
Vista del mar desde [Knöch], 1922. Fotografía de Álbum familiar ©Archivo Fotografía Urbana
El viejo arce desprende sus hojas,
y en este despojamiento
dice el poeta Czesław Miłosz,
radica su sabiduría.
Pero…
a siete mil kilómetros, en Venezuela,
en las Galeras del Pao
crece otro árbol
llamado araguaney (Tabebuia chrysantha),
que con humildad
hace una paráfrasis vegetal del arce
y queda
desnudo de hojas
pero con flores amarillas,
entre resecas laderas sagradas,
porque lo sagrado bajo el sol
tiene que ver con esa amarillez
enceguecedora
que se disuelve en el aire
de los desiertos del sur.
La mica de las piedras se recalienta
hasta que los pajonales flamean,
invisibles
y calcinan la savia del araguaney,
que ahora, con semejante ardimiento –tan fogoso–
se transforma en luz negra
contenida.
Igor Barreto
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