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Los dioses deben estar locos

De izquierda a derecha: Dusty Baker, José Altuve, Albert Pujols, Alex Cora y Brian Snitker.

22/10/2021

Discuten siempre, en cada episodio, al menos eso dicen quienes creen que las cosas que suceden en el terreno ocurren porque hay unos dioses, fanáticos del béisbol, que son quienes deciden eso que nos maravilla, nos rompe el corazón, nos asombra o decepciona. Juegan con nuestras emociones, ese es el fin, por eso una pelota que parece que se va, se abre y cae del otro lado del poste, en zona de foul, son cosas ideadas por ellos. Luego se valen de unos duendes para ejecutar sus deseos.

A esta hora, cuando todo está por ocurrir, ellos siguen deliberando y discutiendo, no se ponen de acuerdo sobre qué equipos deben estar en la cita final, en el Clásico de Otoño. El intercambio de ideas ha sido algo así:

—¡Una Serie Mundial entre los Medias Rojas y los Dodgers, y en el camino vemos cuál debe ganar! Dos equipos de tradición en el béisbol. En 2018 se enfrentaron y ganaron los Medias Rojas. Una oportunidad de desquite siempre los obliga a poner un extra al extra. Parece mentira, pero en 2018 esos equipos tenían más de un siglo sin verse. En 1916 se enfrentaron por última vez, cuando los Dodgers eran los Brooklyn Robins y los Red Sox contaban con el joven lanzador Babe Ruth. Sería bueno no volver a esperar tanto. Sugiero que los Dodgers tengan la oportunidad de renovar el título y los Medias Rojas de volver a derrotarlos —fue la propuesta del dios tendencioso a lo tradicional.

—Si hacemos que lleguen los Astros y los Dodgers, la serie tendrá el gran atractivo de una revancha superior de parte de Los Ángeles. Los Astros han estado toda la temporada demostrando que son un equipo capaz de ganar sin trampas, querrán terminar de despejar dudas. Enfrentarse de nuevo contra el mismo rival al que derrotaron en 2017 tendrá a todos pendientes. Agreguemos que veremos a Dusty Baker contra el equipo con el que disputó una Serie Mundial siendo jugador, aquella de los tres jonrones de Reggie Jackson, cuando Baker inventó “chocar los cinco” como saludo con su compañero Glenn Burke. Contrastar los estilos de Dusty Baker y Dave Roberts le suma expectación —comentó el dios tendencioso a las intrigas.

—Los Medias Rojas contra los Bravos sería una serie de inesperados, dos equipos que a mitad de temporada no lucían con derecho a llegar a octubre, y ahí están. Los Medias Rojas llegaron sin ser favoritos y pudieron con los Yankees y luego con Tampa, que parecía invencible. Una de las claves de Alex Cora ha sido la comunicación con sus jugadores. Del otro otro lado está Brian Snitker, otro estratega que supo capotear la adversidad. Los Bravos perdieron a Ronald Acuña Jr. por lesión antes del Juego de las Estrellas, y no parecían con posibilidad de estar en playoffs. Lejos de rendirse, encontraron las piezas para ensamblar este equipo que estamos viendo. Adiciono este ingrediente: los Bravos alguna vez fueron de Boston, recordemos que se llamaron los Red Stockings, luego Boston Doves, Boston Rustlers, Bravos de Boston, Boston Bees, se mudaron de ciudad y se llamaron Bravos de Milwaukee, hasta llegar a los Bravos de Atlanta desde 1966, cuando se instalaron en Georgia —fue la sugerencia del dios tendencioso a premiar los esfuerzos.

—Una Serie Mundial entre Bravos y Astros sería la primera entre ellos, nunca se han visto. “La serie inédita”, dirán los titulares. El regreso de los Bravos a una Serie Mundial, esta vez contra Houston, puede brindarnos grandes duelos. Pitcheo contra bateo. Dusty Baker contra Brian Snitker. Snitker, como ya se dijo, pudo lidiar con la ausencia de Acuña Jr. y de Marcel Ozuna, situaciones impactantes en el ánimo de todos. Adicional a eso, ya son 20 años sin los Bravos disputando un anillo de Serie Mundial. Yo les daría el chance contra esos Astros de Baker, un hombre que es béisbol. Le tocó jugar en unos años en los que pasó de todo, en el mundo y en el juego. Es un manager que sabe comunicarse con sus jugadores. No ha sido fácil dirigir en medio de abucheos, una historia con la que nada tuvo que ver. Será genial poder ver a José Altuve de un lado y Ozzie Albies del otro, si se trata de buscar encantos para tomar una decisión, así pienso yo —dijo el dios tendencioso a desafíos que nadie ha visto.

—Pensemos muy bien, yo quisiera seguir viendo jugar a Albert Pujols. Recién comenzada la temporada fue dejado en libertad, parecía que se había ido sin la despedida merecida. Lo firmaron los Dodgers y desde entonces solo ha agregado más historia a su leyenda. Si los Dodgers llegaran a la Serie Mundial sería un cierre que obligaría a todos a hablar de nosotros, nos atribuirán todo lo que él haga y seguirán creyendo que existimos. Creo que este argumento debería hacerlos pensar, también están Mookie Betts y Max Scherzer, creo que hay que pensar mucho lo que puede suceder el sábado en Atlanta —fue la opinión de la diosa tendenciosa a llamar la atención con romanticismo.

—Altuve y los Astros, dicho así por lo que ha pasado todo el año, cuando han jugado fuera de su casa, es quien más ha sido abucheado. Ha soportado un estadio completo insultándolo. Ha silenciado los desplantes con batazos y sin ningún gesto. Todos fallaron en 2017, otros equipos también usaron tecnología para robar señas, pero los Astros fueron los campeones y Altuve el Jugador Más Valioso, eso se lo están cobrando. Tendrían que demostrar que no necesitaban aquel ardid para ser mejores, sería una historia con final feliz si logran reivindicarse. A propósito de eso, a los Medias Rojas los dirige Alex Cora, uno de los artífices de la trampa. Fue castigado y regresó, ha sido un fajador manejando un equipo que no estaba en los pronósticos. También merecen la oportunidad, así que no me decido, tal vez podríamos tomarnos dos juegos para pensar —dijo la diosa tendenciosa a llevar las emociones a los extremos.

No hay tregua en la discusión. A la hora de encontrar argumentos, cada equipo ha hecho lo necesario para llevarse el trofeo. Cada uno de esos hombres tiene la misma ilusión, todos tienen herramientas y razones, pero se trata de seleccionar dos y luego a uno. Si es verdad que existen, como dice el título de aquella vieja película, los dioses deben estar locos.

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Este artículo fue publicado originalmente en El Extrabase.


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