Perspectivas

Falsas acusaciones

13/10/2018

Palamedes ante Agamenón. Rembrandt, 1626.

Uno de los más célebres casos de acusaciones falsas en la literatura griega es el de Palamedes. Personaje muy secundario de los poemas homéricos, sin embargo parece que jugó un papel bastante activo en los hechos que precedieron a la Guerra de Troya, e incluso al comienzo de ésta. En algunas leyendas se le muestra como un héroe civilizador y un benefactor de la humanidad. Algunos, como Higinio en sus Fábulas, pretenden que sea el inventor de ciertas letras del alfabeto griego, de los números (honor que compartiría con Prometeo), del uso de la moneda y hasta del juego de los dados, que inventó, según el comentario de Eustacio, para mantener entretenidos a los soldados cuando no iban al combate. Sin embargo, por lo que se le recuerda especialmente es por las injustas causas que llevaron a su condena y a su muerte.

Palamedes era hijo de Nauplio, el navegante por excelencia que participó en la expedición de los Argonautas. De joven figura entre los dilectos discípulos del sapientísimo centauro Quirón, nada menos que junto a Ayax, Aquiles y Heracles. Dicen que era bastante buena gente. Cuando Helena huyó a Troya junto a Paris, Palamedes aparece consolando al despechado marido, su primo Menelao. Más tarde participó en un par de misiones diplomáticas enviadas a Troya para tratar de resolver las cosas por las buenas, e incluso se cuenta que él mismo entregó en sus manos a Helena una carta donde buenamente le recomienda volver a Argos con su marido. Como quiera que todas estas gestiones fracasaron, los griegos entonces decidieron resolver las cosas de otra forma. Y fue ahí donde comenzaron los problemas.

Llegado el momento en que los caudillos de Grecia debían embarcar para Troya, parece que Odiseo quiso evitarlo haciéndose el loco, literalmente. Parece que Palamedes y su primo Menelao fueron a buscarlo, y encontraron que Odiseo había uncido un burro a un arado y estaba sembrando sal entre las piedras. Palamedes, que ya conocía las mañas del personaje, no se dejó engañar y atravesó frente al arado al pequeño Telémaco, el hijo de Odiseo. Éste detuvo la yunta justo antes de arrastrar a su hijo, salvándolo de morir, pero también dejando en evidencia que no estaba loco. Descubierto el ardid, a Odiseo no le quedó más remedio que ir a la guerra, lo que nunca perdonó a Palamedes.

Al comienzo de la expedición Palamedes aparece prestando numerosos servicios, bien subiendo la moral o procurando alimento a los soldados. Ello le ganó el cariño de la tropa, pero también la animadversión de Agamenón y Aquiles, quienes ambicionaban el mando supremo. Sin embargo Odiseo tenía muy buena memoria, y nunca olvidó que por culpa de Palamedes había tenido que ir a la guerra y dejar a los suyos. Desde luego que no cedería a Agamenón ni a Aquiles el placer de la venganza. Primero hizo que un prisionero troyano escribiera, bajo amenaza, una carta falsa supuestamente firmada por Príamo, el rey de Troya, en que decía que Palamedes había aceptado una gran cantidad de oro a cambio de traicionar a los griegos. Después sobornó a un esclavo de Palamedes para que permitiera esconder un gran tesoro en las carpas de su amo. Luego hizo circular la falsa carta por el campamento de los griegos hasta que llegó a manos de Agamenón, quien de inmediato hizo apresar a Palamedes, entregándolo a los soldados. Así, nuestro héroe fue juzgado por traición y condenado a morir lapidado por su propia gente. Según algunos, lo mataron las piedras que le lanzaban Diomedes y Odiseo, liderando la violenta turba.

Para la tradición griega, la muerte de Palamedes quedó como símbolo de la muerte injusta, precedida por un ardid indigno y perverso, el vergonzoso forjamiento de falsas pruebas y una infame y también falsa acusación. Platón lo recuerda en la Defensa de Sócrates, mientras que Eurípides y otros dramaturgos escribieron dramas inspirados en su injusta muerte. Tampoco los romanos se olvidaron de él. Ovidio en sus Metamorfosis aborda su cruel destino, mientras que Virgilio nos la narra en su Eneida. El mito cuenta que su padre, Nauplio, dedicó el resto de su vida a vengarse de los asesinos de su hijo. De hecho a ninguno de los dos caudillos les fue nada bien: Agamenón murió por el puñal de su esposa Clitemnestra y el amante de ésta, Egisto, cuando volvía de Troya. Odiseo sufrió durante diez años todo tipo de calamidades y desventuras, vagando por los mares antes de poder volver a su patria, Ítaca.

Sin embargo, lo que más cubre de oprobio a los traidores es la condena de la memoria y la posteridad. No pocos sofistas, oradores, pensadores y literatos siguieron recordando por siglos la vergonzosa historia del hijo de Nauplio. Gorgias de Leontino, el padre de la retórica, escribió una Defensa de Palamedes y Dión de Prusa lo cita en uno de sus Discursos. Pero también Sófocles le dedica una tragedia hoy perdida y Apolodoro el historiador habla de él en su Biblioteca. Higinio, Filóstrato, Pausanias, pero también en Roma, lo hemos dicho, Tácito, Virgilio y Cicerón lo recordarán, y Ovidio, en sus Metamorfosis, hará que Ayax reproche a Odiseo su vergonzosa venganza. En la actualidad algunos estudiosos, como Lucía Romero Mariscal, han tenido la agudeza de ver en el buen inventor de las letras y del juego de los dados a un antecesor de Sócrates, el benefactor de su sociedad que muere injustamente condenado precisamente por ella.

Empero, lo sabemos bien, el más cruel vengador de la mentira es la propia conciencia retorcida y atormentada del mentiroso, que lo tortura aún más allá de la muerte. En un fragmento irrepetible del Heroico, el sofista Filóstrato de Atenas pone a dialogar a los fantasmas de Odiseo y Homero en el infierno. A Odiseo le atormenta su culpa, que le acompaña incluso en el mundo de los muertos. Entonces le dice al poeta estas palabras:

Palamedes me reclama que pague por su muerte. Yo sé que cometí delito y caeré sin duda alguna, pues los jueces de los muertos son terribles y sé que tengo ya muy cerca el suplicio.


ARTÍCULOS MÁS RECIENTES DEL AUTOR

Suscríbete al boletín

No te pierdas la información más importante de PRODAVINCI en tu buzón de correo