norte convivir sin una frontera formal. La policía irlandesa ya ha advertido que cualquier infraestructura en la frontera entre las dos Irlandas podría convertirse en un objetivo para la actividad paramilitar de los disidentes que no suscribieron el Acuerdo del Viernes Santo.

¿Qué impacto tendría un Brexit sin acuerdo?

No existe certeza absoluta sobre qué sucedería en el caso de un Brexit sin acuerdo. Sin embargo, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, un organismo financiado por el Tesoro británico para proporcionar pronósticos ecónomicos independientes, ha advertido que una salida sin acuerdo podría llevar a una recesión. Específicamente, una reducción del producto interno bruto del 9% después de 15 años. En teoría, al concretarse la salida, el Reino Unido tendría que empezar a cobrar aranceles a las importaciones provenientes de Europa, igual que los recauda de los países que no son miembros del bloque y con los que no tiene un acuerdo comercial. También podría dejar de ser aplicable todo un marco legal que ha sido aprobado por la Unión Europea y que regula desde la venta de medicamentos hasta los servicios financieros.

Además, Boris Johnson ha amenazado con no pagarle a Europa los 48.000 millones de dólares que acordó Theresa May para concretar la salida, lo que haría más improbable la posibilidad de llegar a acuerdos con el bloque una vez que se concrete el Brexit. El propio gobierno británico cuenta con un plan de contingencia que se ha filtrado, conocido como Operation Yellowhammer, en el que se refleja que es posible que ocurran episodios de escasez de comida, medicinas, gasolina, interrupciones en los puertos y manifestaciones. 61% de los consumidores británicos anticipan escasez de alimentos y un tercio ya dice estar apertrechando comida por precaución. Hay que recordar que el Reino Unido importa aproximadamente la mitad de los alimentos que consume, la gran mayoría de los países de la Unión Europea. Quienes apoyan el Brexit sin acuerdo argumentan que estos pronósticos son negativos y forman parte de una campaña de intimidación para tratar de evitar la salida. Naturalmente, el Brexit sin acuerdo también afectará de forma importante a la economía de la Unión Europea y en consecuencia podría tener un impacto global.

¿Es posible un nuevo referéndum sobre el Brexit?

Todavía es una posibilidad, pero actualmente luce improbable. La mayoría del Partido Conservador y quienes hicieron campaña a favor del Brexit argumentan que un segundo referéndum no sería democrático pues desconocería los resultados del primero. Quienes lo proponen señalan que el primero se limitó a plantear la pregunta sobre si permanecer o abandonar la Unión Europea, sin someter a examen de la población las complejidades que supone el proceso de salida y los detalles de un posible acuerdo.

¿Cuáles son las diferencias entre el primer ministro y la mayoría del Parlamento?

La mayoría del Parlamento, incluyendo 27 parlamentarios conservadores, no está de acuerdo con la salida de la Unión Europea sin un acuerdo. Hay una creciente fragmentación en la política británica, donde los tradicionales partidos Conservador y Laboralista han venido perdiendo fuerza. Por ejemplo, el recién creado Partido del Brexit, todavía no tiene escaños en la Cámara de los Comunes, pero en las recientes elecciones al Parlamento Europeo logró una votación importante. Fue justamente el Partido del Brexit el que propuso la suspensión del Parlamento para que pudiese concretarse la salida sin acuerdo. Esa propuesta fue acogida por el primer ministro Boris Johnson.

¿Por qué Boris Johnson suspendió las sesiones en el Parlamento?

El 28 de agosto, el primer ministro anunció que solicitaría a la Reina suspender las sesiones del Parlamento entre el 11 de septiembre y el 14 de octubre. En esa fecha está previsto que la Reina pronuncie un discurso para dar inicio a un nuevo período de sesiones. Esa movida, que según Johnson permitirá que el gobierno presente su programa de gobierno, aunque legal, fue interpretada como una jugada política para limitar el tiempo que tiene el Parlamento para discutir y detener un Brexit sin acuerdo.

Sin embargo, el Parlamento reaccionó ágilmente. La Cámara de los Comunes tomó el control de la agenda parlamentaria y el 4 de septiembre aprobó una ley que prevé que, si el primer ministro no ha finiquitado un acuerdo con la Unión Europea para el 19 de octubre, debe necesariamente solicitar una nueva extensión del plazo, al menos hasta el próximo 31 de enero de 2020. La Ley ya fue aprobada por la Cámara de los Lores, apenas dos días después que los Comunes.

¿Habrá una elección general?

Dada la obstrucción que existe para poder resolver la situación del Brexit, Boris Johnson propuso la celebración de una elección general el próximo 15 de octubre. Sin embargo, no consiguió la mayoría de dos tercios en la Cámara de los Comunes como lo exige una ley aprobada en el 2011. El Partido Laboralista, que ha sido un firme propulsor de las elecciones generales ha dicho que no apoyará la elección general hasta tanto la ley que prohíbe un Brexit sin acuerdo no entre en vigencia, lo que podría ocurrir en las próximas horas.

Sin embargo, la celebración de una elección general no necesariamente destrancará la situación actual. La fragmentación en la política británica bien podría arrojar un resultado donde todavía no surja la mayoría requerida para aprobar un acuerdo o para seguir adelante con el Brexit sin acuerdo. Justamente, el mismo partido Conservador tiene mucho que perder. Aunque las encuestas le otorgan una ventaja de diez puntos sobre el Partido Laboralista, podría ceder escaños que serían conquistados por el Partido del Brexit.

Durante la campaña por el Brexit, quienes propusieron abandonar la Unión Europea dijeron que el proceso de salida sería sencillo porque el Reino Unido controlaría todas las cartas. El tiempo ha demostrado que el Brexit se ha convertido en un rompecabezas indescifrable.


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