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¿Qué implica subir la gasolina con el precio más bajo del mundo? [+Gráficos]

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14/08/2018

Venezuela tiene la gasolina con el precio más bajo del mundo. A efectos prácticos, el precio en dólares es cero. La gasolina de 95 octanos cuesta 6 bolívares fuertes por litro. Ajustado por el tipo de cambio de remesas de 4.010.000 bolívares fuertes por dólar, se vende a un equivalente de 0.0000015 dólares por litro (cerca de dos millonésimas de centavos de dólar).  

El lunes 13 de agosto de 2018, el presidente Nicolás Maduro anunció que el precio de los combustibles en el mercado interno se fijará de acuerdo a “niveles internacionales”, y habrá un sistema de subsidio directo. Afirmó que esta medida se implementará de forma progresiva durante los próximos dos años.

Aún no se sabe cuál será el precio internacional de referencia, cómo se actualizarán los precios (mensual, trimestral o anualmente), o qué tipo de cambio se empleará para realizar esos cálculos. Sin embargo, se pueden plantear supuestos. El precio promedio de la gasolina a escala internacional es de 1,17 dólares por litro. Ajustado por el tipo de cambio de remesas, un litro de gasolina vale en el exterior, en promedio, 4.691.700 bolívares fuertes. Para alcanzarlo, la gasolina venezolana debería aumentarse 78.194.900%.

Independientemente del cronograma de aumentos, si el tipo de cambio de las remesas se mantiene fijo, la gasolina tendría que subir 76% cada mes para alcanzar niveles internacionales en agosto de 2020.

En los últimos dos meses, el tipo de cambio para las remesas ha aumentado 35,05% cada mes. Si se toma ese parámetro para proyectar la variación del tipo de cambio en los próximos dos años, un litro de gasolina costará el equivalente a 6.352.877.952 (6 millardos) de bolívares fuertes. Para llegar a esos niveles, el incremento mensual tendría que ser 138%.

Es importante destacar que los supuestos de estabilidad en las tasas de crecimiento del precio internacional de la gasolina y el tipo de cambio en Venezuela no son fuertes. Ambos corresponden a mercados muy volátiles y propensos a cambios bruscos. Incluso bajo esas condiciones, el aumento de la gasolina debe ser considerable para alcanzar precios internacionales. El ajuste estará influenciado por la variación en los precios internacionales y la presión inflacionaria sobre el tipo de cambio.

Históricamente el precio de la gasolina en Venezuela ha permanecido fijo por largo tiempo. Manteniéndose en 0,097 bolívares fuertes desde junio de 1996 hasta que fue aumentado en febrero de 2016. Si el precio de la gasolina hubiese aumentado conforme a la inflación mensual desde entonces, es decir, si hubiese mantenido su valor real, sería de 943.816 bolívares fuertes. La diferencia es tan grande que debe presentarse en escala logarítmica para verlo al detalle.

Pero la gasolina mantuvo su precio nominal esencialmente estático por varias décadas. En un entorno hiperinflacionario, donde los precios de los demás bienes aumentan de forma acelerada, un producto con precios fijos como la gasolina se hace relativamente más barato. En términos reales, es decir, tomando en cuenta la inflación, el valor de la gasolina ha caído 99,99%.

Para ilustrar cuán bajo es el precio de la gasolina en términos prácticos, un dólar cambiado a tasa de remesas compra alrededor de 668.333 litros de gasolina. Con un automóvil Toyota Corolla E170, que tiene un rendimiento de 15,62 kilómetros por litro, se pueden recorrer 10.442.708 kilómetros con esa cantidad de gasolina: lo suficiente para cubrir la circunferencia del planeta tierra 260 veces.

Comparada con el resto del mundo, Venezuela se queda atrás con respecto a lo que cobra por un litro de gasolina. Por ejemplo, Irán, el segundo país con la gasolina más barata (0,27 dólares por litro), tiene un precio 180.450 veces mayor que el de Venezuela.

Analizando los precios por regiones, la gasolina más cara del mundo se encuentra en las economías desarrolladas de Europa, con una media de 1,56 dólares por litro. Islandia y Noruega tienen precios superiores a los dos dólares por litro. En contraste, la gasolina más barata del mundo tiende a encontrarse en el Medio Oriente, con una media de 0,56 por litro. América Latina y el Caribe se encuentran entre estos dos extremos, con un precio mediano de 1,08 dólares por litro.

Inclusive dentro del grupo regional de América Latina y el Caribe, la gasolina venezolana es atípicamente baja. Y esta diferencia genera considerables oportunidades de arbitraje a través de la frontera. Colombia, que vende gasolina a 0,81 dólares el litro, tiene un precio 54.134.900% superior al de Venezuela. Esa potencial tasa de retorno hace del contrabando de combustible uno de los ilícitos más lucrativos del mundo.

Los países productores de petróleo (especialmente aquellos pertenecientes a la OPEP) tienden a tener precios de la gasolina por debajo del promedio internacional. Aún así, Venezuela se encuentra lejos de este grupo. Y la distancia aumenta cuando se consideran países como Canadá, Reino Unido y Noruega.

Según el economista Douglas Barrios, el subsidio a la gasolina supera de forma considerable a cualquier otro elemento en el presupuesto nacional. Supera en “tres veces a la suma del gasto presupuestado para educación, salud y seguridad social, y diez veces al destinado a seguridad ciudadana”.

Desde una perspectiva fiscal, la continua existencia del subsidio al combustible es injustificable, y su eliminación es una medida necesaria. Sin embargo, el entorno macroeconómico venezolano es muy frágil. Si el ajuste no es diseñado con cuidado, y se aplica sin reformas con miras a la estabilidad fiscal, la medida difícilmente tendrá éxito.


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