COVID-19

José Esparza: “El plan de vacunación es una oportunidad para identificar problemas y soluciones”

25/02/2021

José Esparza

El proceso de vacunación para covid-19 comenzó en Venezuela el 18 de febrero de 2021, con la llegada de un cargamento de 100.000 dosis de la vacuna Sputnik V. La vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya es una de las primeras en recibir autorización de emergencia por autoridades regulatorias de salud. Nicolás Maduro anunció que la primera fase de vacunación no solo incluirá al personal médico, también a alcaldes, gobernadores y diputados a la Asamblea Nacional. Aún no se ha hecho público un plan de vacunación.

Prodavinci conversó con el virólogo José Esparza sobre cuáles serían las claves de un plan exitoso de vacunación en Venezuela. Esparza fue profesor de virología y jefe de microbiología en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), fue integrante del programa global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el VIH/sida y trabajó en el desarrollo de vacunas para esta enfermedad. 

¿Cómo debe elaborarse un plan de vacunación nacional?

Vamos a fijarnos en nuestros vecinos: Colombia tiene un excelente plan nacional que fue hecho en colaboración con las academias, con las sociedades científicas y médicas, con la sociedad civil y otras instituciones. Esa es la forma de hacer un plan nacional. Un plan nacional no es solamente un documento, es también una oportunidad que tenemos todos los venezolanos para sentarnos alrededor de la mesa e identificar la mejor forma de proteger a la población contra la covid-19 usando vacunas. Entonces el plan nacional es una oportunidad para identificar problemas y sus soluciones. 

En Venezuela no se ha publicado un plan nacional. Si existe, no lo conocemos. Hay una mesa de trabajo que se ha comenzado a reunir las últimas dos semanas, pero el Gobierno decidió quiénes forman parte. Tenemos entendido que la Organización Panamericana de la Salud y UNICEF forman parte, pero no hay información oficial sobre la conformación exacta. Venezuela está retrasada porque la mayoría de los países del mundo y de Latinoamérica tienen el plan nacional mucho antes de que se comience a vacunar. Nosotros estamos ya al revés. La Academia Nacional de Medicina ha hecho un esfuerzo muy grande y muy constructivo para ofrecer asesoría al gobierno. Y hasta ahora todavía no ha recibido una respuesta. Ese plan no puede ser construido en secreto. 

¿Cuáles serían las claves para poder generar un protocolo adecuado de vacunación? 

Una vez que se comiencen los programas de vacunación no se deben interrumpir porque se interrumpe todo un proceso que incluye cadena de frío, enfermeras, etcétera, y lo que sí es claro es que el Instituto Gamaleya de Moscú probablemente no va a poder proveer todas las dosis de Sputnik V que se necesitan en Venezuela en el tiempo necesario.

Para tener un programa fluido de vacunación, se debe asegurar que las vacunas estén al alcance de la gente durante todo el año y no solo cuando pueda llegar un cargamento de Europa. Por eso es que todos los países del mundo tienen un abanico de vacunas. Los programas nacionales de Argentina, de Chile, de Colombia, son cinco o seis diferentes vacunas que se usan en el programa.

El plan nacional debe ser el marco de referencia para cualquier vacuna que entre en el país. En Venezuela ya se está vacunando con la vacuna Sputnik V, pero hay discusiones para traer una segunda vacuna a través del mecanismo COVAX de la OMS. Esa vacuna probablemente sería la de Oxford y AstraZeneca. Se ha comentado desde la Academia Nacional de Medicina que las dos cosas básicas para implementar un programa creíble de vacunación contra la COVID en Venezuela son las siguientes: 

  • Tener acceso a un abanico de vacunas: Se habla de abanico, pero otra gente habla de una cesta de vacunas, que me parece hasta un mejor término. La razón es que se calcula que en Venezuela se deben vacunar cerca de 15 millones de personas, eso equivale a más o menos 70% de la población mayor de los 16 años de edad. El objetivo mundial es vacunar ese porcentaje de población porque se estima que debe ser vacunado para crear inmunidad de rebaño o inmunidad comunitaria.

Ese número de 15 millones no se va a poder hacer con un solo proveedor de vacunas. En el caso de la Sputnik V ya sabemos que entraron al país 100 mil dosis, que apenas es una gota de agua en el número que necesitamos en Venezuela. Pero hay que ser positivos. Ha sido y será un comienzo. No van a venir 10 millones de dosis de un solo golpe. 

Lo que no podemos aceptar es que el abanico de vacunas que entre a Venezuela incluya vacunas experimentales y que estas se confundan con las que entraron para protección de la población. Las vacunas experimentales son las que se introducen en el país para ver si funcionan. La Academia de Medicina no se opone a que se traigan siempre y cuando se vayan a usar en un experimento clínico, porque tienen que pasar por un proceso muy riguroso de revisión científica y ética.

  • El plan nacional debe definir sobre todo la estrategia en la priorización de la vacunación: La primera prioridad, por ejemplo, son los trabajadores de la salud porque en todos los países han sido los más afectados por esta epidemia. En Venezuela, la mortalidad de médicos y de enfermeras es altísima. Es importante proteger a esas personas, no solamente porque estamos protegiendo la salud y la vida del individuo, sino porque lo necesitamos para cuidar al resto. Luego queda también establecer los otros grupos que siguen en la línea de vacunación. En muchas partes del mundo esos grupos incluyen a las personas mayores de 75 o de 80 años y así se va bajando. Es importante definir claramente cuáles son las prioridades y que esas prioridades se respeten, sean conocidas por la población y no se presten a la politización de la identificación de prioridades. 

 

  • Un plan nacional debe estar basado en evidencias científicas, en el principio de la equidad y éticos de justicia distributiva: La vacunación tiene dos propósitos: la protección del individuo y la protección de la sociedad. 

 

  • Debe incluir consideraciones con respecto a la distribución equitativa de la vacuna: El plan nacional es para todas las vacunas. No debe haber un plan dependiendo de la vacuna. Dentro del marco nacional pueden haber guías operacionales para cada vacuna porque cada una es diferente hasta cierto punto. Por ejemplo: es interesante que la vacuna Sputnik V tiene dos dosis, y las dos son de diferentes vectores. No es que se vacuna la segunda dosis con la primera. Eso es una confusión muy grande y falta información sobre la naturaleza de las 100.000 dosis que se recibieron en el país. En un mes, las personas que recibieron la primera dosis deberían estar recibiendo la segunda, pero ¿en dónde están esas dosis? 

 

  • El plan nacional debe tener claridad de cuál es la secuencia en la que las dosis van llegando: Eso no es fácil porque hay una competencia internacional muy grande para vacunas. En Venezuela probablemente van a entrar otras vacunas para suplir la necesidad de vacunar a 15 millones de personas, pero no sabemos cuáles son. 

 

  • El plan nacional debe incluir también la logística de vacunación: Es importante cómo se toman las decisiones geográficas. Debería darse prioridad a las regiones del país donde la incidencia de la enfermedad es muy alta o en las regiones fronterizas. Por ejemplo, vacunar la frontera con Colombia o con Brasil para evitar la entrada de cepas, variedades mutantes, etc. 

¿Qué pasa si al mes una persona que recibió su primera dosis necesita su segunda, pero esa segunda dosis no está en el país? 

Dentro de un mes tendremos una opinión muy técnica al respecto. Hay dos posibles consecuencias de no administrar la segunda dosis: una es que los niveles de protección de eficacia sean más bajos. La otra sospechamos que sería que la duración de la inmunidad sea más corta porque la segunda dosis es el refuerzo que ayuda a madurar la respuesta inmune del organismo para que dure por más tiempo. Pero de eso no se tiene toda la información. Se va a presentar un dilema en Venezuela, que hasta cierto punto es ético, porque si a nosotros nos vendieron la idea de que la Sputnik V era una buena vacuna, esa idea se basaba en el uso de las dos dosis. Si nos cambian el cuento a medio camino, ya es otra cosa. 

¿Cuáles otras vacunas podrían entrar a Venezuela? 

Las vacunas que creemos que Venezuela debe importar para satisfacer la demanda deben haber sido ensayadas en pruebas de fase 3 en voluntarios humanos y ser seguras y con una eficacia suficiente. ¿Cómo sabe uno que la vacuna es segura y eficaz? Bueno, hay dos formas. Una es que los productores de vacuna hayan publicado ya en la literatura científica los resultados de su prueba. Y la otra es que la vacuna haya sido aprobada y autorizada por organismos reguladores de confianza. Pero es importante recordar que ninguna de las vacunas que se están aplicando en el mundo hasta ahora tiene una aprobación completa de ningún organismo porque solo tienen autorización para uso de emergencia.

¿Cuáles indicadores deberían reportar las autoridades para que la población conozca el progreso de un plan de vacunación?

Lo importante es que exista un plan nacional de vacunación que provea el marco para todas y cualquier vacuna que se utilice en Venezuela, ya sea la Sputnik V, la Oxford/AstraZeneca y cualquier otra que se introduzca en el futuro para satisfacer la necesidad de vacunar al 70% de la población. Ese plan debe especificar los grupos de riesgo que tendrían acceso a la vacuna de forma ordenada y estratégica, comenzando con el personal de salud, seguido por personas de mayor edad y así el resto de los diferentes grupos de población.

Se hace necesario un sistema de información (una página web) que indique los sitios y horarios de vacunación, el progreso de la misma, así como también el reporte de los posibles efectos adversos que se han reportado (en general leves y de corta duración). La necesidad de usar vacunas de diferente origen pueden crear confusión tanto entre los vacunadores como entre el público a ser vacunado, por lo que una comunicación fluida y transparente es necesaria para implementar un proceso eficiente.

¿Las nuevas variantes del coronavirus podrían afectar los planes de vacunación con las vacunas actuales?

Es algo que todavía se está investigando. Ciertamente ya existe información de que las vacunas existentes no son tan eficaces en proteger contra algunas de las nuevas variantes del virus, especialmente las identificadas en Sudáfrica y Manaos (Brasil). Lo que no se sabe todavía es si las vacunas todavía muestran suficiente eficacia contra la enfermedad grave y muerte, que al final es lo que queremos evitar. En todo caso, ya se ha comenzado a producir vacunas adaptadas para las nuevas variedades que probablemente se utilicen como refuerzos en el futuro. En ese sentido se hace necesario mantener un monitoreo de las variedades emergentes para así poder responder con vacunas adaptadas como actualmente se hace con las vacunas contra la influenza. Ya la compañía Moderna anunció haber desarrollado vacunas contra las nuevas variedades que se comenzarán a ensayar en humanos próximamente.


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