Perspectivas

Melos: Schubert (y Shakespeare) en Beaune

27/04/2023

Trío Owon. Fotografía de Festival Beethoven en Beaune

Para Nathalie y Constanza

Los organizadores del Festival Beethoven de Beaune, en su quinta edición (2023), ofrecieron a su consecuente audiencia una programación ejemplar. Efectivamente, se trata de una ajustada síntesis de la evolución de la música en Occidente, desde el barroco de Bach, siguiendo con el clasicismo de Mozart y el primer Beethoven, hasta el romanticismo “neo-barroco” del último Beethoven y el Schubert tardío. En una ocasión, durante la cuarta edición del Festival, me referí, en una reseña, a la voluntad pedagógica del maestro Sung-Won Yang, su director musical. Sin las limitaciones naturales de la docencia académica, Monsieur Yang se ha propuesto, y logrado, la nada obvia empresa de una joy in learning (“el disfrute de aprender”), que es lo que experimentamos cada vez que asistimos a uno de los conciertos programados. El espíritu, que sólo se alimenta de belleza, se acerca a la satisfacción, mientras quedamos agradecidos por haber aprendido algo nuevo con las intervenciones previas a los conciertos de Sung-Won Yang. En esta oportunidad, en el último de ellos, que es el objeto de estas líneas, nos recordó que el origen del segundo movimiento del Trío Op. 100  (D929) fue el más casual. En efecto, en un recital en casa de unos amigos, en el invierno de 1827-1828, Schubert escuchó al tenor Isak Albert Berg (primer profesor de la legendaria soprano Jenny Lind) cantando un ciclo de canciones folklóricas suecas (la atracción por las manifestaciones folklóricas es uno de los signos característicos del romanticismo). Habría quedado tan impresionado Schubert, que pidió una transcripción de las canciones y, de acuerdo con algunos especialistas, una de esas canciones habría estimulado la escritura del conmovedor andante con motto del Op.100. Es seguro que, por limitaciones de tiempo, el director musical no refirió la utilización de este fragmento por parte de Stanley Kubrick en su film Barry Lyndon. En esa ocasión, los intérpretes fueron los solistas ingleses Anthony Goldstone (piano) Moray Welsh (cello) y Ralph Holmes (violín).

El cierre del Festival Beethoven de Beaune 2023, no podía ser más espectacular, porque, efectivamente, la interpretación de los dos únicos Trios de Schubert es siempre un espectáculo. El carácter sinfónico de su escritura, la variedad de asociaciones e influencias, las reiteradas correspondencias con otras obras del mismo compositor, el marcado tono existencial de la composición (apenas uno o dos años antes de morir), su tratamiento hasta el límite de la forma Trio y otras asociaciones no siempre obvias, no es lo más frecuente en la música de cámara y es lo que hace espectacular a estas obras. La invocación a los últimos cuartetos de su admirado, hasta el extremo, Beethoven es inevitable. Todo esto es previsible cuando se espera una ejecución seria de estas complejas partituras. Lo que, para mí al menos, es nuevo, y seguramente estimulado por la estupenda ejecución del Trio Owon, es la serie de afinidades que sentí entre los Tríos y Shakespeare. No hay que olvidar que el dramaturgo inglés es una invención del romanticismo alemán. Un movimiento que tuvo, en música, a Schubert como su más elocuente representante. El triunfo de la emoción es el tema de obras como Otelo y Antonio y Cleopatra, en cuyos personajes no pude dejar de pensar en pasajes como el primer movimiento del Op.99 y su aliento épico, como fue el amor desbordado del general romano y la princesa egipcia. O el andante con motto del Op. 100, cuyo controlado y elegante patetismo me hace entender lo que sintió Desdémona en sus momentos finales, una Liebestod, más violenta que la de Isolda pero no menos conmovedora. Este andante pareciera no querer evitar las contradicciones, pero es que no de otra manera es el sentimiento, y ninguna expresión más contradictoria que la romántica. En este “Lieder ohne Worte”, Schubert se acerca a una expresión del sentimiento amoroso que se emparenta con el misticismo, como lo hizo en sus Cantos espirituales, Novalis, el gran fundador de todos los romanticismos. Son muchas las correspondencias que se pueden descubrir entre la poesía shakesperiana y estas piezas tardías de Schubert. Que se me permita una última. Y está referida a Hamlet, la esencia misma del romanticismo en teatro. Dos veces lo recordé en la inolvidable noche en la Linterna mágica, la noble sala donde el Trio Owon desplegó su dominio del programa. La primera fue durante la ejecución del Nocturno para trio con piano D 897. Ese tejido de insondable emocionalidad es el que distingue el comportamiento del príncipe de Dinamarca. Nadie amó tanto ni padeció la belleza del amor como Hamlet, de quien se debe decir, aunque no es lo más frecuente que murió de tanto amar. El Nocturno parece haber sido escrito para Hamlet. Como pareciera escrito por Hamlet el “Andante con motto” del Op.100. Y escrito para la más dramática de las ocasiones. Hamlet ve cómo se acerca un cortejo fúnebre al camposanto y se sobrecoge al enterarse de que se trata de Ofelia. Y pocas cosas más tristes, como reconoció Edgar Allan Poe, que la muerte de la mujer amada. No tengo dudas de que si Hamlet hubiese sido músico habría escrito este fragmento para el funeral de la efímera Ofelia. Estas consideraciones, no es necesario decirlo, fueron estimuladas por la ajustada interpretación del Trio Owon  (Olivier Charlier, violín; Sung-Won Yang; violoncello; Emmanuel Strosser, piamo). Su lectura de las exigentes obras de Schubert fue la más inteligente y elegante. Con un  pathos lúcidamente controlado y la admirable comunicación entre los solistas. Un Schubert de los nuevos tiempos, sin el incómodo desgarramiento tan al uso en el siglo veinte. Pudimos disfrutar de un Schubert más cerca de Beethoven que del romanticismo crepuscular.  Menos tenebroso y más luminoso, como siempre hemos sospechado que es en realidad. Sin proponerse rupturas obvias, el Trio Owon nos mostró, con su memorable presentación, que hay otro Schubert que espera por nosotros para ser apreciado.

(Beaune, abril 2023)


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