No se vale escuchar música mientras se corre

03/04/2021

Joe Strummer, vocalista de The Clash

Igual que en una película y su banda sonora, casi todas mis actividades van acompañadas de un fondo musical.  La música, antes que la lectura, el cine y la televisión, es la más fiel de las compañías que he tenido. Desde que me levanto a darle comida a los perros, mientras me baño, en el carro camino al trabajo, cuando me siento frente a la computadora o durante la cena. Siempre, para cada momento y lugar, busco una canción, disco, grupo o estilo de música que mejor se adapte a la situación. 

La música, igual que la sal, en su punto correcto mejora el gusto de las comidas, pero hay que saber dosificarla. Hay momentos en que deja de ser un acompañante que estimula o inspira y se convierte en un estorbo. 

Soy uno de los que, casi que con fervor religioso, los domingos en la mañana se apodera de la Las Mercedes y La Río de Janeiro. Llevo muchos años tratando de recorrer la mayor distancia en el menor tiempo. Una batalla perdida. Sé que cada nuevo día que salgo a correr va a terminar siendo más lento que el anterior. A pesar de eso, sigo disfrutando salir a cansarme sin necesidad. 

No me gusta correr escuchando música. Me resulta incómodo tener que cargar adosado, en algún lado del cuerpo, el aparato que la reproduce y, los audífonos, por más modernos y deportivos que sean, siempre terminan sudados, sonando mal y molestando. Cuando corro, mientras más ligero vaya, mejor me siento. La segunda razón, y la más importante, es porque no necesito ir acompañado de música para distraerme a la hora de correr. Para distraerme corro. Resulta una redundancia el tener que escuchar música para distraerme mientras me distraigo. 

Soy un corredor bruto, no puedo hacerlo ni solo ni suave. Siempre que corro solo lo hago en ese límite en el que, si voy más lento, siento que estoy perdiendo el tiempo y si trato de ir más rápido, pierdo el ritmo de respiración y comienzo a jadear. Dave Scott, famoso triatleta y ahora entrenador, lo llama “umbral del atleta frustrado”. La única manera de poder mantener esa fina línea es estando muy atento de las señales que le envía el cuerpo al cerebro; el ritmo de respiración, la rigidez en las piernas, los dolores en el cuerpo. Si escuchara música mientras trato de mantener esta especie de equilibrio físico y mental, correría el riesgo de romper el diálogo entre el cuerpo y el cerebro. 

No importa qué tan lento o rápido corra, siempre, poco días después de haberse comprado el primer par de buenos zapatos, toda persona decide inscribirse en una carrera. Los más prudentes comienzan con 5 o 10 kilómetros, los más osados se estrenan emulando a Filípides en su recorrido entre Maratón y Atenas. Yo ya no compito. Aunque me costó mucho, logré dejar el vicio de compararme y sufrir por no estar al nivel de los demás. Me inscribía en las carreras, no con la intención de terminarlas en el mejor tiempo posible, sino con la obsesión de ganarle a ciertas personas. Competir puede no ser sano. Muchas veces los deseos de ganar nos hacen recurrir a ayuda externa. Las más básicas; buenos zapatos, mejor alimentación, masajes. Otras, más comprometidas con la ética, como el uso de sustancias ilegales. Así será de beneficiosa la música para mejorar el performance a la hora de correr que los más reconocidos maratones del mundo prohiben el uso de audífonos.

Cuando competía, no por superstición, sino porque confiaba ciegamente en sus bondades, escuchaba las mismas canciones antes de una carrera.  Me ayudaban a prepararme mentalmente. Con el tiempo fueron acumulándose. 

Desde que comenzó el confinamiento, hace ya más de un año, me di cuenta de que correr al aire libre es de las pocas actividades que se puede seguir haciendo  sin molestar a nadie. Comencé  a correr regularmente.  A las pocas semanas me animé a competir. Ahora lo hago en carreras virtuales y mis rivales habitan en Strava.  Por aquí dejo la lista de canciones que me van a ayudar a bajar, dentro de poco, de 44 minutos en 10K y a bajarle los humos a los que creían que más nunca les iba a ganar. Ya ven, no puedo evitarlo.

  • Pounding – The Doves. Del álbum: The Last Broadcast.
  • Long Shot – Aimee Mann. Del álbum: Live at St. Ann’s Warehouse.
  • In The Cage Medley – Genesis. Del álbum: Three Sides Live.
  • Late For The Sky – Jackson Browne. Del álbum: Late For The Sky.
  • Last Goodbye – Jeff Buckley. Del álbum: Grace.
  • Atmosphere – Joy Division. Del álbum: The Best of Joy Division. 
  • The Song Remains the Same – Led Zeppellin. Del álbum: The Song Remains the Same (en vivo).
  • I Hope, I Think, I Know – Oasis. Del álbum: Be Here Now.
  • Dogs – Pink Floyd. Del álbum: Animals.
  • I Believe – R.E.M. Del álbum: Life’s Rich Pageant.
  • Crime Scene Part One – The Afghan Whigs. Del álbum: Black Love.
  • Should I Stay or Should I Go – The Clash. Del álbum Combat Rock.

 


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