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Venezuela vs. Perú: el gol es rutina para Deyna Castellanos y Oriana Altuve

Fotografía de Juan Barreto | AFP.

16/07/2022

Deyna Castellanos cuenta que en situaciones límite suele mantener la calma. Es algo que trabaja desde hace años con su equipo. Mientras a su alrededor todo puede interpretarse como desorden o angustia, dependiendo de la situación del partido, al parecer ella puede mirar la situación con una serenidad que le permite ejecutar mejor. Es casi una lección filosófica: el cuerpo hace aquello que primero empieza en la mente. Esa virtud es una de las que le permite ser diferencial en la Copa América Femenina de Colombia, hasta el punto de invitar a pensar que contar con ella “es trampa”.

Esa capacidad para sostener la calma en momentos de apremio explica el primer gol del partido contra Perú, el segundo de la ronda de grupos. Un error en la salida del rival la dejó ante la arquera, a la que superó para luego definir con comodidad en un momento en el que Venezuela no estaba ofreciendo su mejor rendimiento. Una jugada que, en no pocos casos, la prisa suele cerrar de mala forma. Pero Deyna parece jugar un paso más lento porque su mente va dos por delante del resto.

Ese valor agregado resulta capital en partidos igualados o en escenarios en los que su equipo no se encuentra cómodo. Venezuela vivió ambas situaciones contra Perú. El rival, superior a Uruguay, le exigió mucho más en defensa, una fase en la que el equipo no se siente cómodo. Así fue durante la mayor parte del primer tiempo, a partir de una desventaja en el planteamiento de juego: el acompañamiento de Kika Moreno en el centro del campo.

La Vinotinto Femenina y el desequilibrio

Aunque el foco se puede hacer en Kika, conviene matizarlo: la jugadora no hizo un mal partido; por el contrario, achicó cuanto pudo ante un rival que ofreció un volumen de juego ofensivo mayor que el rival anterior. Si bien eso no se tradujo en ocasiones de gol, sí obligó a la Vinotinto Femenina a pasar más tiempo defendiéndose sin el balón, cuando su mejor versión pasa cuando lo tiene en su poder.

En ese contexto, el gol de Deyna le permitió terminar el primer tiempo con un resultado que quizá debió ser otro. El escenario dice en relación con el carácter del equipo. Aunque tiene tramos en los que se desordena, logra sobreponerse a ellos porque se reencuentra en el campo; Pamela Conti, la entrenadora, tiene una buena lectura de campo; y el aporte individual de sus principales figuras son algunas de las virtudes que contribuyen a que el equipo se mantenga en pie.

Algunas cosas cambiaron en el segundo tiempo. Pamela Conti reconoció que el equipo se estaba rompiendo con facilidad, dejando a su línea defensiva ante más amenazas de las que podía controlar. Por otro lado, las transiciones ofensivas no resultaban. Entonces, la entrenadora dio campo a Ysaura Viso, en el lado derecho del ataque, y a Raiderlin Carrasco, en el lateral izquierdo, para poder subir a Michelle Romero desde la zaga hasta el mediocampo. El equipo se recompuso.

Deyna Castellanos celebra con Oriana Altuve. Fotografía de Juan Barreto | AFP.

El premio de Oriana Altuve

El error en la salida de Perú, que causó el primer gol de Venezuela, fue motivado por la presión de Oriana Altuve. La delantera del Valencia Club de Fútbol, una de las mujeres con más experiencia dentro de la Vinotinto Femenina, destacó incluso en un ambiente donde el volumen ofensivo de la selección fue irregular. Sin tantas opciones, su trabajo fue el de una obrera, subiendo y bajando, acompañando en algunas presiones, yendo lejos del área a ganar balones, a encontrar un poco de ritmo dentro del juego.

Su gol, producto de una serie de remates rechazados, fue la recompensa a distintos intangibles del juego. Aunque las delanteras suelen ser valoradas por su efectividad ante el arco, con Oriana pasa algo curioso: incluso cuando está lejos del área o de espalda a ella, puede ofrecer movimientos y detalles técnicos superiores al del resto. Su ritmo y despliegue dicen en favor de su estado de forma: es el adecuado para el torneo.

Lo anterior no es menor. Junto con Deyna, Oriana es la figura de mayor relevancia dentro del equipo. Teniendo en cuenta que Deyna viene saliendo de una lesión y que le tomará tiempo recobrar su pico en cuanto a ritmo competitivo, contar con Oriana es un lujo que pocas selecciones en el continente pueden permitirse. Luego de su gol, el partido pasó a tener aires protocolares.

Venezuela debe mejorar en la regularidad para no depender en demasía de acciones individuales en fase ofensiva. Aun así, La Vinotinto Femenina tiene seis puntos, tres goles a favor y ninguno en contra. El resumen parece ideal antes de los dos juegos más complejos: Brasil y Argentina, el próximo lunes y jueves, de manera respectiva. Cuando son pocos los días de descanso, como suele ocurrir en este tipo de torneos, saber manejar distintas situaciones y cultivar la confianza es clave.

En ese último, Venezuela parece ir sobrada.


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