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Marilyn y Joe, amor fuera de juego

14/02/2019

Fotografía de AFP

Fue una de las divas más bellas de la historia del cine. De ella se escribe y se habla todos los días en alguna parte del mundo o alguien escucha la canción que compuso para ella Sir Elton John.

Admirada, amada, deseada… su historia como actriz dejó películas hoy convertidas en clásicos. Su fotografía en un almanaque fue la primera de centenares de miles que todavía se venden en el mundo entero.

Amada por un excapitán de fútbol, un beisbolista, un intelectual y uno de los más admirados políticos del siglo XX, fue protagonista de un verdadero drama que terminó una tarde agosto, cuando probablemente decidió quitarse la vida intoxicada con barbitúricos.

Desde ese día y por más de 20 años, en su mausoleo no faltó una rosa como testimonio de un amor tan legendario como sus protagonistas.

Él fue uno de los jugadores de beisbol más célebres de todos los tiempos, sin duda de los hombres más elegantes de la historia del juego y poseedor de un récord que es difícil imaginarse que alguien pueda romper. En 1941, estuvo conectando al menos un imparable por 56 juegos consecutivos.

Se casó con la actriz Dorothy Arnold, pero el matrimonio no duró mucho. En 1943 se alistó en el ejército y según ella declaró, la relación terminó porque casi no se veían.

Fue el Yankee más destacado desde Babe Ruth. Perteneció a esa élite de Casey Stengel que ganó 10 Series Mundiales, tres veces mereció el premio al Jugador más valioso (MVP). También se le conoció el como “El Yankee Clipper”.

Es indiscutible en el recuerdo, como el más glamoroso jugador que ha existido en el beisbol.

Al año de retirarse, con varios años divorciado y trabajando como comentarista en los juegos locales de los Yankees, asistió a una cita a ciegas que le organizó un amigo empresario, David March, con una bellísima actriz destinada a ser la gran estrella de la 20th Century Fox.

Él era Joe Di Maggio y ella Marilyn Monroe.

Él era un hombre tímido, hijo de inmigrantes italianos; ella una joven de infancia accidentada. Sin embargo congeniaron e iniciaron un romance que se sostuvo en dos años de un maravilloso y romántico cortejo que buena parte del mundo siguió como la gran historia de amor entre un extraordinario beisbolista y el símbolo sexy de Hollywood.

Decidieron casarse un 14 de enero de 1954. Él le dio un anillo de compromiso con un diamante de tres quilates y ella lo complació luciendo un recatado traje color café de grandes botones, porque a él le gustaba verla con ropa conservadora. En el acta de matrimonio ella firmó con su verdadero nombre: Norma Jean Baker.

La unión legal sólo duró nueve meses. Se separaron alegando que sus “carreras” no les permitieron hacer una vida en común. Sus amigos cercanos dicen que el astro de los Yankees no podía con la admiración que despertaba su esposa y sus ocupaciones les impedían compartir más tiempo juntos, eso también era insoportable para él. Incluso hubo airados reclamos que motivaron la decisión de seguir sus vidas separados.

Aunque ella volvió a casarse con el escritor Arthur Miller, podríamos decir que existe un acuerdo tácito entre los seguidores de ambos, en que nadie la amó más que Joe Di Maggio.

Estaba convencido de que el final trágico de ella tuvo que ver con su relación con JF Kennedy, por eso no veía con simpatía al cantante Frank Sinatra quien tuvo que ver con la escandaloso romance.

En el Yankee Stadium existe la tradición de poner en los altavoces “New York-New York”, pero cuando Joe Di Maggio estaba presente, no podía sonar la versión de Frank Sinatra y en su lugar sonaba Liza Minnelli.

Di Maggio tenía un carácter particular, le gustaban los aplausos y que lo aclamaran como la “leyenda viviente más grande del beisbol”, pero no era muy amigo de los flashes y las cámaras.

Cuando Simon y Garfunkel lo incluyeron en el famoso tema “Mr Robinson” de la película El graduado en 1968, Di Maggio se molestó muchísimo y consultó con sus abogados si emprender una demanda por la utilización de su nombre. Afortunadamente después entendió que la intención era rendirle homenaje.

El jardinero de los Yankees es una presencia clave en El viejo y el mar, así quedó inmortalizado también por Ernest Hemingway en el clásico de la literatura: “Di Maggio fue pobre como nosotros, tal vez nos entendería”.

El primero de septiembre de 1984, sin explicación no renovó más el contrato con la floristería de Hollywood, la Parisien Florist, que se encargaba de llevar flores a la última morada de Marilyn en el cementerio de Los Ángeles. Unas horas antes de su muerte en Hollywood, en Florida, el 8 de marzo de 1999, el doctor Rock Positano le escuchó decir: “¡Al fin voy a poder verla!”.

Y cayó el último out.


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