Filadelfia. Fotografía de Chris Yunker | Flickr
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El Caracas Press Club solía organizar viajes para sus miembros. Asistí a uno en 1999 y quedé satisfecho por el sesgo cultural y profesional que tuvo. En Filadelfia comenzó a caminar el proyecto de construir una república federal con un sistema democrático de elección de autoridades. Las trece colonias iniciales ahora son cincuenta Estados con notables diferencias y autonomías. Nadie exagera si afirma que los Estados Unidos es un caso único en la historia de la humanidad.
Filadelfia fue fundada por William Penn en 1682, ya con estirpe de capital de Pennsilvania, el Estado que le debe su nombre al apellido de su fundador. Penn escogió la denominación basado en el significado etimológico griego: amor fraternal. Por allí ya comenzó con buen pie la urbe que fue cuna de la república norteamericana. Fuimos a la pequeña casa de madera donde ocurrieron los hechos entre 1774 y 1776, y donde está la campana de la libertad que simboliza el acontecimiento.
Filadelfia durante poco tiempo fue la capital de la nueva república, hasta que se construyó Washington a partir de 1790 y el trazado del arquitecto francés Pierre Charles L’Enfant, gracias al acuerdo entre Thomas Jefferson, Alexander Hamilton y James Madison de concebir una ciudad capital para el nuevo Estado. Antes la zona había sido territorio sueco y se llamaba Nueva Suecia (1638), hasta que la región pasó a dominio británico, en 1674. Fue entonces cuando la corona inglesa le otorgó a Penn el territorio
Este inglés era un perseguido en su país por sus ideas religiosas, y fueron estas ideas las que quiso poner en práctica en la ciudad que fundaría. Es una bella historia de un perseguido que busca la tolerancia, la paz y la armonía en la urbe que funda. Ese es el espíritu germinal de la ciudad donde, precisamente, se reúnen representantes de las trece colonias a crear una nueva república bajo la luz de la democracia.
Filadelfia es una ciudad damero, con parques y avenidas y un aire neoclásico. El Museo de Arte de Filadelfia recuerda a un templo griego, y es al que se llega por las escalinatas que subió Rocky con la adrenalina de la víspera del combate. También fuimos a la taguara (Pat’s King of Steak) que los hermanos Olivieri abrieron en 1930, inventándose el archifamoso “Philly Cheese Sandwich”. Hay que hacer cola en la calle para ingresar al local, comprar la pieza excepcional y comérsela en un banco de la calle, lugar donde mejor saben los emparedados, los perros calientes y las hamburguesas en todas partes del mundo.
Una de las ganancias de aquel viaje estuvo en que Pedro León Zapata iba en el grupo. Ver museos de la mano del maestro escuchando sus observaciones sobre las obras fue, por decir lo menos, una cátedra imperecedera. Además, en los viajes en Van que también hicimos para trasladarnos hacia las afueras oír a Zapata pronunciando su castellano impecable y sus puntos de vista, lograba un coro de mandíbulas batientes. En un recodo del camino una viajera contó que en Caracas la habían robado caminando por la calle. Refería que un motorizado se le acercó a pedirle la hora y ella le entregó todo antes de que se lo exigiera, aterrorizada. Zapata dijo entonces: “Ese muchacho iba a pedirte la hora y tú lo convertiste en un ladrón.”
En aquellas carreteras vecinales que trasegamos advertí una vez más que los postes de luz suelen ser de madera, cosa frecuente en los Estados Unidos, y que la separación entre el asfalto de la calle y la acera, está delimitada por unas piezas de granito que calzan unas con otras. Cuando pregunté por estos bloques de granito me dijeron que estarían allí dentro de doscientos años cuando descendientes míos pasasen por allí. Buena respuesta, pero no se explica entonces por qué los postes de luz son de madera y se queman con frecuencia causando daños mayores.
Imposible olvidar que en esta ciudad se publicó en 1817 el texto teórico más importante sobre la independencia de Venezuela: El triunfo de la libertad sobre el despotismo de Juan Germán Roscio. Tampoco podemos olvidar que se formó allá Santos Michelena, el liberal más significativo del período 1830-1848, secretario de Hacienda y Canciller en varios gobiernos conservadores y creador de la Hacienda Pública Nacional.
También es la ciudad donde nació el actor Richard Gere: suspiro prolongado de las señoras y budista, así como la elegantísima Grace Kelly, que dejó de actuar para representar un papel permanente: princesa. Por último, cómo pasar por alto que fue la ciudad del bostoniano Benjamín Franklin; no solo uno de los padres fundadores, sino una personalidad insólita que engranaba los saberes más diversos y los horizontes más vastos. Una encarnación del destino que prefiguraba el Estado naciente.
Rafael Arráiz Lucca
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