Marianne Díaz recibe el premio de la mano de Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos. Fotografía de @accessnow
El miércoles 12 de junio, la activista venezolana de derechos digitales Marianne Díaz Hernández recibió el premio “Heroína de los Derechos Humanos”. La organización internacional Access Now entrega cada año este reconocimiento a quienes contribuyen “a la lucha contra la vigilancia excesiva y la defensa de la privacidad”. Díaz Hernández recibió el galardón de la mano de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
La activista venezolana es abogada, egresada de la Universidad de Carabobo, y escritora. Fundó la ONG venezolana Acceso Libre, trabaja en la ONG Derechos Digitales como analista de políticas públicas y es voluntaria de Global Voices, comunidad de expertos en medios en línea y traductores. Entre 2013 y 2017 partició en el proceso de adaptación de las licencias Creative Commons 3.0 a la legislación venezolana. Es autora de la investigación El cuerpo como dato, en la que analiza el uso de tecnologías de biometría para monitorear personas en América Latina e invita a expandir la discusión sobre los posibles mecanismos de protección.
Access Now destaca que el trabajo Díaz Hernández “ha sido crítico para comprender acabadamente el impacto de la vigilancia y del control de la información en el contexto local, en un entorno donde apoyar a sectores de la oposición es causa suficiente para que el gobierno restrinja las raciones de comida y medicina y el acceso a servicios básicos”.

La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, entregó el galardón en el evento RightsCon en Túnez. Activistas de India, Bahrain, Australia y Tanzania también fueron reconocidos como héroes y heroínas de los derechos humanos en la era digital. Fotografía de @accessnow
El equipo de Prodavinci contactó a Marianne Díaz Hernández para hablar sobre su trabajo en la defensa de los derechos digitales en Venezuela y cuál es su perspectiva sobre el presente y el futuro de las políticas públicas que puedan garantizar la seguridad y el acceso libre a la cultura y a la información.
¿Qué desafíos tiene Venezuela en la lucha contra la vigilancia excesiva y la defensa de la privacidad?
Venezuela tiene un entorno de las telecomunicaciones completamente destruido a causa de dos décadas de políticas públicas diseñadas para ello. Es difícil separar la lucha que la sociedad civil ha tenido que llevar a cabo durante este tiempo, más bien orientada a la resistencia, de la necesidad urgente de cambios a nivel legislativo y de políticas públicas que solo podrán lograrse mediante un cambio de gobierno y la recuperación de las garantías democráticas mínimas. De entrada, es urgente desmontar el sistema biométrico e implementar estándares básicos de protección de datos personales que garanticen a los ciudadanos un cierto nivel de control sobre su información, y que les permita saber que sus actividades no serán utilizadas como un elemento de retaliación política.
¿Qué experiencias y reflexiones diferentes ha tenido en la ONG Acceso Libre, fundada por usted, en comparación con otros proyectos y organizaciones en los que participa?
Acceso Libre fue fundada como un núcleo en torno al cual organizar una comunidad de voluntarios con un enorme interés y voluntad de colaborar en la construcción de un internet libre, abierto y plural para Venezuela. Mi mayor lección de ese proyecto, que continúo reaprendiendo todos los días, se encuentra en el enorme poder de una comunidad organizada. La comunidad de derechos humanos en Venezuela, y más específicamente la comunidad que trabaja en el entorno de los derechos digitales en Venezuela, está conformada por un conjunto de gente brillante, talentosa, trabajadora, comprometida y generosa que tiene una enorme pasión por poner sus conocimientos al servicio de la sociedad. Habiendo formado parte del vibrante y activo entorno de los derechos digitales en América Latina por muchos años, creo que estoy en la posición de decir que aunque nuestras leyes y nuestro contexto esté décadas por detrás de la región, los profesionales con los que contamos en el área están absolutamente preparados para cerrar esa brecha tan pronto como sea posible.
Una parte de su trabajo es dictar entrenamientos de seguridad digital para activistas y periodistas. Pero, ¿qué le diría a los usuarios de la red en Venezuela para ser más conscientes de los riesgos digitales en el país y responder a ellos como usuarios responsables?
Con total honestidad, creo que los usuarios de la red en Venezuela se encuentran entre los usuarios más conscientes en términos de riesgo, puesto que se han visto en la posición de aprender aceleradamente a lo largo de los años sobre qué significa un bloqueo de internet, qué tipo de ataques pueden presentarse, y cómo se difunde la desinformación. No solo no es común que un usuario cualquiera sepa lo que es un VPN, sino que tampoco es común que los ciudadanos automáticamente tengan la intuición de saber que ser vigilado no es algo provechoso: en muchas partes de la región, las personas tienden a alinearse con la postura de que no debe haber temor a la vigilancia si no tenemos «nada que ocultar». Creo que esa conciencia de los riesgos es una ventaja de entrada. Ahora, y particularmente en el contexto actual, es urgente expandir nuestros conocimientos y nuestra intuición para reconocer con rapidez la desinformación, que en la gran mayoría de los casos es inyectada en las redes de manera intencional con la finalidad de causar daño.
¿Cuáles serían los primeros pasos para mejorar las políticas públicas en Venezuela relacionadas a tecnología y derechos humanos?
El paso más urgente es la creación e implementación de una ley de protección de datos personales. El manejo de bases de datos contentivas de información personal de los ciudadanos venezolanos ha sido utilizado como una herramienta de control político durante demasiado tiempo, y es perentorio devolver a los ciudadanos el control sobre su información personal. Esto, aunque parezca contradictorio, viene ligado a la necesidad de una ley de transparencia, puesto que el balance entre la transparencia de la información que debe ser pública y la protección de la información que debe ser privada es lo único que puede devolver el balance al esta dinámica de poder completamente viciada. Por otra parte, es absolutamente urgente la reconstrucción de la infraestructura de telecomunicaciones en Venezuela para situar al país al menos en el mínimo requerido de conectividad que permita un flujo de información saludable y la capacidad de devolver al sector de la economía del conocimiento un nivel normal de productividad.
¿Qué libros y autores recomendarías para aquellos que quieren iniciarse en seguridad digital y en el acceso libre a la información?
Para quienes estén iniciándose desde cero en materia de seguridad digital, creo que el mejor sitio donde comenzar es la guía de la Electronic Frontier Foundation, que puede navegarse en varios idiomas: ssd.eff.org/es. En materia de acceso a la información, empezaría con el reporte sobre El derecho de acceso a la información en el marco jurídico interamericano, un documento oficial de la OEA que puede encontrarse en línea. En términos más generales, para entender las bases de lo que subyace bajo nuestra manera de entender la regulación del internet, la biblia en esta materia es Código y otras leyes del ciberespacio, de Lawrence Lessig.
Prodavinci
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