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Los caraquistas también lloran

08/11/2020

Séptimo juego de la serie final de la temporada 1993-94 del béisbol profesional venezolano entre Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes. Fotografía del Archivo El Nacional, tomada del usuario Archivo El Nacional en Pinterest.

(Debí decir, lloramos)

Afortunadamente, el Caracas no siempre es el mejor equipo. A lo largo de su historia ha sido superado muchas veces por sus contrarios, y aunque para muchos las más dolorosas han sido las dos que perdimos contra el Magallanes, se cuentan otras también.

La primera final contra los Turcos ocurrió en la temporada 93-94 y se definió en 7 emocionantes juegos.

Los Leones habían ganado los dos primeros en Valencia, parecía cosa sencilla ganar dos más, pero Magallanes ganó 2 de los 3 juegos en el estadio Universitario y la serie regresó al José Bernardo Pérez. Ningún caraquista olvida lo que allá sucedió.

El sexto juego fue un emocionante duelo de pitcheo entre Juan Carlos Pulido y Urbano Lugo hijo. La pizarra se mantuvo en blanco hasta el noveno episodio, cuando los Turcos trajeron de emergente a Andrés Espinoza, quien bateó por el center field. El joven Wilfredo Romero, quien había entrado a cubrir por Jorge Uribe, tiró desviado al home y Carlos García anotó desde la antesala. Sin embargo, el verdadero héroe de ese juego fue el joven Melvin Mora, con una de las atrapadas más memorables que se recuerden en juego alguno de nuestro béisbol.

Con dos outs, le tocó el turno a Omar Vizquel, con hombres en primera y tercera. El caraqueño despachó una sólida línea hacia al jardín central que parecía un inatrapable, entonces, de la nada, como una aparición espectral, Melvin Mora se lanzó de cabeza para capturar la pelota y evitar que los Leones se fueran arriba. Ganó Magallanes 1-0. Desde entonces, Melvin Mora se convirtió en un legendario verdugo, hasta que dijo adiós y dejó de mortificarnos.

El momento quedó registrado en video por Venevisión, con la inolvidable descripción de Gonzalo López Silvero, emocionado ante lo que acababa de presenciar. El momento que siempre será recordado como la jugada que acabó con los Leones. Pudo ser el último juego, el juego de la sentencia, pero a decir verdad, una serie como esa no podía acabarse sin eso que llaman “El bonito”.

Para el séptimo duelo, la emoción era digna de una trama de suspenso. Esa es otra particularidad de los juegos entre Caracas y Magallanes, el guión de tensión. El último de la primera final no podía ser diferente.

Era 30 de enero de 1994. El presidente electo, Rafael Caldera, encadenó los canales de televisión y emisoras de radio para anunciar los nombres de los ministros de su gabinete ejecutivo. La alocución fue breve, y el propio primer mandatario le dio el pase a la trasmisión del juego minutos antes de la voz de ¡Play Ball! Sabía lo importante que era para la inmensa afición de los rivales eternos.

Ya no había mañana, esa noche habría un campeón.

Hasta el quinto episodio el Caracas ganaba 3-0. Sin duda no era suficiente. El castigo de los “Eléctricos” llegó en el sexto. Magallanes fabricó 7 carreras en un rally que acabó con el ánimo felino. Aprovecharon los errores y se combinaron para batear. El desafío final terminó con una contundente ventaja de 10-3. Los bucaneros celebraron en su casa y sus rivales agarraron carretera con el orgullo herido.

Para siempre jamás, a los caraquistas nos quedó la imagen de Melvin Mora, como un fantasma, decapitando el batazo de Omar Vizquel.

Pasó poco tiempo y los rivales de siempre volvieron a enfrentarse. En la temporada 96-97, Navegantes y Leones volvieron a verse las caras y otra vez Magallanes ganó el campeonato.

De nuevo comenzaron en Valencia del Rey con un gran duelo de lanzadores. Omar Daal y Ramón García se mantuvieron trabajando 8 episodios cada uno, hasta que Alejandro Freire, bateador designado, disparó un jonrón solitario para darle la victoria al Magallanes 2-1. 

En el segundo juego, los Turcos desataron una despiadada ofensiva de 10 imparables para imponerse 7-3 sobre los Leones. Luis Raven contribuyó al irse de 4-2 con cuadrangular, 2 impulsadas y 2 anotadas. La serie viajó a Caracas y los Leones reaccionaron en el tercer choque a pesar de Rick Dohart, quien apenas trabajó por 3 episodios. Johan López, en gran labor de relevo de 4 innings y un tercio, fue clave para la victoria. También destacaron Roberto Petagine y Howard Battle con sus bates.

El Caracas ganó 5-4 y restando 2 compromisos más en el Universitario, la ilusión era regresar a Valencia y ganarles en su casa.

Para el cuarto juego Omar Daal fue el abridor de los melenudos. Magallanes tuvo en la lomita a Edgar Ramos con sólido trabajo de 5 episodios y un tercio, en los cuales no permitió carreras y apenas le sonaron 5 hits. La serie se puso 3 a 1. Lo peor estaba por venir.

El 29 de enero de 1997 fue el último juego, una humillación inolvidable. Los Turcos masacraron a los Leones con 16 hits para anotar 10 carreras, mientras el Más Valioso de la Serie, Ramón García, impuso de nuevo su yugo y dominó los bates de los Leones sin ninguna misericordia.

No hubo atenuantes, Magallanes fue mejor.


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