Entrevista

Glass Marcano, la audacia que sonríe

Glass Marcano retratada por Andreina Flores | RMTF

20/01/2021

La gracia, el don, sí. Pero con eso no basta. Había que tener mucho más para cautivar al jurado, a la orquesta, al auditorio y posteriormente a cientos de miles de personas que hicieron circular en las redes sociales su nombre y su historia. Glass Marcano, venezolana, directora de orquesta formada en El Sistema, fue una de las seleccionadas a nivel mundial en la primera edición de La Maestra, un certamen creado por la Philharmonie de Paris y la Paris Mozart Orchestra, con el objetivo de hacer frente a la necesidad de remediar una discriminación de raíces muy profundas en el tiempo, por la cual apenas 4,3% de las batutas a nivel internacional están en manos de mujeres.

El concurso tuvo lugar del 15 al 18 de septiembre en la Philharmonie de París. Contó con un jurado integrado por Marin Alsop, Claire Gibault, Pablo Heras Casado, Sian Edwards, Elizabeth Askren y Maxime Pascal, presidido por Ewa Bogusz-Moore, Directora General de la Orquesta Sinfónica Nacional de la Radio de Katowice, Polonia. El repertorio propuesto por la organización invitaba a ejecutar las obras sobresalientes de los siglos XVIII, XIX y XX, pero también obras contemporáneas para orquesta, a fin de juzgar la versatilidad de las directoras.

Esta primera edición congregó a 220 candidatas de 51 nacionalidades, y culminó en una selección de doce finalistas y tres ganadoras entre las cuales estuvo Glass Marcano, quien obtuvo el Premio de la Orquesta y el apoyo institucional necesario para proseguir su formación de directora en Francia.

Glass conmovió a miles de lectores de prensa y a miembros activos de las redes sociales con su historia personal, marcada por la determinación de vencer las dificultades mayores que atraviesa Venezuela, el país de la hiperinflación y el sueldo mínimo de dos dólares.

Su anécdota inspiró, su sonrisa y su encanto fascinaron, su carisma cautivó.  Pero más allá del encantamiento hay una artista que se ejerce de plena conciencia. Eligió, en la música, uno de los oficios más abstractos y complejos. Su trabajo empieza en ese espacio de intimidad total que es la partitura, para finalizar en la experiencia colectiva, la subjetividad compartida y convertida en obra.

¿Qué es dirigir una orquesta? ¿Cómo defines el rol del director?

Hay muchas maneras de interpretar una obra, pero el objetivo de un director es convencer a la orquesta de que su versión es la adecuada. Recordemos que una orquesta suele recibir a muchos directores, y puede tocar la misma obra muchísimas veces, pero lo que marca la diferencia es el aporte del director.

Glass Marcano retratada por Andreina Flores | RMTF

Y para convencer a la orquesta de que tu interpretación es la adecuada, ¿cuáles son los recursos o las estrategias que tú utilizas?

Es muy importante que la orquesta se dé cuenta de que te sabes la obra da capo al fine. Y la orquesta sabe perfectamente cuándo un director va preparado al ensayo. Eso es algo fundamental.

Y lo que precede a esta fase, ¿cómo ocurre? ¿Cómo descubres la manera en que suena la obra dentro de ti? 

Yo creo que eso es una conversación íntima que el director tiene con el compositor. El director tiene que conocer al compositor, y eso es como conocer a una persona: sus gustos, su época, sus objetivos, los acontecimientos que vivió cuando creó esa obra. Y una vez que tienes muchos elementos, poco a poco vas construyendo tu versión de la obra.

Entonces por una parte está la partitura, por la otra la información y, por último, la emocionalidad del director.

Exacto. Cada persona tiene una perspectiva particular de las cosas. En la misma partitura que reciben mil personas está escrito el mismo piano y el mismo forte, la indicación. Pero cada persona tiene una manera de interpretar ese piano. Un ritenuto es una indicación de tempo que está en la partitura pero que significa algo distinto para cada persona. Ahí entra la personalidad del director. Todos deberíamos tener las mismas herramientas, ya sea de análisis, de forma, de cómo estructurar la obra. Pero es la personalidad del director la que hace diferente cada versión. ¿Qué versión es la correcta? No hay versión correcta.

Entre los dos mundos profesionales, en las orquestas que has conocido en Venezuela y en las de Francia, ¿podrías observar alguna diferencia en cuanto a la concepción musical?

Los venezolanos aprendemos con la técnica instrumental. Ese es un legado de El Sistema: hacer orquestas, estar en una orquesta. Cuando tú perteneces a una orquesta y estás ahí todos los días, de lunes a domingo y en vacaciones, tú vas creando un músculo orquestal muy grande y eso tenemos los venezolanos: un gran músculo orquestal. Aquí he podido observar un desarrollo más teórico: de dónde nace esto, cuál es la raíz, por qué motivo esto se crea y por qué se emplea de esta manera. Nosotros en Venezuela vamos directo a la práctica. En Francia, pasas antes por un procedimiento. Quizás en Europa hay un músculo teórico más desarrollado, más fuerte que el nuestro. Lo ideal sería fusionar ambas fuerzas.

En Europa, entonces, una racionalización antecede al proceso de creación musical.

Exactamente. Nosotros somos más por oído. Acá el músico es más técnico. Y eso es genial. En estos días tuve la oportunidad de ir a los ensayos de un sistema que es réplica de El Sistema nuestro. Ellos me comentaban que hacen práctica musical tres horas a la semana porque los niños tienen muchas otras actividades, cursos, materias, ¡ven tres idiomas!… Ese tipo de desarrollo me parece muy positivo, aunque por otra parte no practican tanto, mientras que niños de las orquestas venezolanas, a los 10 años de edad ya tocan la Primera sinfonía de Mahler. Lo ideal sería tener un equilibrio entre las dos visiones.

Glass Marcano retratada por Andreina Flores | RMTF

En el momento del concurso: ¿Cómo funcionó tu comunicación con los músicos franceses? ¿Cómo se generó la empatía artística?

Hubo mucho feeling, mucha conexión con la orquesta aquí en Francia. No mucha gente me hace esa pregunta, porque lo que ha despertado más interés es cómo llegué a París y todo eso, pero fue la orquesta Paris Mozart quien jugó un papel fundamental en lo que a mí me está pasando en este momento, sin duda alguna. Y siempre se lo voy a agradecer. Esa misma disposición la tenían los músicos con todas las competidoras, no solo conmigo. Pero la orquesta sabía todos los problemas que yo tuve para llegar a París, entonces ya había un sentimiento y cuando llegué a la ronda ellos se conectaron con esa pasión con la cual yo dirijo. Yo fui a ese concurso con muchas ganas de participar, no solamente por mi avance profesional sino por querer ayudar a mi familia. Cuando tienes una motivación que es adicional a lo profesional, cuando de verdad es de corazón, tú quieres comerte el mundo: voy allá, me voy a parar en el podio y no hablo ni inglés ni francés, pero vamos, que sí se puede. Yo creo que esa emoción, ese sentimiento, conectó mucho con la orquesta.

¿Cómo te has sentido en Francia desde que llegaste, hace tres meses?

Yo siento que estoy comenzando desde cero. Me siento como me sentía cuando me fui a Caracas a estudiar dirección orquestal a los 18 años. Estoy muy contenta y tengo bastantes responsabilidades. Cuando a un ser humano le ocurre un gran acontecimiento, se marca un nuevo comienzo y eso requiere de una responsabilidad máxima.

¿Cómo es un día típico en tu vida actual?

Todavía estoy en una transición, acomodándome a esta nueva vida. Aún estoy construyendo la manera en que voy a comenzar a actuar. Aún tengo que saber a qué hora debo levantarme, en qué momento debo comer. En Venezuela, yo a las cinco de la mañana ya estaba activa, en cambio aquí amanece a las 9 de la mañana. Ese tipo de cambios son muy fuertes, el invierno… Estoy aún adaptándome y construyendo lo que voy a hacer diariamente. Yo le estoy agarrando el swing a París.

Y ahora que hablas de swing: ¿te gusta el jazz? ¿Has dirigido ensambles de jazz?

No he dirigido ensambles de jazz, pero desde muy pequeña, cada vez que escucho una música cantada por negros, siento una energía distinta. No quisiera que se malinterpretara y que se crea que en esto que digo hay algo de racismo. Lo que quiero expresar es que nosotros, los negros, estamos de alguna manera conectados sentimentalmente por toda la historia que han vivido nuestros antepasados y, aunque yo no lo viví, hay en mí ese sentimiento. Cada vez que los negros cantan góspel, jazz, blues, hay algo que hace que mi espíritu se eleve. Yo creo que eso me ha ayudado mucho a tener la energía que tengo cuando dirijo.

Glass Marcano retratada por Andreina Flores | RMTF

¿Cómo se desarrolla actualmente tu actividad formativa?

Desde la primera semana después del concurso comencé a ir a ensayos, a estudiar. Ya tuve la oportunidad de asistir a un maestro en Colonia. El año que viene lo tengo bastante completo. Dentro de un mes voy a hacer una semana en un lugar y el mismo día del concierto viajo a otra parte. Hay de todo un poco. Tengo varios conciertos ya listos, asisto a maestros, veo master classes, voy al conservatorio a estudiar. Tengo un festival en Bélgica el año que viene, una presentación en Barcelona… ojalá los venezolanos que están en Bélgica y en Barcelona puedan asistir.

¿Qué lugar piensas que debe ocupar la música en la educación básica y media?

Venezuela es un país muy musical pero más hacia lo popular que hacia lo clásico, pese a tener algo tan importante como El Sistema. No hay nada más formativo que decir: chicos, hoy no puedo ir a la fiesta porque mañana tengo ensayo… Muchachos, no puedo ir a jugar porque tengo que estudiar, mañana tengo una audición. Y en ese momento en que tú dices no, estás construyéndote, estás enriqueciéndote como persona. Entonces: ¿tú te imaginas que muchos más niños en Venezuela fueran capaces de decir no voy a la fiesta porque tengo que estudiar mi instrumento? Imagínate a 20 millones de niños diciendo eso. Jugar, ir a la fiesta o comer helados es parte de tu adolescencia, pero la adolescencia pasa y lo que se vuelve presente es aquello en lo que te vas a convertir.

¿Tres, cuatro compositores?

Tchaikovsky, Brahms, Mahler, Beethoven.

¿La obra que quieres dirigir?

Por lo que implica en lo espiritual, la Segunda sinfonía de Mahler. Por lo que significa a nivel técnico, La consagración de la primavera, de Stravinski.

A dos años de la ausencia del maestro Abreu: ¿hay un liderazgo en El Sistema después de él?

Nadie va a ser como él, él fue único. Lo que deberíamos hacer nosotros es seguir sus lineamientos y mantener el espíritu que el maestro nos inculcó a todos nosotros. Todos los músicos de El Sistema que estén dentro y fuera de Venezuela somos los líderes que el maestro formó.


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