Perspectivas

La última noche. Sobre una escena de “En picado”, novela de Nick Hornby

07/11/2021

Es Nochevieja en Londres. Cada persona se prepara para entonar «Auld Lang Syne», la canción patrimonial inspirada en el poema publicado en 1788 por Robert Burns, el rapsoda más relevante de la lengua escocesa. Esos versos se cantan tradicionalmente –en los países angloparlantes– como himno de despedida no solo la última noche del año, también en actos solemnes como cuando alguien inicia o acaba un largo viaje; asimismo, en los funerales.

Sobre una platabanda se encuentran cuatro personas. Ninguna se conoce. El azar los ha llevado a tropezarse en aquel lugar. Se trata del extraño sentido del humor que parece guiar las casualidades: los sin sentidos que determinan los caminos de la vida.

Algo sorprendidas, estas personas descubren que están ahí con un fin: cometer suicidio. Martin, una personalidad de la televisión, ha arruinado su carrera debido a un escándalo que lo relaciona con una joven de quince años de edad. Maureen, madre soltera de un joven discapacitado, ya no desea continuar atendiendo a su hijo al cual considera una carga. JJ, inmigrante norteamericano con un trabajo mediocre, ha sido expulsado de una banda de rock al tiempo que su novia lo abandona. Por último, tenemos a Jess, la más joven de los suicidas: una chica violenta y de baja autoestima que no concibe seguir viviendo sin la compañía del novio que la ha abandonado. Hablan entre sí, sincerándose unos con otros, revelando los hechos que los impulsaron a llegar a tan dramática decisión. En algún momento, mientras los otros conversan, JJ se dedica a contemplar la ciudad desde aquella altura. Al observar el paisaje piensa en dos temas musicales que le gustaría escuchar en ese momento: «The Abominable Snowman in the Market», de Jonathan Richman, y la inquietante «In Between Days», de The Cure. Estas piezas tratan dos aspectos típicos de los suicidas: la incapacidad de expresar la necesidad de ayuda y la soledad emocional que refleja la ausencia de relaciones significativas para la persona.

«The Abominable Snowman in the Market» se refiere, específicamente, a un abominable hombre de las nieves que recorre un supermercado. La peculiar criatura es increpada por un grupo de amas de casa que hacen las compras. Las mujeres nunca han visto cosa semejante, por lo que piden al gerente que lo saque del lugar. La criatura se halla confundida, asustada y fuera de sí. La voz cantante es testigo de la situación. Representa a alguien que al parecer conoce al hombre de las nieves y que alaba la tolerancia de aquél ante el indiscriminado ataque. Desea ayudarlo. No quiere que lo sigan lastimando. Es imperativo comunicarse con el agraviado: tratar de decirle algo que pueda entender y lo tranquilice. Podríamos pensar que ese hombre de las nieves representa el tormento de JJ y de los otros tres: un sentimiento interior a veces inexplicable por quienes lo padecen y que al tratar de exponerlo al mundo resulta objeto de juicios apresurados ajenos a cualquier empatía. Este sentimiento, parecido al miedo y al encierro, es un grito de auxilio, un mensaje codificado que algunos receptores temen descifrar. La barrera comunicacional que incapacita el entendimiento entre el asediado abominable hombre de las nieves y las eufóricas amas de casa quizás nos devela una triste situación: no todos los que sufren saben expresarlo y no todos estamos dispuestos a escuchar y comprender.

Por su parte, en «In Between Days» se expresa el dolor de alguien que ha sido abandonado por la persona que ama. Con desesperación, el solitario acepta sus errores rogando ser perdonado y pide al amor de su vida que regrese. Pero es tarde. En lo más profundo de su ser sabe que la ruptura se ha consumado. Ahora solo queda flotar entre los días lamentando la despedida. La soledad, combinada con la pérdida, es un amargo coctel que fractura el espíritu de cualquiera.

JJ se reintegra al grupo donde siguen conversando acerca de los motivos por los que buscan justificar el término de su vida por mano propia. Mientras hablan se produce una especie de catarsis, una purificación de las pasiones que los embargan. Así, se despiertan emociones en cada uno de ellos mediante la contemplación de sus situaciones trágicas. El resultado es lo más parecido a una terapia grupal: al compartir experiencias comienzan a sentirse menos solos y comprendidos. Ya un poco aliviados de sus recuerdos deciden ayudarse entre sí, comenzando por encontrar al novio (sería mejor decir ex novio) de Jess. Ella asegura que la única manera de disuadirla de no matarse sería recuperando su relación. Ninguno puede asegurar que el hombre regrese con ella, pero intentarán obtener respuestas que permitan comprender y asumir lo inesperado.

Está por terminar la última noche del año. El anuncio de un nuevo día se precipita. El viaje se inicia una vez más. Ahora, cuatro personas saben que no están solas.


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