ActualidadInternacionales

La rebelión Wagner: ¿Es tan fuerte el liderazgo de Putin?

Fotografía de STRINGER | AFP

27/06/2023

Yevgeny Prigozhin, líder de la agrupación paramilitar Grupo Wagner, que desde 2013 ha fungido como un ejército de facto del presidente ruso Vladimir Putin, retiró el pasado viernes 23 de junio a sus soldados del frente ucraniano, con órdenes de marchar a Moscú, afirmando que su objetivo era “acabar con la corrupción en la cúpula rusa”.

La primera acción del Grupo Wagner fue tomar el control de la ciudad Rostov del Don, que hace frontera con Ucrania y ha sido un punto vital para coordinar movimientos de guerra desde el comienzo de la invasión rusa.

Putin prometió tomar medidas contra los responsables del levantamiento armado dirigido por su antiguo protegido, Prigozhin, durante un discurso televisado a la nación, en el que se refirió a la rebelión como una «traición». Posteriormente, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, anunció el sábado un acuerdo en el que se estipulaba que Prigozhin se retiraría a Bielorrusia, país vecino y aliado del Kremlin. A cambio, el Estado ruso retiraría los cargos contra Prigozhin relacionados con la organización de una rebelión armada, y los combatientes del Grupo Wagner volverían a Ucrania para integrarse oficialmente en el ejército ruso, evitando ser procesados.

“Querían disolver la compañía militar Wagner”, declaró Prigozhin el sábado. “Emprendimos una marcha por la justicia el 23 de junio. Ahora ha llegado el momento en que podría derramarse sangre. Comprendiendo la responsabilidad [por la posibilidad] de que se derrame sangre rusa, estamos dando la vuelta a nuestras columnas y regresando a los campamentos”.

The Economist reportó que, según canales rusos de Telegram, la breve insurrección de Prigozhin y el Grupo Wagner dejó un saldo de 20 militares rusos muertos y varios aviones militares destruidos. Sin embargo, no se conocen realmente los detalles ni el alcance de las horas de caos en el territorio ruso.

El Grupo Wagner, integrado por veteranos rusos y exconvictos, ha desempeñado un papel vital en las operaciones de guerra en Ucrania. También ha sido el brazo armado de Moscú en Libia, Siria, Mali, Sudán y la República Centroafricana. Sin embargo, en los últimos meses, su líder criticó duramente a la cúpula del ejército ruso por lo que consideraba una planificación inadecuada, una toma de decisiones defectuosa y una supuesta falta de apoyo a sus tropas.

Yevgeny V. Prigozhin llegó a Bielorrusia el martes 27 de junio, poniendo fin a su breve rebelión del fin de semana, quizás la más grande amenaza al liderazgo del presidente Vladimir V. Putin en los últimos veinte años.

¿Qué motivó la rebelión del Grupo Wagner ?

Los orígenes de este levantamiento pueden atribuirse a una peligrosa combinación de rivalidad, ambición y ausencia de una estrategia de guerra cohesionada. A lo largo de varios meses, Prigozhin estuvo señalando al ministerio de Defensa de Rusia su incompetencia a la hora de suministrar equipos y municiones adecuados para apoyar a sus tropas en territorio ucraniano. También les acusó de desatender a sus soldados.

Tras el intenso y violento conflicto de Bajmut en agosto del año anterior, surgieron tensiones entre Prigozhin y la cúpula militar. Ello se debió al elevado número de bajas entre los mercenarios wagnerianos, a causa de las duras condiciones y las provisiones inadecuadas. Además, el líder wagneriano acusó al gobierno ruso de intentar atribuirse injustamente el triunfo en Bajmut, lo que provocó una mayor discordia entre las partes del mismo bando.

Ya en la sublevación, el grupo mercenario alegó que el ejército regular ruso había iniciado ataques contra sus fuerzas. Durante el levantamiento, los rebeldes enfrentaron a la fuerza aérea rusa, consiguiendo derribar algunas aeronaves atacantes. Según informes procedentes de Ucrania, el Grupo Wagner logró destruir seis helicópteros rusos y un avión.

Otros reportes indicaron que las fuerzas de Prigozhin lograron capturar un vehículo de patrulla MRAP y un vehículo de movilidad de infantería Tigr-M rusos. En particular, avanzaron significativamente cerca de la capital rusa. Cuando Prigozhin ordenó detener la marcha, se hallaban en las cercanías de Vorónezh, a una distancia de aproximadamente 515 km de Moscú, el equivalente a unas 6 horas en auto hasta la capital rusa.

Victoria para Lukashenko y posible fin del Grupo Wagner 

Cuando las fuerzas de Prigozhin desistieron de marchar sobre Moscú y dieron vuelta hacia el frente de guerra en Ucrania, una figura inesperada se convirtió en protagonista de los acontecimientos del día: Aleksandr G. Lukashenko, dictador de Bielorrusia y aliado del presidente Putin, quien fungió como mediador y facilitó el acuerdo entre Putin y Prigozhin, evitando que Moscú se viera asediada por el ejército mercenario. De inmediato, el Kremlin retiró los cargos contra el líder mercenario y el resto de militares que participaron en el motín, como parte del pacto para que terminaran con la rebelión.

Los medios de comunicación de Lukashenko aumentaron rápidamente su cobertura, presentando el papel del presidente bielorruso como un testimonio de su habilidad como estadista. Lukashenko pretende aprovechar esta victoria de relaciones públicas para mejorar su reputación como respetado político y mediador, en un intento de salvar su empañada imagen internacional.

Lukashenko convirtió a Bielorrusia en un estado subordinado a Rusia, dependiente de Moscú no sólo en su línea política, sino también en su estabilidad económica. Bielorrusia ha concedido a Putin el libre uso de su territorio para la invasión de Ucrania en febrero de 2022, así como lugar de almacenamiento de armas nucleares tácticas. Su acción como mediador en la revuelta ha elevado el status de Lukashenko, no sólo ante Putin; también frente al aparato político ruso.

Los propagandistas del Kremlin alabaron el papel de Lukashenko. El líder bieloruso fue aclamado por Vladimir Solovyov, un presentador de televisión rusa y propagandista del régimen de Putin, quien sugirió que Lukashenko debería recibir el título de «Héroe de Rusia». «Su sabiduría y excepcional capacidad negociadora son inconmensurables. Exhibió un liderazgo notable», dijo Solovyov.

Los medios de comunicación bielorrusos fueron aún más lejos, comparando al jefe de Estado con figuras históricas famosas por salvar Moscú, como Iván Susanin, Kuzma Minin, el príncipe Pozharsky y el mariscal Zhukov.

El grupo de mercenarios enfrenta ahora un futuro incierto. Según el Kremlin, los combatientes Wagner que no participaron en la rebelión tienen la opción de firmar contratos con el Ministerio de Defensa y continuar su servicio como combatientes formales del ejército ruso.

Andrei Kartapolov, diputado de la Duma estatal rusa, reveló que los legisladores han entablado debates sobre la regulación de grupos mercenarios como Wagner. También sigue siendo una incógnita qué tan seguro estará el exlíder del grupo en Bielorrusia. Tan solo unas horas antes de aceptar el acuerdo alcanzado tras la gestión de Lukashenko, Putin, quien es conocido por recompensar la lealtad y castigar a los desleales, había acusado a Prigozhin de «traición» y «rebelión armada», prometiendo un castigo ejemplar para él.

El líder de Wagner tendrá que agotar toda la influencia que le quede para garantizar su seguridad. Es posible que busque refugio en sus conexiones y negocios anteriores, que incluían diamantes, oro y otras transacciones con clientes asociados al Kremlin en países como Mali, República Centroafricana, Sudán y Libia. Las opciones de Prigozhin han disminuido significativamente y ahora debe moverse en un espacio reducido y de alto riesgo.

Hay consenso en los analistas internacionales sobre el hecho de que la fallida rebelión marcó un punto de inflexión para Rusia, revelando vulnerabilidad en a figura de Vladmir Putin. Tras la infructuosa capitalización de las protestas masivas de 2011-2013 por parte de la oposición, este levantamiento es la amenaza más grande que ha enfrentado su régimen en la última década.

Aunque la rebelión fuese consecuencia de las pésimas relaciones entre Prigozhin y el ministerio de Defensa ruso, en cuyo frente está Serguéi Shoigú (al punto de llegar el primero a exigir a Putin su sustitución), el alzamiento sirvió para sugerir que el control de Putin sobre Rusia no es tan firme como la propaganda del Estado asegura. Su liderazgo no se basa en instituciones sólidas, sino más bien en la fuerza y el autoritarismo. Y cuando esos pilares se tambalean, pareciera no haber otras herramientas que aquilaten su poder.


ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DEL AUTOR

Suscríbete al boletín

No te pierdas la información más importante de PRODAVINCI en tu buzón de correo