Fotografía de Thomas COEX, Aris OIKONOMOU | AFP
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Los españoles se preparan para ir a las urnas este domingo 23 de julio, en unas elecciones nacionales que se definirán entre el actual gobierno de centro-izquierda del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Pedro Sánchez, y la oposición de centro-derecha del Partido Popular (PP), en cabeza de Alberto Núñez Feijoo.
Hasta el momento, todo parece indicar que la balanza se inclina en favor de un cambio político. Un sondeo preelectoral realizado por la empresa 40dB para el diario español El País, publicado una semana antes de la jornada electoral, estima que el PP se proclamará vencedor de las elecciones con 136 escaños, mientras que el PSOE obtendría solo 107 escaños. Los votantes expresan un fuerte rechazo a la continuidad de Sánchez, principalmente por sus vínculos con Bildu, los descendientes del brazo político de ETA, responsables de más de 850 muertes en su persecución de la independencia del país vasco.
El sondeo prevé un empate en la tercera posición, entre Sumar (aliado del PSOE) y Vox, ambos con 38 escaños. Para formar gobierno es necesario contar con el apoyo de al menos 176 diputados, lo que pone sobre la mesa la posibilidad de que se materialice una alianza entre el PP y Vox, para avanzar en un frente conjunto de derecha.
El actual Presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez, podría sufrir una derrota importante a manos de los conservadores, quienes han sabido capitalizar la preocupación de los votantes en torno a la alianza de Sánchez con el movimiento político secesionista vasco, luego de que se incluyera a exterroristas convictos como candidatos en las listas para las elecciones municipales celebradas a fines de mayo de este año.
Por su parte, los socialistas, liderados por Sánchez, han atacado al PP por sus vínculos con el partido de extrema derecha Vox, a quienes acusan de recortar derechos y libertades, y de negar la violencia sexista.
El Partido Popular, junto con sus potenciales aliados de Vox, ha criticado fuertemente al «Sanchismo» como una figura que pone su interés personal por encima de las ideas políticas que defiende. En especial, señalan la facilidad con la que Sánchez y su partido han sido capaces de contradecir su discurso, romper promesas y formar alianzas, solo para mantener el poder.
A lo largo de la campaña electoral, los conservadores han recordado a los votantes la promesa de Sánchez de que no se alinearía con el partido de extrema izquierda Podemos, un compromiso que el mismo Presidente del Gobierno rompió semanas más tarde al formar su alianza con la agrupación, hoy de capa caída, a fin de acceder al gobierno. Años después, la jugada le está costando caro al gobierno de Sánchez: el declive de Podemos ha desplazado a los votantes moderados hacia el frente conservador.
El hecho de que el discurso de la campaña se haya centrado tanto en las alianzas políticas ha alejado el debate de las cuestiones que realmente apremian a los españoles, como los temas de la vivienda, la economía y el empleo.
España llega a las urnas en un contexto de recuperación económica luego de la pandemia de covid-19, la cual representó un duro golpe a la economía española, muy dependiente del turismo. Tras haber enfrentado un duro período marcado por decenas de miles de fallecidos a causa del covid-19, y un estricto bloqueo impuesto por el Presidente Sánchez, el país finalmente experimenta un respiro, con una recuperación económica que parece ser prometedora: el PIB creció en un 5,5% el año pasado y para este año se proyecta un crecimiento del 1,9%, que supera las estimaciones de crecimiento para Alemania y Francia.
España goza de una menor inflación en comparación con otros países de la eurozona, en parte a causa de una menor dependencia de la energía rusa, en el contexto de la guerra de Ucrania. Pero al mismo tiempo, la deuda pública española alcanzó en mayo un nuevo máximo histórico, superando los 1,54 billones de euros, debido principalmente al impacto de la pandemia en una economía nacional sostenida en su mayor parte por los sectores de turismo y servicios.
Mientras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegura que la economía española «va como una moto», el presidente del Partido Popular (PP) y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, insiste en que está «estancada».
Pese a que las cifras muestran en términos generales un buen balance económico para el país, la percepción de los españoles de la economía es mayoritariamente negativa. En la reciente medición del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España durante el mes de junio, el 43,1% de los ciudadanos calificó la situación económica general de «mala», mientras que el 13,8% la consideró «muy mala».
El PP de Alberto Núñez Feijóo: la promesa de romper el estancamiento económico
Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, saca partido de la imagen polarizadora de Sánchez. Con su formación académica en derecho y una exitosa carrera política en Galicia (fue electo en tres oportunidades con mayoría absoluta, hecho inédito en España), el candidato exhibe con orgullo su imagen como un líder “predecible”, presentando este rasgo como una cualidad positiva frente a las preocupaciones en torno a una posible alianza del PP con Vox, un partido temido en muchos sectores de izquierda por sus posturas radicales.
“Si los españoles me dan su confianza, la misión de mi gobierno será reactivar la economía española, restaurar la fe en nuestras instituciones y garantizar el buen funcionamiento de nuestro Estado del bienestar”, escribió Feijoo en una columna de opinión para la revista inglesa The Economist.
Dentro de sus propuestas, Feijoo adelanta un giro en las políticas públicas de España. Propone destinar fondos para el financiamiento de pequeñas y medianas empresas, y reducir la complejidad de los trámites burocráticos que deben cumplir. Propone la reversión de la política energética actual en favor de una nueva política que garantice precios bajos y estables de la energía para atraer la inversión extranjera y asegurar la posición de España como un centro energético importante en Europa.
El líder del PP aboga por invertir en universidades de primer nivel, ofrecer formación profesional pagada con bonos a los trabajadores, y apoyar políticas de maternidad para crear un entorno atractivo para el talento extranjero. El candidato se ha expresado favorablemente por la promoción de un mercado único europeo fuerte, haciendo hincapié en la innovación y la necesidad de flexibilizar las normativas europeas para fomentar la competitividad frente a actores globales como China y Estados Unidos.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, espera dar continuidad al apoyo a Ucrania, impulsar una legislación contra el blanqueo de dinero y profundizar la unión económica y monetaria dentro de la Unión Europea.
Feijóo se ha comprometido a nunca entablar vínculos con Bildu y ha propuesto reevaluar las leyes que han sido apoyadas por esta organización política vinculada al grupo terrorista ETA. También ha buscado marcar distancia frente a Vox, el partido ultra conservador que aboga por derogar buena parte de las leyes y políticas adelantadas por Sánchez y sus aliados.
No obstante, la postura de Núñez Feijóo es la del «bilingüismo cordial», que apunta a promover la reconciliación de los nacionalistas regionales con España. El candidato apoya el aborto legal y defiende los derechos LGBTQ+, distanciándose de una postura cultural de confrontación.
Sánchez apuesta al récord en busca de la continuidad
Pedro Sánchez sostiene que en sus cinco años de gobierno, la economía española muestra resultados sólidos: una recuperación del empleo y de la actividad económica luego de los efectos devastadores de la pandemia, que constituyen, según él, una prueba convincente del éxito y eficacia de sus políticas de blindaje social.
El Gobierno de Sánchez se ha dedicado a abordar las deficiencias estructurales del país mediante amplios procesos de reforma. En particular, el mercado laboral experimentó cambios significativos, que se tradujeron en la creación de un millón de nuevos puestos de trabajo, al tiempo que se redujo la proporción de trabajadores temporales a solo un 15% y se elevó el salario mínimo en un 47%.
Un pilar clave del argumento de Sánchez a favor de su continuidad como Presidente del Gobierno, reside en el éxito de la reforma a las pensiones, que garantiza el poder adquisitivo de los jubilados al tiempo que refuerza la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones español.
El mandatario se ha jactado de que la buena gestión de la inflación en España distingue al país de muchos de sus homólogos europeos. La inflación, medida por el IPC general armonizado, experimentó un descenso sustancial en el último año, pasando de un máximo del 10,8% en julio de 2022, al 1,6% en junio de 2023, lo que contrasta con la media comunitaria que se ubica actualmente en 6,4%.
Sánchez se está esforzando por presentar a su rival del PP como un político dispuesto a doblegarse a las imposiciones de Vox a cambio de una alianza que le permita gobernar. No obstante, este argumento es difícil de sostener. Si bien es cierto que Núñez Feijóo podría necesitar el apoyo de Vox para gobernar, los votantes españoles ya han experimentado de primera mano que votar por los socialistas no necesariamente implica un gobierno de partido único. Por el contrario, el ascenso del PSOE al poder habilitó a un presidente del Gobierno experto en formar coaliciones incómodas para sostenerse en el poder durante los últimos cinco años.
Alianzas comprometedoras: el camino ineludible al gobierno de España
Las elecciones autonómicas y municipales celebradas en España a finales del mes de mayo, indican un posible desplazamiento del poder hacia el Partido Popular de Núñez Feijóo, ya que el Partido Socialista Obrero sólo obtuvo la victoria en 3 de las 12 regiones en las que se votó. Este resultado desvela a los socialistas en el gobierno, de cara a las elecciones generales de este 23 de julio.
A menos que los sondeos se equivoquen, es probable que el Partido Popular (PP) desplace a los socialistas que actualmente ostentan el poder. Le siguen de cerca Vox (a la derecha del PP) y Sumar (a la izquierda del PSOE), mientras que se espera que los partidos regionales, incluidos los separatistas vascos y catalanes, ocupen los puestos restantes.
Con este panorama, dos posibles escenarios de gobierno de coalición se ciernen sobre España. El primero reuniría a los socialistas del PSOE, liderados por el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al partido de izquierda Sumar, para formar un gobierno en minoría similar al actual. Para lograrlo, esta coalición necesitaría el apoyo de numerosos partidos regionales y separatistas, lo que daría lugar a complejos compromisos y a una posible inestabilidad para gobernar en el mediano y largo plazo.
El segundo escenario, y el de mayor probabilidad de ocurrencia, es el de un gobierno liderado por el PP con el respaldo de Vox, cuyo jefe, Santiago Abascal es un exmilitante del PP, organización que abandonó en 2013, alegando diferencias irreconciliables.
La veracidad de las predicciones (y como siempre, la validez de los resultados de las encuestas preelectorales), están por comprobarse, una vez que los votantes españoles decidan en las urnas. Lo que parece ser una realidad ineludible es que el triunfador de las elecciones generales, sin importar su ideología, tendrá que pactar y forjar alianzas para lograr formar un gobierno viable con posibilidades reales de sostener el poder.
Flaviana Sandoval
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