ActualidadPerspectivas

Alec Baldwin y Halyna Hutchins: un día te levantas, te vas a trabajar y te cambia la vida

"Mi corazón está roto", escribió en Twitter el actor Alec Baldwin (izquierda) tras haberle disparado accidentalmente a Halyna Hutchins (derecha).

23/10/2021

El 21 de octubre para el actor Alec Baldwin era un día de trabajo más. Tenía que ir al set ubicado en el Rancho Bonanza Creek, Nuevo México, para el rodaje de Rust, la película que protagoniza y produce donde interpreta a un abuelo que ayuda a escapar de la horca a su joven nieto en el lejano oeste de 1880. A la 1:50 –hora local– un evento lamentable le cambiaría la vida a Baldwin, al director del filme, Joel Souza y, sobre todo, a la directora de fotografía Halyna Hutchins, de cuarenta y dos años.

Se trataba de una escena que involucraba un arma de utilería cargada con balas de salva: Baldwin debía efectuar varios disparos pero, una vez más –este tipo de tragedias ya ha ocurrido antes–, el arma estaba cargada con pólvora y algún tipo de proyectil mortal. Halyna Hutchins, una periodista nacida en Ucrania que se dedicó a hacer reportajes audiovisuales y documentales, y ahora se hallaba en pleno ascenso como directora de fotografía en Hollywood, fue alcanzada por los disparos. Al parecer murió en el lugar del rodaje, o tal vez en el helicóptero que la transportaba al Hospital de la Universidad de Nuevo México; el hecho es que cuando llegó a urgencias ya estaba muerta. También fue alcanzado por los disparos el director Joel Souza, un cineasta que se había dedicado a hacer películas infantiles y familiares hasta que, en 2019, incursionó en el Festival de Tribeca con Crown Vic (Mientras la ciudad duerme) y allí se abrió un espacio como director de películas de suspenso y acción.

Reparto y equipo de «Rust». Fotografía tomada del Instagram de Halyna Hutchins.

Es, además de trágico, inexplicable que este tipo de eventos fatídicos siga ocurriendo en las producciones de cine y televisión de Estados Unidos. Se supone que en toda producción que involucre el uso de armas de fuego y la simulación de disparos debe haber un experto encargado de supervisar cada una de las armas, cada munición con las que estas estén cargadas, que los actores y el equipo técnico próximos a la escena lleven preventivamente chalecos antibalas, que el disparo jamás sea dirigido hacia ningún cuerpo sino al vacío, al menos un metro más allá. Y sin embargo la tragedia se empeña en ocurrir, algo insiste en fallar y precipita la fatalidad. Le ocurrió en 1984 al actor John-Eric Hexum, que estaba jugando con una pistola en el set de la serie televisiva Cover Up: Golden Opportunity. Se disparó a la cabeza, y resulta que a esa corta distancia las balas aunque sean de salva resultan mortales. Le ocurrió también al joven Brandon Lee, hijo de Bruce Lee, quien en 1993 debía filmar una escena durante el rodaje de El cuervo. Como la producción estaba corta de presupuesto habían mandado a casa al supervisor de armas. Resulta que algún trozo metálico se había quedado atascado en el cañón de la pistola y cuando el actor Michael Massee, en su interpretación del delincuente «Funboy», presionó el gatillo aquel disparo impactó en el vientre a Brandon Lee. Un trozo metálico se le alojó cerca de la columna. Doce horas de operación y treinta litros de transfusión sangre fueron insuficientes para salvarle la vida.

Halyna Hutchins en 2019. Fotografía de Fred Hayes| Getty Images for SAGindie | AFP.

En esta aldea global mcluhaniana en la que vivimos la noticia de lo ocurrido en el set de Rust se corrió como pólvora, en tiempo real. Prácticamente pudimos ver a Alec Baldwin en directo mientras se lamentaba desesperado a las afueras de un puesto policial de Nuevo México. Un homicidio culposo. Un imprevisto fatal. Pero inmediatamente –como el escándalo vende y el amarillismo, está claro, no ha perdido su capacidad para acaparar la atención desde los tiempos de los tabloides– le sacaron al veterano actor de sesenta y tres años su expediente como antiguo alcohólico y adicto que casi pierde la vida por una sobredosis en los años ochenta. También recordaron su tormentoso matrimonio con Kim Bassinger, donde llegaron a gritarse públicamente en los sets de filmación y luego se insultaron mutuamente a través de los medios a lo largo del duro litigio por el divorcio y la custodia de su hija. No faltan los amigos de las teorías de conspiración que asoman la posibilidad de que se tratase de un “ajuste de cuentas”, ya que durante los años de la presidencia de Trump, Baldwin (confeso demócrata desde sus tiempos universitarios) se dedicó a hacer una famosa interpretación de Donald Trump en el programa Saturday Night Live. Esa personificación llegó a llamar la atención del mismo Trump, quien dijo públicamente (porque a veces los políticos son indistinguibles de un influencer) que quizás ya era hora de tomar medidas contra el show y así acabar con esa pésima imitación que hacía de él Alec Baldwin. Y cuando se anunció la victoria de Joe Biden como nuevo presidente de EE.UU., Baldwin declaró que nunca había estado tan feliz de quedarse sin trabajo y que ojalá nunca más en la vida le tocara hacer esa interpretación del presidente Trump. En los sectores más radicales del republicanismo Baldwin no es considerado con estima alguna.

También se ha señalado que Alec Baldwin profirió insultos una vez contra un reportero, que tuvo un trato racista con una fotógrafa e incluso que fue detenido recientemente por las autoridades por andar en sentido contrario con su bicicleta.

Alec Baldwin fotografiado fuera de la oficina del sheriff del Condado de Santa Fe. Fotografía de Jim Weber | The New Mexican.

Baldwin, además de la hija con Kim Bassinger, ha tenido siete hijos más con su actual esposa Hilaria Baldwin, con quien se casó en 2012. En este momento las investigaciones siguen en curso y todo es muy fresco, especulativo y confuso. Solamente se sabe que el director Joel Souza ya fue dado de alta y está fuera de peligro. Baldwin ha sido puesto en libertad, pero está a las órdenes de los investigadores hasta que se esclarezca lo acontecido. No ha querido, como es obvio, responder a los llamados de los medios. Lo que sí es un hecho demoledor e irreversible es que Halyna Hutchins ya no podrá seguir ascendiendo en sus sueños como directora de fotografía en Hollywood. Que, sobre todo ella, se levantó aquella mañana para ir a trabajar sin sospechar que el destino (por negligencia, por accidente, por mala fortuna, sabrá Dios) le tenía reservado de la manera más absurda e intempestiva su último día de vida.


ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DEL AUTOR

Suscríbete al boletín

No te pierdas la información más importante de PRODAVINCI en tu buzón de correo