Béisbol

Paul Waner, una de Piratas

Paul Waner y Miguel Cabrera | Fotografías del National Baseball Hall of Fame y Mark Blinch | Getty Images North America | Getty Images via AFP

01/09/2023

«Puede que haya hecho out a (Paul) Waner, pero nunca lo engañé».
Burleigh Grimes, lanzador.

Con esa cita comienza la semblanza de Paul Waner en la página dedicada a él en el portal del Salón de la Fama de Cooperstown, donde pertenece desde 1952.

Jugó con varios equipos en las Grandes Ligas, pero la mayor parte de su historia transcurrió con los Piratas de Pittsburgh, desde su debut en 1926 hasta 1940, cuando se fue a los Dodgers de Brooklyn. También jugó con los Bravos de Boston, y se retiró vistiendo el uniforme de los Yankees de Nueva York, con quienes jugó en 1944 y 1945.

Cuando Miguel Cabrera fue homenajeado por los Piratas en su última serie en Pittsburgh, le fue entregado un cuadro con tres jugadores legendarios en uno de los puentes que conduce al PNC Park: Honus Wagner, Roberto Clemente y Paul Waner, todos miembros del club de los 3 mil hits. Sin duda, la obra fue uno de los detalles más especiales que ha recibido Cabrera en este final de su carrera.

Miguel Cabrera dejó atrás a Waner con el hit 3.153. ¿Quién fue él, además de ser miembro del Club de los 3 mil hits?

Encontramos en Baseball Almanac datos muy interesantes de su huella como Pirata. Paul Waner conectó 237 imparables en 1927, estableció el récord de mayor número de hits en una temporada, que aún se mantiene.

En 1932, cuando Waner salió al terreno el 12 de abril, se convirtió en el primer jugador de los Piratas que usó el número 11 en un juego de temporada regular.

Al finalizar esa temporada (1932), Paul Waner había logrado 72 dobles, la mayor cantidad de tubeyes jamás lograda por un Pirata, la mayor cantidad de dobles logrados esa temporada por cualquier jugador, récord que sigue vigente en la Liga Nacional en una campaña.

Aunque su actuación fue tan trascendental, para el béisbol y en particular para Pittsburgh, no fue sino hasta 75 años después, el 21 de julio de 2007, cuando los Piratas retiraron el número 11,  en su honor.

La historia del porqué tomaron esa decisión tan tarde la cuenta Joseph Wancho, en un artículo para el portal de la Asociación Americana de Escritores de Beisbol (SABR).

Para comenzar su semblanza, explica: “Jim Knight y su hija, se llevaron una sorpresa cuando visitaron el PNC Park de Pittsburgh en 2005. El sobrino nieto del gran Paul Waner le preguntó a un trabajador del estadio: ‘¿Dónde podemos encontrar las cosas de Paul Waner? Somos parientes y nos gustaría tomar algunas fotografías’. A Knight le dijeron que no existían ‘cosas’ de Waner. Fueron a la tienda de souvenirs, buscaron pancartas, placas, una estatua, cualquier cosa que mostrara una conexión con Waner, y no encontraron nada. ‘Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que, como Paul no era parte de la generación de la televisión, su legado se estaba perdiendo’, dijo Knight. ‘Teníamos que hacer algo’. Entonces Knight, junto con otros miembros de la familia de Waner, incluido el nieto de Waner, Paul Waner III, se comunicaron con la oficina principal de los Piratas para ver qué se podía hacer para restaurar la memoria de Big Poison para las generaciones actuales de fanáticos de los Piratas”.

Al enterarse de esta situación, el propietario del equipo, Kevin McKlatchy, estuvo de acuerdo con la familia en que había que honrar lo hecho por Waner, no solo con los Piratas, sino con las Grandes Ligas, y lo primero que decidieron fue retirar el número, uno de los más grandes honores que puede recibir un jugador, en una ceremonia realizada el 21 de julio de 2007.

Detalla Joseph Wancho en su texto: “Ante una multitud de 32.000 personas, la organización de los Piratas, los miembros del Salón de la Fama de los Piratas, Ralph Kiner y Bill Mazeroski, y los miembros de la familia de Waner, le rindieron homenaje mientras se exhibía un cartel con su número a lo largo de la tribuna de la tercera base. Y así, 61 años después de retirarse como jugador y casi 42 años después de su muerte, Waner se convirtió en el noveno Pirata en tener su número retirado”.

Los historiadores y fanáticos del béisbol lo conocieron como Paul Glee Waner, pero en realidad nació como Paul John Waner el 16 de abril. De 1903, en Harrah, en el territorio de Oklahoma (pasaron cuatro años antes de que Oklahoma se convirtiera en el estado número 46 de la Unión). Paul fue el tercero de cinco hijos, tres varones y dos niñas, de Ora y Etta Waner. Uno de sus hermanos, Lloyd, tres años menor, también es miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas desde 1967.

Paul y Lloyd Waner es la única pareja de hermanos que son miembros del Salón de la Fama de Cooperstown. En la semblanza que publica el portal Baseball Almanac, se lee: “Solían llamarnos ‘Gran Veneno’ y ‘Pequeño Veneno’. Mucha gente pensaba que teníamos esos apodos porque éramos ‘veneno’ para los lanzadores contrarios, pero no fue así como surgió. Comenzó en 1927, en Nueva York. Estábamos jugando contra los Giants en el Polo Grounds. Solía haber un fanático de origen italiano que siempre se sentaba en las gradas del jardín central. Tenía una voz que se podía escuchar en todo el parque. Paul y yo estábamos bateando contra los Gigantes. Un día salimos del dugout entre los juegos de una doble cartelera y este tipo comenzó a gritarnos. Lo que sonaba como a ‘Big and Little Poison’, era realmente ‘Big and Little Person’. Era un tipo realmente agradable y lo saludábamos, finalmente se convirtió en nuestro mayor defensor en Polo Grounds. Una vez le regalamos una pelota de béisbol autografiada. Pero cada vez que entramos allí gritaba eso y un periodista lo escuchó, pero creyó que estaba diciendo ‘poison’ (veneno), en lugar de ‘person’ (persona). Se convirtió en un apodo de la prensa, porque ningún jugador de béisbol nos llamó así. Y el nombre se ha mantenido hasta el día de hoy».

Lloyd se unió a su hermano mayor en Pittsburgh en 1927, había tenido un año sólido en Columbia de la Liga del Atlántico Sur en 1926, bateando .345 con 28 dobles y 14 triples. Había querido jugar para los White Sox como una especie de homenaje a su padre, quien dejó pasar la oportunidad de jugar béisbol profesional en Chicago. Pero el hermano Paul convenció a Dreyfuss para que contratara a Lloyd como jardinero central de los Piratas. Bateó .355 para los Piratas en su año de novato, pero Paul fue aún mejor, bateando .380, líder de la Liga Nacional, con 131 carreras impulsadas, un récord de los Piratas, y conectando 237 hits, incluidos 42 dobles y 18 triples. Paul tuvo una racha de hits de 23 juegos entre el 27 de mayo y el 20 de junio, durante la cual consiguió dos o más hits en 11 juegos consecutivos, impulsó una o más carreras en 12 juegos consecutivos y dio al menos un extrabase en 14 juegos consecutivos. Del 3 al 16 de junio, se fue 26 de 48,  para promedio al bate de .542.

En todas las semblanzas y biografías que conseguí sobre Waner, se habla de su afición a la bebida y de cómo esto no mermaba su capacidad ofensiva o sus cualidades con el guante.

Esta anécdota que recoge Baseball Almanac, se refiere a eso: “‘Él (Paul Waner) bebía mucho. Eso no es ningún secreto. Pero también podía recuperar la sobriedad rápidamente. Hacía volteretas hacia atrás. Tenía una agilidad notable, como un acróbata. Quince o veinte minutos de volteretas hacia atrás y estaba sobrio, listo para salir al estadio y conseguir sus tres hits», cuenta Hassett, un amigo. Béisbol entre líneas. 1976.

Cuando fue jugador de los Bravos de Boston, ocurrió este episodio interesante: “Durante el entrenamiento de primavera en Sanford, Florida, Stengel le había pedido a Waner que bateara por encima del cartel de publicidad de un whisky. ‘¿Cuál?’, preguntó Paul. Entonces Stengel se sorprendió de que no pudiera ver el letrero en el jardín central. ‘Aquí está uno de los grandes bateadores de todos los tiempos y no puede leer un letrero como ese’, dijo Stengel. Cuando le preguntaron a Waner si podía saber quién era el bateador por su posición en el jardín derecho, respondió que no estaba claro para él y que también le costaba leer el marcador en el jardín izquierdo.

Resulta que Paul Waner siempre había sido miope. Había intentado usar anteojos correctivos temporalmente en 1940, pero lo descartó. Stengel lo llevó a una óptica para que le pusieran lentes nuevos. Waner dijo que la pelota de béisbol parecía una toronja y que sin gafas, se veía más pequeña”.

Cabe la pregunta: ¿cuánto habría bateado si hubiese visto mejor?

Paul Waner estuvo 20 temporadas en las Grandes Ligas destacando entre los mejores de su tiempo.

Tomo este párrafo de la investigación de Joseph Wancho para imaginar su final, en este caso con los Piratas, porque después jugó cinco temporadas más, con Brooklyn, Bravos de Boston y Yankees. Conmueve leer palabras que le hemos escuchado a Miguel Cabrera.

“A medida que avanzaba la temporada de 1940, se hizo evidente que Waner, que ahora tenía 37 años, no estaba en los planes futuros de los Piratas. Se había desgarrado los ligamentos de la rodilla derecha cuando pisó torpemente la segunda base mientras iba de primera a tercera en un hit. Se perdió tres semanas y fue relegado al banco; a su regreso, apareció en sólo 89 desafíos. El jugador de segundo año, Bob Elliot, estuvo en casi todas las alineaciones en el jardín derecho. Lloyd Waner corrió la misma suerte, ya que Vince DiMaggio se hizo cargo de patrullar el jardín central y Lloyd jugó sólo en 72 partidos. En su rol de suplente, Paul bateó .290 (69 de 238). Se mostró filosófico sobre apariciones reducidas: ‘Cuando llega un joven, alguien tiene que hacerse a un lado, y ahora soy yo’, dijo. ‘No tengo excusas’».

Para tener tantos hits, es preciso derribar obstáculos, superar situaciones, reponerse de caídas, reparar errores, enderezar el curso después de un desvío, desafiar el dolor y seguir sin buscar pretextos.

***

Referencias: 

Waner, Paul | Baseball Hall of Fame

Paul Waner Stats, Fantasy & News | MLB.com

Paul Waner Stats, Height, Weight, Position, Rookie Status & More | Baseball-Reference.com

Baseballlibrary.com

Paul Waner Baseball Stats by Baseball Almanac (baseball-almanac.com)


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